Ciertos aspectos de la personalidad de un individuo pueden ser un factor determinante en si les gusta o no la comida picante, determinó un estudio presentado en el Instituto de Tecnólogos de Alimentos (IFT).
La investigadora Nadia Byrnes evaluó a los 184 participantes --no fumadores, de entre 18 y 45 años sin problemas de salud conocidos—con un test para identificar el rasgo que impulsa a las personas a probar sensaciones nuevas.
Además, les pidieron calificar cuánto les gustaba la comida picante que degustaban, al tiempo que probaban una sustancia que intensificaba su sensación de picor.
“En la teoría, la sensación de quemadura en el paladar y el gusto tienen una relación linear: entre más irritante es, a menos gente debería gustarle. Pero ese no es siempre el caso”, manifestó la investigadora en el sitio de la universidad.
Específicamente, quienes en el test de personalidad resultaron menos abiertos a los riesgos y a las nuevas experiencias, fueron quienes dijeron más rápidamente que no les gustaba la comida picante.