Ana Cristina Ross Góngora, quien fuera jefa de Protocolo de la Casa Presidencial en el primer mandato de Óscar Arias Sánchez (1986-1990), falleció este miércoles 2 de agosto en Miami, Florida, donde residía desde hace varios años. Tenía 76 años.
El exmandatario confirmó el deceso a La Nación debido a una enfermedad y la recordó como una mujer con “un gran corazón que me ayudó muchísimo. Fue mi mano derecha”.
Rememoró cómo en la Cumbre Hemisférica a la que convocó en San José, el 27 y 28 de octubre de 1989, donde se conmemoraron los 100 años de la democracia costarricense y se inauguró la plaza de la Democracia, ella cumplió un papel esencial en lo que iban a ser los contactos entre el entonces presidente de Estados Unidos, George Bush, y el gobernante nicaragüense Daniel Ortega.
La función de un jefe de Protocolo de la Casa Presidencial es la organización y coordinación de eventos oficiales y ceremonias para garantizar que se desarrollen de manera ordenada, con los protocolos adecuados.
Ross Góngora, como tal, supervisó detalles de los viajes anuales de Arias a las asambleas de Naciones Unidas, en Nueva York, sus tres visitas a la Casa Blanca, en Washington, para reuniones con Ronald Reagan, y las giras a Europa para procurar el respaldo de esas naciones al plan de paz en Centroamérica que le valió a Arias, en 1987, el Premio Nobel de la Paz.
“Ella organizó esa cumbre hemisférica en 1989 en forma perfecta. Yo había logrado que vinieran el presidente Bush y Daniel Ortega. Pero, James Baker, el secretario de Estado, me dijo: ‘Trate, presidente, de que no estén muy de cerca el presidente Bush con el presidente Ortega’. Y yo le dije a Ana, ‘esa es su misión. Encárguese de que estén sentados uno en un lado y otro en el otro porque me lo han pedido’. Posiblemente, el presidente Bush no quería fotos con Ortega a la par de él”.
A esa cumbre hemisférica llegaron a San José, también, Brian Mulroney, de Canadá; Carlos Menem, de Argentina; Rodrigo Borja, de Ecuador; Virgilio Barco, de Colombia; George Price, de Belice y Julio María Sanguinetti, de Uruguay. Precisamente, en esa reunión fue donde Sanguinetti pronunció, en el Teatro Nacional, la célebre frase: “Donde haya un costarricense, esté donde esté, hay libertad”.
Ross Góngora también viajó con Arias a Caracas, Venezuela, en 1988, donde el gobernante costarricense se reunió con Fidel Castro, el entonces dictador cubano. La jefa de Protocolo coordinaba no solo detalles de las reuniones, sino de los hoteles donde se hospedaba la comitiva, las comidas y los itinerarios. Hacía un trabajo sin horario.
Así, ella se acostumbró a estar de cerca y tratar directamente con gobernantes y primeras damas y a viajar con Arias a cada evento donde se requiriera protocolo. También se hizo una cara conocida en las cámaras de televisión y periódicos por acompañar al gobernante en sus actos oficiales.
Durante ese mandato, el hoy presidente de la Asamblea Legislativa, Rodrigo Arias Sánchez, era ministro de la Presidencia. “Fue una gran amiga y siempre la recordaré por su carácter jovial y buen humor. Trabajó en el primer gobierno de la administración Arias como directora de Protocolo y de ella únicamente guardo lindos recuerdos”.
Tanto Óscar como Rodrigo Arias Sánchez expresaron, por aparte, sus condolencias a la familia de Ross Góngora.
A ella le sobreviven su hija Cristina Dalton y sus nietas Valentina y Luciana.