Una mansión imponente se levanta, desde 1911, en una esquina del centro de Cartago.
Entre sus paredes de madera, recubiertas de metal labrado, el edificio atesora vivencias de una de las familias más opulenta de la Vieja Metrópoli y de Costa Rica: Jiménez Sancho.
A ese clan perteneció el tres veces presidente Ricardo Jiménez Oreamuno.
Con 105 años a cuestas, los azotes de la humedad y un mantenimiento escaso, esta casa alcanzó un estado de deterioro alarmante, a tal punto que en el año 2000 fue necesaria una intervención de emergencia.
Desde esa fecha hasta ahora, se han llevado a cabo tres etapas de un gran proyecto de restauración para recuperar este hito histórico y arquitectónico.
Metal valioso. La más reciente intervención se inició en febrero pasado y consiste en un exhaustivo trabajo en las paredes y cielos del ala oeste.
Para esta etapa, la Universidad Estatal a Distancia (UNED), propietaria del inmueble, invertirá ¢82 millones. Anteriormente, el Centro de Patrimonio ya había destinado ¢30 millones en la primera fase y ¢100 millones en la segunda.
La UNED constituyó una comisión especializada que vigila tanto la ejecución de las obras como el futuro uso de la casa, una vez que finalice la restauración. “Este edificio tiene un diseño ecléctico, pues combina influencias de varios estilos arquitectónicos como el victoriano, el gótico, el modernismo y, principalmente, el art deco”, explicó el arquitecto Édgar Cordero, supervisor de las obras.
Esta edificación, según Cordero, se levantó bajo el nuevo reglamento de construcción establecido después del terremoto que sacudió a Cartago en 1910. “Es una casa prefabricada, de esas que se ordenaban por catálogo y se importaban de Europa”, aseguró.
El arquitecto explicó que este edificio consiste en un esqueleto de madera, forrado con láminas de metal decoradas con delicados ornamentos de flores, hojas, cruces y otros detalles. “El 80% de la estructura vertical y también los pisos son de madera de pinotea. Las puertas son de cedro dulce. Eran maderas locales que nunca fueron tratadas”, dijo Cordero.
El primer paso para rescatar las paredes fue remover, una a una, las láminas de metal troquelado: “Se limpiaron, se repararon las que estaban dañadas y se pintaron”, dijo el experto.
La humedad acumulada durante tantas décadas destruyó muchas de las piezas de madera que yacían debajo del metal, de modo que la restauración adaptó un sistema distinto.
“Las pocas tablas de madera que se logró rescatar fueron curadas y se reutilizaron.
”Se sustituyeron por un material llamado plywood marino que se utiliza para construir quillas de barcos, por su resistencia a la humedad. Con este procedimiento, le estamos triplicando la vida a la casa”, destacó.
Se estima que las obras estarán finalizadas en mayo y la empresa que las ejecuta es la constructora Luna & Rojas.
Error histórico. El decreto 16134-C, del 3 de mayo de 1985 ,que declara este inmueble como patrimonio histórico arquitectónico de Costa Rica, señala, erróneamente, que en esa casa nació el expresidente de la República Jesús Jiménez Zamora (1823-1897), padre de Ricardo Jiménez. “La casa se construyó en 1911; para esa fecha, ya don Jesús había fallecido”, confirmó el historiador Franco Fernández.