Puerto Jiménez Bajo un sol que quema la piel y hace sudar hasta empapar la ropa, Alexánder Vargas intentaba con poco éxito extraer por lo menos un “balín” de oro del río Tigre.
En jornadas diarias desde las 7 a. m hasta las 3 p. m., aproximadamente, este vecino de la comunidad de Gallardo, en Puerto Jiménez de Golfito, agota sus energías tratando de hallar el oro escondido en la tierra arenosa que arrastra el río.
Por un gramo que logre vender, recibe unos ¢15.000, apenas para atender sus necesidades básicas de alimentación.
Equipado con una pala, una cateadora (plato para separar el oro de la arena) y una canoa (especie de colador de metal), Vargas se dedica a la orería artesanal en el cauce del mencionado río.
Esta actividad ha sido casi el único modo de subsistencia en Puerto Jiménez, un distrito con una tasa de desempleo abierto del 4,1% según datos del Censo 2011.
El río Tigre separa a la empobrecida comunidad de Gallardo de un tesoro cuyo valor no se puede calcular en términos monetarios: el sitio arqueológico Cantarero. En una finca privada, se esconde una aldea precolombina de hace 2.300 años.
Debido a que el río ya ha sido explotado intensamente, los oreros como Alexánder decidieron probar suerte en el sitio.
“La verdad, ahí todos hemos ido, pero lo que encontramos apenas alcanza para una bolsa de arroz”, reconoció. Las circunstancias en las que los oreros entraron no son claras, pues circulan rumores de que alguna personas les cobraba el derecho de excavar. “Diay, yo mandé a la doña a cobrarles para ver si se iban, pero siempre entraron”, declaró Isaac Murillo, de 74 años, uno de los dos propietarios de la finca.
Él también fue coligallero , como casi todos en la zona.
La tarde de lunes 3 de agosto, los gallardeños se dieron cita en la escuela comunal para escuchar lo que “unos señores de San José” tenían que informarles.
En esa reunión, con funcionarios del Museo Nacional y del Área de Conservación de Osa, la comunidad empezó a comprender la importancia de rescatar el legado arqueológico para su beneficio económico. El viernes pasado, varios de los vecinos fueron al sitio a realizar labores de limpieza y a abrir un sendero.