Transmisión sexual
¿Cómo ataca al cuerpo el VIH?
El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) requiere un organismo humano para sobrevivir y reproducirse.
Material genético del virus se inyecta en las células inmunitarias y las destruye.
Si el VIH no se controla, puede desencadenar en síndrome de inmunodeficiencia humana adquirida (sida), que se da cuando ya las defensas están muy bajas, y cualquier infección causa daños graves a la salud.
Las posibilidades de una cura o vacuna aún están muy lejanas, pues la genética del virus muta constantemente, y afecta al cuerpo de formas muy diversas y muy variables.
Nadie los imagina como potenciales pacientes, pero lo son. Los adultos mayores conforman una población que también se infecta con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y que requiere cuidados especiales para controlar el mal.
Datos del Ministerio de Salud señalan que en los últimos 10 años, entre 2002 y 2012, 116 costarricenses se contagiaron de VIH después de los 65 años: 85 hombres y 31 mujeres. Incluso, 23 de ellos contrajeron el virus después de los 75 años (18 hombres y cinco mujeres).
“El problema es que muchos creen que los mayores no tienen vida sexual y eso no es cierto; ellos igual sienten impulsos sexuales y ejercen su sexualidad”, explicó Gloria Elena Terwes, coordinadora de Prevención y Control de VIH/Sida y Enfermedades de Transmisión Sexual de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
“Es algo que hace unos 15 años no se veía; por eso se requiere un programa especial que incluya una reeducación sexual para estas personas”, añadió.
Para la especialista, una causa puede ser la amplia difusión en el mercado de productos contra la disfunción eréctil y problemas de eyaculación precoz, así como el dejar de preocuparse por embarazos.
Para el gerontólogo Francisco Robles, la salud sexual y reproductiva es algo que también debe tratarse en la tercera edad.
“El deseo es algo que nos acompaña durante toda la vida, podrá disminuir, pero no se va del todo; la frecuencia y el ritmo tal vez no sean los mismos, pero sí se da, y por eso no podemos dejar de tomar eso en cuenta dentro del sistema de salud”, manifestó el experto.
Preocupación. El VIH en personas mayores de 65 años no se comporta de la misma forma que en otras edades; de ahí la preocupación de los especialistas por dar atención a esta población.
“A estas edades, la salud es mucho más vulnerable y es más sencillo que ellos puedan complicarse con el virus”, aseguró Terwes.
Datos del Programa Conjunto de las Naciones Unidas para el Sida (Onusida) indican que los adultos mayores seropositivos viven, en promedio, 10 años menos que quienes no portan el virus.
La osteoporosis, por ejemplo, es mucho más común en los pacientes de VIH o sida luego de los 50 años. Por eso, las fracturas también son mayores en este grupo.
Además, los males circulatorios son más frecuentes, ya que la acción de algunos fármacos antirretrovirales debilita las arterias.
Por otra parte, a esto se le suman complicaciones propias de la tercera edad, como diabetes, hipertensión, alzhéimer y cáncer.
Otras enfermedades comunes entre los mayores, como alzheimer y demencia vascular, hacen que sea más difícil llevar al día el tratamiento, algo que implica otro reto para el sistema de salud.
Para los expertos, a estas edades no puede bajarse la guardia.
Los métodos de prevención como el uso del condón, el mantener parejas sexuales estables y hacerse la prueba del VIH una vez al año o cada dos años son medidas no aplicables solo para los jóvenes, y que deben mantenerse mientras haya vida sexual, sin importar la edad.