Los costarricenses a quienes se les detecte el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) tendrán acceso al tratamiento apenas reciban su diagnóstico confirmatorio, lo que mejorará su calidad de vida y reducirá el riesgo de que contagien a su pareja.
Así lo dispuso el comité técnico que vigila la epidemiología y tratamiento del virus en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), durante su última reunión hace dos semanas.
Antes, esta terapia se daba solo a quienes tenían niveles mínimos de células CD4.
Los linfocitos CD4 son células del sistema inmunitario que se activan ante la presencia de una amenaza que pueda enfermar al cuerpo y motivan al organismo a defenderse.
Normalmente, una persona tiene entre 1.000 y 1.500 células de las llamadas CD4 por milímetro cúbico de sangre. Este número disminuye en quienes son seropositivos o portadores del virus.
Antes, el tratamiento empezaba cuando los niveles eran menores de 500 CD4 por milímetro cúbico. Por eso, de las 6.777 personas que la CCSS atiende actualmente en sus clínicas de VIH, solo 4.883 reciben la medicación.
Sin embargo, de ahora en adelante, los pacientes podrán recibir la terapia aunque muestren niveles normales de CD4.
Esta medida quedará por escrito cuando salga la publicación de las nuevas guías de tratamiento, en enero o febrero del 2016, pero ya algunas clínicas de VIH la están implementando.
“Iniciar tratamiento de una vez tiene muchas ventajas. Puede ser un poco más de inversión para el país, pero la salud de la persona puede mejorar mucho”, comentó Gloria Elena Terwes, coordinadora del Programa de Atención Integral a las Personas con VIH de la CCSS. Esta medida fue recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Ensayos clínicos muestran que si se trata al paciente en cuanto se tiene constancia de la infección, él se mantiene vivo y más sano, y se reduce el riesgo de contagiar a su pareja”, indicó la OMS en un comunicado.
Excepciones. Antonio Solano, coordinador de la clínica de VIH del Hospital Calderón Guardia, afirmó que hay algunos casos en los que no es recomendable dar este tratamiento desde el inicio.
“Es un compromiso. Debe garantizarse que la persona va a seguir las indicaciones. Si no está en condiciones de tomar la terapia, ya sea porque no la cree necesaria, está en depresión, no tiene apoyo o es alcohólico o drogodependiente, no es bueno que la tome, pues podría crear resistencia y luego necesitar una terapia más fuerte”, explicó Solano.
Costos. Aún se desconoce el costo total de aplicar esta medida.
“Probablemente, al inicio sí haya un costo mayor, pero entre más personas tengan tratamiento temprano, el riesgo de contagio será menor y habrá menos pacientes nuevos”, señaló Solano.
Datos de la CCSS detallan que solo en el 2013 se invirtieron poco más de $4 millones (unos ¢2.150 millones) en terapia antirretroviral contra el VIH. Esto es el 2% del presupuesto de medicamentos.
En cada paciente que utiliza tratamiento de primera línea (el primero que reciben), la CCSS invierte, por mes, entre $14 y $28.
Si la medicación no funciona, deben usarse los “de segunda línea”. Al mes, una terapia de segunda línea tiene un costo promedio de $113 (unos ¢57.000).