Los laberintos, ya sea en papel o los naturales, son todo un atractivo porque lo llevan a retarse y ponen a prueba su paciencia si no encuentra la salida.
Si a usted le gustaría vivir una aventura así, en un laberinto gigante, le queremos recomendar un lugar que ofrece una experiencia única.
Le estamos hablando de Laberinto Olivo, que se ubica en Poasito de Alajuela, unos 10 kilómetros antes de llegar al volcán Poás. Este gran proyecto inició en la mente de don Bernardo Víquez y nunca pensó que se llegaría a materializar, o al menos no de esta forma.
“Mi familia y yo nos dedicábamos al cultivo de la fresa, que es lo que se da mucho en esta zona, es una zona fresera por excelencia. Hace unos años, como en el 2019, se empezó a enfermar mucho la fresa, no dábamos con qué era el mal que la invadía, hasta que me retiré porque no quería seguir sembrando y que los cultivos se perdieran”, nos contó don Bernardo.
Víquez siempre buscó la forma de hacer otras cosas y, al retirarse del cultivo de fresa, se dedicó a la fabricación de invernaderos, aunque tenía la inquietud de hacer el laberinto, hasta que un día se decidió e inició el proyecto.
La creación empezó en el año 2019 y llevó todo un proceso, desde el cultivo de las plantas, hasta el control de plagas, que impedían el desarrollo de este camino que confunde a muchos.
“Yo empecé en el 2019, fue el tiempo vegetativo que duró la planta en crecer con el arbusto de olivo (de ahí el nombre del laberinto). Hubo plagas, es un arbusto muy rústico y lo atacan gusanos y hongos. Tuve que innovar y tomar otras alternativas. En el 2022 vimos que ya tenía forma, que ya se podía explotar”, nos explicó.
Una vez don Bernardo vio que el laberinto ya estaba, fueron llegando nuevas ideas y servicios que podía unir a este gran atractivo.
Claro, hay más cosas por hacer durante el recorrido, además de buscar la salida. Puede adentrarse en la naturaleza y disfrutar de las plantas, del aire fresco, de los sonidos y de la tranquilidad que ofrece el bosque.
Hay muchas flores de colores e insectos que adornan el espacio y hacen que sea una experiencia única. Otra cosa que usted no se puede perder es un hermoso jardín de hortensias que también es parte de los atractivos que se topará en el camino.
En el lugar también hay una pequeña granja con gallinas, pollitos y un ganso. Hay un gallo que se escucha en todo el recorrido y esto le facilitará encontrar la granja que está medio oculta, ese es otro reto, pero sin duda, una de las tareas más difíciles es ubicar el mirador, cuesta mucho llegar porque las entradas confunden, pero una vez llega, no se quiere ir.
Este mirador tiene unas vistas panorámicas increíbles que permiten observar las montañas, el Valle Central y el aeropuerto Juan Santamaría, además que se puede ver el laberinto desde arriba, de hecho, nos contó don Bernardo que algunas personas hacen trampa a veces y tratan de guiar a otros desde el mirador, pero no siempre funciona.
El horario para poder visitar Laberinto Olivo es todos los días de 9 a.m. a 5 p.m., aunque si usted habla con don Bernardo, él podría correr un poquito la hora y dejarlo quedarse para que aproveche de las vistas en la noche.
Si a usted le gusta pescar, también puede hacerlo, solo tome en cuenta que tiene que prestar mucha atención porque es muy diferente a la usual y es con puntos, así que vaya preparado, no le vamos a contar más detalles para dejarle la inquietud y se anime a ir.
Este lugar es perfecto para hacer un picnic y también hay un ranchito. El lugar cuenta con un food truck que está disponible los fines de semana, aunque no se preocupe si va un día entre semana, puesto que el lugar permite el ingreso de alimentos.
La entrada al Laberinto Olivo tiene un valor de 3.000 para adultos. En el caso de niños, de 5 a 11 años, y de adultos mayores, tiene un valor de 2.500. Los menores de 5 años no pagan.
Si quiere experimentar otra actividad, le contamos que por 1.500 colones más, puede ingresar a un fresal hidropónico y cosechar sus propias fresas.
Don Bernardo lo anima a visitarlos y vivir esta experiencia: “Es un rato para desestresarse, para estar en el mirador, que es relajante y bonito. Tenemos ponchos por si el clima estuviera lluvioso, hay muchas personas que se animan”.
Víquez nos comentó que lo más importante de todo es llegar con buena actitud sabiendo que es una actividad muy distinta para retarse. Si usted quiere visitarlos puede comunicarse al número de teléfono: 6163-9178.
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