Más de 4.500 infecciones de sarampión, rubeola, polio, paperas, rabia y hepatitis -entre otras enfermedades-y más de 10 millones de muertes se han evitado gracias a la vacunas, desde 1962, solo en EE. UU.
Así concluye un estudio de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Illinois, en Chicago, publicado en la revista AIMS Public Health .
Leonard Hayflick tomó en 1962 (año en que las vacunas comenzaron a difundirse en EE. UU.) un grupo de células humanas y se les infectó con los patógenos que causan 10 enfermedades.
En 55 años, entre el 10% y el 60% de las células mostraron infección. El sarampión era la más contagiosa y las paperas la menos.
Además, los investigadores utilizaron los datos de prevalencia de dichas enfermedades antes de la era de las vacunas y se hicieron proyecciones para ver cómo serían con la población actual.
“Debemos pensar mucho sobre el impacto de la vacunación, dado el crecimiento de los grupos antivacunas en los últimos años, sus ideas podrían revertir este progreso”, comentó, en un comunicado de prensa, Jay Olshansky, uno de los investigadores.
Tanto Olshansky como Hayflick culpan a los movimientos antivacunas del brote de sarampión que vivió California durante 2014 y 2015.
Los autores afirman que el riesgo no es solo para los no vacunados, pues se baja la tasa de “inmunidad rebaño”: cuando más individuos están protegidos contra una enfermedad, es más difícil que surja, y así se protege a niños con sistemas inmunitarios débiles (como quienes nacen enfermos y no pueden ser vacunados).
Por su parte, Felipe González, vocero del movimiento antivacunación de España, replicó que el cuerpo humano puede defenderse por sí solo de virus y bacterias y que la cantidad de vacunas que se ponen en un niño son mucho mayores ahora que hace 30 años y eso debe revisarse.