El arquitecto guatemalteco Alfredo Maúl, especialista en el desarrollo de inmuebles amigables con el ambiente, cree que un arquitecto debe ser congruente y vivir la sostenibilidad "en primera persona" antes de delinear proyectos ecológicos para su cliente.
Solo de esta manera va a entender qué es un diseño sostenible, el cual se fundamenta en lograr un balance entre aspectos económicos, ecológicos y sociales.
"La arquitectura puede ser sinónimo de calidad de vida. Y la arquitectura lo puede lograr cuando el arquitecto y su equipo de construcción y los diseñadores viven un poco ese planteamiento de: ¿qué pasaría si él y su equipo vivieran en ese edificio que están diseñando y le están vendiendo a su cliente?", cuestionó Maúl.
Cuando eso entra en la ecuación, cambia radicalmente lo que se produce, porque muchos arquitectos diseñan proyectos en los que jamás van a pasar una noche, agregó.
"No nos interesa mucho si la familia sufre calor, si está hacinada o si está en un espacio que no tiene buena ventilación porque es problema de ellos, no mío. A mí me pagaron mis honorarios", criticó, mientras insistió que el arquitecto debe involucrarse de lleno en los proyectos que desarrolla.
Este es parte del mensaje que quiso transmitirles Maúl a las nuevas generaciones de arquitectos durante su participación en la XIII Edición de la Bienal Internacional de Arquitectura 2016, que se llevó a cabo este mes en el Centro Costarricense de la Ciencia y la Cultura (Museo de los Niños).
Malas prácticas ambientales
Para el arquitecto, hay varias medidas que deben tomarse en cuenta al diseñar cualquier inmueble. Entre ellas procurar el uso de materiales locales y el ahorro de energía.
Sin embargo, en su experiencia, tras emprender un viaje por diferentes países de América Central, se ha dado cuenta de que los arquitectos incurren en varias malas prácticas al esbozar estructuras.
Una de ellas es que no se le da un adecuado tratamiento a las aguas negras y grises que salen de los edificios.
Además, hay un desaprovechamiento del agua dentro de estos, pues no siempre se utilizan dispositivos que puedan ayudar al usuario a consumir menos este recurso.
Otro problema que ha detectado en la región se enfoca en el área energética, pues no se utilizan estrategias pasivas de climatización, como aprovechar la luz natural, o el emplear ventanas en lugar de usar aire acondicionado.
A ello se le añade que se emplean en exceso materiales como el cemento, en lugar de utilizar otros más sostenibles. Además, muchos de los productos para construir se traen de afuera, lo que incrementa la huella ambiental.
La cultura dentro del diseño
Una consideración trascendental al momento de levantar un edificio es que este debe involucrar aspectos culturales de su entorno dentro de la arquitectura.
Maúl lamentó que no siempre hay ese vínculo entre el diseño y las costumbres del sitio en el que se edificará.
"Tú ves las pirámides de Guiza en Egipto y hay una pertenencia cultural a la civilización egipcia. Ves las pirámides mayas en Tikal, en Guatemala, y ves ese vínculo directo con la cultura, que está pensando en esa arquitectura vinculada a su espiritualidad, a todo lo que regía su evolución en ese momento. A Grecia le pasa lo mismo... a Roma también", dijo.
No obstante, al estar inmersos en un mundo globalizado, el mismo edificio que se está construyendo en Costa Rica, perfectamente se puede encontrar en Estados Unidos, en China o en Rusia, ejemplificó Maúl.
Otros campos de acción
Aparte de diseñar edificios sostenibles, Maúl es cofundador de Biciudad, en Guatemala, movimiento que desde el 2010 promueve en los gobiernos locales el ciclismo urbano, así como que el transporte colectivo se vuelva más eficiente.
Según el arquitecto, la iniciativa –en colaboración con otros actores- ha permitido impulsar el desarrollo de ciclovías en la ciudad de Guatemala y se han logrado alianzas público privadas para conseguir recursos.
"Se han hecho ya varios kilómetros de ciclovías y hay un planteamiento del departamento de movilidad urbana de la Municipalidad de Guatemala que tiene hasta 200 kilómetros de ciclovías planificados para el futuro...", dijo Maúl.
Otra de sus ramas de trabajo es la promoción de ciudades sostenibles, más compactas, en las que las personas trabajen y se eduquen más cerca del lugar donde habitan.
"Pensar en un uso mixto del suelo, donde hay edificios que tienen oficinas, panadería, apartamentos y hay un kínder en la esquina. Esto genera que nuestros habitantes no se tengan que mover cinco kilómetros para ir a comprar el pan y luego tres kilómetros para ir a dejar al niño a la escuela y otros cuatro kilómetros para ir al trabajo. Todo eso, al final, genera un costo económico y en emisiones que se liberan al ambiente".
El arquitecto también es director creativo de la asociación ambiental G-22, que se dedica a compartir conocimientos ambientales y a formar ecovalores.
Una de sus iniciativas consistió en otorgar un diplomado de vivienda social sostenible a jóvenes arquitectos y estudiantes de arquitectura de Centroamérica.
Por medio de este, se construyó una vivienda de $6.000 para una familia de escasos recursos económicos que vive en ciudad de Guatemala.
La casa se diseñó bajo parámetros ecológicos, con un sistema de captación de lluvia y una estufa mejorada que calienta el agua.