Solo durante el año pasado, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) giró 77.769 órdenes de incapacidad por trastornos depresivos.
Esta cifra representó para la institución una inversión de ¢1.400 millones solo en este rubro, sin contar los medicamentos o las atenciones médicas o psicológicas.
De todas las personas atendidas por depresión, el 22% tuvo intentos de suicidio.
Así lo dieron a conocer las autoridades de la Caja la mañana de este martes, con motivo del Día Mundial de la Salud (próximo 7 de abril), que este 2017 tiene como tema central la depresión.
LEA: Incapacidades por trastornos mentales suman 39.000 al año
"Es una situación a la que debemos prestarle cuidado. Se trata de personas económicamente activas, en muchas ocasiones jefes de hogar que requieren trabajar para sustentar a su familia, y no son incapacidades cortas (en promedio son de ocho días). Por eso es algo que debemos atender", manifestó María del Rocío Sáenz, presidenta ejecutiva de la CCSS.
Conocimiento
Para las autoridades de salud, el primer paso para atacar la depresión consiste en hablar sobre el tema, reconocer este padecimiento, que el afectado no se sienta inferior y busque ayuda.
La depresión se caracteriza por una tristeza persistente sin razón aparente y por la pérdida de interés en las actividades con las que normalmente se disfruta, así como por la incapacidad para llevar a cabo las tareas cotidianas, durante al menos dos semanas.
Además, las personas con depresión suelen presentar varios de los siguientes síntomas: pérdida de energía; cambios en el apetito; necesidad de dormir más o menos de lo normal; ansiedad; disminución de la concentración; indecisión; inquietud; sentimiento de inutilidad, culpabilidad o desesperanza; y pensamientos de autolesión o suicidio.
La información difundida este martes también señaló que las provincias con mayor prevalencia de la enfermedad son San José y Alajuela, mientras que los cantones con más casos son el cantón central de San José, Tibás y Alajuelita.
Las incapacidades que otorga la institución son dos veces más comunes en mujeres, y en el 58% de los casos, se trata de personas solteras.
Dentro de los datos también se destaca que el 16% de los pacientes estaban relacionados con el consumo de drogas.
Las características depresivas también se presentan en niños (especialmente si sus padres han tenido cuadros depresivos, ya que este trastorno tiene un componente genético), por lo que es necesario que los adultos a su alrededor estén atentos.
"Un niño que no habla con otros, que se aísla, que llora mucho y que ha cambiado su forma de ser puede estar sufriendo de depresión. Es importante que sus padres hablen y que juntos busquen una solución y sepan buscar ayuda", aseveró Lila Uribe, directora del Hospital Nacional Psiquiátrico.
¿Cómo ayudar?
Entienda que no es locura. Si a usted o a alguien cercano le acaban de diagnosticar depresión o un trastorno de ansiedad, tenga presente que no es sinónimo de locura; es una enfermedad como cualquier otra. Algunos padecimientos atacan determinado órgano del cuerpo; la depresión y la ansiedad afectan el cerebro y las emociones.
Busque ayuda. Hay profesionales en psicología y psiquiatría que pueden ayudarle, según sea su caso. No todos los pacientes necesitan medicamentos, ni requieren la misma terapia.
No juzgue. Si tiene a alguien cercano con este mal no le diga: "Eso no es nada. Ahorita se le pasa. ¿Para qué llora? Deje esa actitud". Estas personas no manejan las situaciones igual que quienes no presentan este trastorno.
Escuche. Si tiene algún amigo con depresión o ansiedad, busque estar cerca, pero sin acosarlo. Si la persona tiene algo que decir, escúchela con especial atención.