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Haga la prueba solo un minuto: siéntese cómodamente, cierre sus ojos e inhale profundo. Sostenga unos segundos. Exhale. ¿Cómo se sintió? Espero que bien porque la respiración que llena plenamente los pulmones activa todo su organismo: desde el cerebro hasta la punta de los pies.
La ciencia ha comprobado que esa práctica de respiración, si es constante y se acompaña del hábito diario de meditar, trae numerosos beneficios a la salud física, mental y emocional de las personas.
Elena Ulloa, de El Arte de Vivir (Costa Rica), organización con más de 20 años de ofrecer talleres donde estimula estas prácticas, confirma que respirar y meditar están entre las mejores medicinas para reducir el estrés, calmar la ansiedad y alejar la depresión, tres de los fantasmas que acosan a cientos de miles de personas en todo el mundo.
En el capítulo de esta semana de Estar Bien, Elena Ulloa y Mili Orlando comparten los secretos de estas prácticas ancestrales. Ambas son voceras de El Arte de Vivir.
“Cargamos mucho estrés. Nuestra mente va de un lado para otro y esto lo resiente el cuerpo con trastornos de ansiedad, del sueño, contracturas... Nunca nos enseñan a manejar el estrés”, afirma Ulloa. Tiene razón.
Según dice, y es totalmente cierto, no le prestamos atención a respirar pues solo usamos el 30% de nuestra capacidad. Lo hacemos de forma automática sin reparar en los beneficios de una respiración consciente.
Si incorporáramos en nuestro día a día unos minutos para concentrarnos en el aire que entra y sale de nuestro cuerpo, con ayuda de técnicas de respiración consciente, podríamos aumentar esa capacidad a un 90%. Los beneficios de esto son ilimitados pues mejoraría de forma casi inmediata el funcionamiento cerebral y del resto de sistemas de nuestro organismo.
Al estar nuestro cuerpo más oxigenado, explica Ulloa, aumenta la sensación de bienestar. También se reduce el cortisol, que es la hormona del estrés, y disminuyen los riesgos de enfermedades relacionadas, como la presión alta, los infartos cardíacos o los derrames cerebrales.
“Con la práctica de técnicas de respiración baja el cortisol, baja el azúcar y el colesterol dañino en sangre. Mejora la calidad del sueño. Pero para ver resultados hay que hacerlo todos los días. Hay técnicas que duran de 20 a 24 minutos. Son 24 minutos que te cambian las 24 horas del día”, dijo Ulloa.
¿Y qué aporta la meditación? Sin duda, respirar y meditar van de la mano. Con la meditación, explica Elena Ulloa, se busca que la persona se mantenga en el momento presente y espante la llamada “mente de mono”, esa que se pasa brincando de un pensamiento a otro y le roba a la persona la capacidad de disfrutar el momento.
“Es una mente en el ya. Pero nuestra mente nunca está aquí. La respiración es lo que nos permite traer la mente al aquí y al ahora. Cuando la mente está en el momento presente y está en calma es cuando ocurre la meditación.
“El secreto, como en todo, es la práctica con constancia y disciplina. Entre más práctica, más beneficios. La meditación aumenta la masa gris en el cerebro y mejora la calidad de nuestras neuronas”, agrega.
- En resumen:
- Tómese unos minutos, cierre los ojos. Inhale profundo, sostenga y exhale.
- Procure practicar esta respiración profundo un ratito todos los días.
- Lo recomendable es alcanzar de 20 a 24 minutos.
- La respiración y la meditación van de la mano. La respiración traerá la mente al aquí y al ahora.
- Cuando esté en momento presente y está en calma, meditará.
- Sea constante y disciplinado en la práctica.
- Esta práctica bajará su cortisol y mejorará la calidad del sueño, entre otros beneficios.
Los invitamos a revisar el video y el podcast de este capítulo dedicado a la respiración y a la meditación, pues en él Mili Orlando, de El Arte de Vivir, realizará un ejercicio de respiración para que usted disfrute, aunque sea por unos pocos minutos, de esta práctica sanadora.
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