San José
Un incendio ocurrido la mañana de este viernes redujo a escombros el Black Star Line: más que un emblemático edificio, un enorme trozo del alma limonense.
Este inmueble de madera exhibe una arquitectura típica caribeña y se levantó en 1922, como sede del Movimiento Universal para el Mejoramiento del Negro (UNIA, por sus siglas en inglés), encabezado por el jamaiquino Marcus Garvey (1887-1940), un activista y defensor de los derechos de la población afrocaribeña.
Conocido como el "Moisés negro", Garvey llegó a Costa Rica por primera vez en 1910 como un emigrante jamaiquino más a trabajar en la United Fruit Company. Ahí laboró como chequeador de horarios y conoció de cerca las injusticias y la explotación laboral a la que eran sometidos los trabajadores negros en las plantaciones bananeras.
"Ese edificio era un centro neurálgico de nuestra herencia cultural. Costa Rica fue parte de un movimiento mundial de reinvindicación de la comunidad negra promovido por Marcus Garvey. Significó la fundación de empresas, la constitución de organizaciones de asistencia como la Cruz Negra, boy scouts negros y la primera Declaración de los Derechos del Negro, en 1920", explicó el escritor e investigador afrocostarricense, Quince Duncan.
Garvey era un gran idealista y una de sus aspiraciones era liberar a todos los negros del mundo para regresar a África y fundar un gran imperio.
Bajo esa línea, Garvey se propuso fundar una compañía naviera llamada, Black Star Line para transportar a la población afrodescendiente en todo el mundo.
Sin embargo, la empresa fracasó por varias razones. "Logró comprar varios barcos, pero la verdad es que no había personas negras capacitadas para manejarlos entonces siempre eran capitanes blancos", detalló Duncan.
En un artículo publicado en su blog, el arquitecto e investigador Andrés Fernández se refirió al primer navío que adquirió la Black Star Line: el Yarmouth un viejo barco algodonero sobreviviente de la Primera Guerra Mundial.
"Era una chatarra que requirió una fuerte inversión monetaria antes de surcar los mares. No obstante, en noviembre de 1919 el Yarmouth, rebautizado con el nombre de Frederick Douglass (líder afroamericano en la abolición de la esclavitud) inició su viaje hacia el Caribe, en una gira de propaganda por Cuba, Jamaica, Panamá y Puerto Limón", escribió Fernández.
De acuerdo con Duncan, el nombre inicial del edificio era Liberty Hall (Salón de la Libertad) y había varios en Limón, pues eran centros de operaciones de la UNIA.
Duncan destacó que durante todas estas décadas, el Black Star Line ha sido un espacio de encuentro fundamental para la población de esa provincia caribeña.
"Ese salón cumplió una función increíble como centro cultural, cívico y de actividades comunales: ahí se realizaban bodas, bailes, reuniones políticas. Era el único lugar grande, bonito donde la comunidad limonense indepedientemente de su filiación racial se reunía para hacer su vida social. Ese edificio era un ícono no solo de la etnia negra, sino de la ciudad de Limón", dijo.
Tesoro arquitectónico. El arquitecto Andrés Fernández lamentó la destrucción del edificio, pues era uno de los pocos ejemplos de la típica arquitectura caribeña.
"Este estilo arquitectónico, de influencia victoriana, fue introducido por la United Fruit Company en todo el Caribe centroamericano. Es muy similar a las construcciones de New Orleans, pues la casa matriz de esa compañía estaba ahí. Es una construcción en madera, muy bien hecha, esbelta, con una escala muy alta en el primer piso. En el segundo piso tiene grandes aleros para controlar la caída de lluvia. También tiene un sistema de ventilación cruzada. El diseño es sencillo, pero muy bien modulado en función de las medidas de la madera", explicó Fernández.
Por su parte, la arquitecta Sandra Quirós, exdirectora del Centro de Patrimonio, recordó que en 1991 se realizó una reconstrucción completa del edificio original debido a su avanzado estado de deterioro.
"El estado de conservación del edificio era tan deplorable que cuando estábamos realizando los estudios técnicos yo me caí entre un hueco y quedé colgando. Toda la madera estaba podrida debido a las filtraciones constantes de agua por el techo. En un principio hicimos un levantamiento de planos para una restauración porque asumíamos que parte de la madera se podía rescatar, pero conforme avanzábamos nos dimos cuenta de que las pérdidas eran totales", declaró Quirós.
La arquitecta explicó que se tomó la decisión de hacer una reconstrucción por ser un edificio emblemático para la comunidad limonense. El proceso, explicó, se realizó a partir de la amplia documentación y archivo fotográfico existente.
En el 2007, el edificio recibió una inyección de ¢50 millones producto del certamen "Salvemos Nuestro Patrimonio Arquitectónico". "Esa intervención fue especialmente para obras de mantenimiento", agregó Quirós.
Con ese dinero se restauraron y cambiaron piezas completas de la estructura principal, como vigas, columnas y bases.
Además, se restauraron piezas estructurales en paredes y se cambiaron algunas láminas en las cubiertas.
Ya en esa oportunidad los expertos del Centro de Patrimonio detectaron que la instalación eléctrica se encontraba en mal estado y tenía un deterioro general por la falta de mantenimiento y abandono.
El edificio fue declarado patrimonio histórico arquitectónico de Costa Rica por decreto ejecutivo N° 28507-C publicado el 16 de marzo del año 2000 en el diario oficial La Gaceta.
Luego del siniestro, autoridades del gobierno, el Ministerio de Cultura, la UNIA y el Instituto Tecnológico de Costa Rica acordaron definir una estrategia para recuperar este icónico inmueble.