Piezas de oro que el visitante puede ver desde todo ángulo, objetos antiquísimos que hablan de los tiempos en que la megafauna caminaba por el territorio que hoy conocemos como Costa Rica, rarezas en oro que casi nunca se ven en el país ni la región... La nueva exhibición del Museo de Oro Precolombino, en los bajos de la plaza de la Cultura, está repleta de piezas para observar con detalle y conocer la historia que cuentan.
Les contamos acerca de algunas de las piezas especiales que encontrará en su recorrido por ese espacio.
El cangrejo que le ayuda a Sibú
Aquel ayudante de Sibú, el cangrejo, fue enviado a la tierra por agua dulce para dárselas a los seres humanos. Esto cuentan las leyendas de algunos grupos indígenas costarricenses.
Si bien no existen muchas representaciones de los cangrejos en las piezas de oro del país, es cierto que se trata de una figura muy detallada, como muestra este colgante del Pacífico Sur, que data de la época entre el 700 y el 1550 después de Cristo.
Felino con cuerpo de reptil
Este colgante del Pacífico Sur (700-1550 d. C.) muestra a dos animales en uno: un reptil con cabeza de felino o un felino con cuerpo de reptil. Se trata de una combinación poco común dentro de la iconografía de oro en Costa Rica y muestra un trabajo muy cuidadoso.
El lagarto, que sí es muy común en las piezas de oro, era especial ya que, según los mitos indígenas, era guía de almas, come hombres o protector.
Mujer con deformación craneal
Entre las piezas cerámicas que se incluyeron en esta renovación, el visitante encontrará a tres mujeres (dos de la Región Central –entre ellas la de la imagen– y una del Pacífico Norte) que presentan deformación craneal. Esto era una distinción y estaba reservado para personas de un linaje importante.
La elección del material no es casual: la arcilla estaba relacionada con la fertilidad. En los brazos de esta mujer vemos a un niño que también muestra deformación en el cráneo. Ella está sentada en un taburete, el cual era usado por indígenas de alto rango.
Otro detalle interesante es que en sus hombros se observa lo que puede ser una piel de cocodrilo o escarificación (para producir escamas en la piel), que también eran marcadores de prestigio.
El gran chamán
Una de las representación del gran chamán, el cual posee características sobrehumanas. En él se evidencia la estrecha relación entre el mundo de los seres humanos y de los animales en las costumbres precolombinas.
En esta pieza de oro hay que prestar mucha atención a los detalles; por ejemplo, los tres animales como espíritus tutelares sobre la cabeza, ranas en el pecho y el símbolo de poder y fertilidad en el órgano sexual: una cabeza de ave.
Un sapo entre tantas ranas
Son muy comunes las representaciones de diferentes especies de ranas en la metalurgia indígena precolombina; sin embargo, este sapo es singular: es el único en las colecciones de oro en Costa Rica y tampoco se ha encontrado otro parecido en Colombia, según contó Priscilla Molina, arqueóloga de la institución.
Sus características (los dedos muy marcados, ojos ovales hacia adelante y, sobre todo, la cresta en la cabeza a modo de corona) son típicas de varias especies de sapos, en especial del Incilius luetkenii, proveniente de Guanacaste, agregó la especialista. Lo curioso es que, al momento del apareamiento, el macho de esa especie cambia de color a un amarillo brillante; de esta forma, este colgante revelaría, una vez más, la cercanía de los indígenas con su medio ambiente.
Punta de proyectil para cazar animales
Esta punta de proyectil es el objeto más antiguo de la colección de los Museos del Banco Central. Nos remite a los primeros pobladores de nuestro territorio (entre el 5.000 al 7.000 antes de Cristo), cuando los grupos eran nómadas, cazaban y recolectaban y aún había megafauna en estas tierras.
Molina explicó que pudo ser la punta de una flecha y es más alargada (desarrollo local). En Costa Rica también se han hallado puntas con forma de cola de pez (común en el sur del continente) y clovis (del norte).
Araña, sus huevos para los curanderos
Esta araña de oro es un sonajero. Cuentan las historia de los indígenas que los curanderos usaban piedras para la sanación; ellos no escogían las piedras, sino que las piedras los llamaban a ellos; cada una de las diferentes piedras tenían un uso particular. Y esas piedras de los curanderos no eran más que los huevos de la araña.
Además, se dice que la araña contribuyó con Sibú en la construcción del mundo.
Piezas de metalurgia con influencia local
Estas son las piezas de metalurgia más antiguas que aparecen en el territorio y ya se evidencia la influencia local, lo cual queda claro al examinar detenidamente la indumentaria y los diferentes instrumentos que usan. Se destacan los tocados de plumas, los textiles que caen, las rodillas dobladas y el uso de maracas dobles.
Son típicas del Caribe Central, sobre todo del sector que denomina Línea Vieja (por el ferrocarril).
Aves, las que se llevaban las almas
Sin que los espíritus dañinos las afectaran, las aves, como las águilas y los zopilotes, podían viajar al inframundo, narran los mitos indígenas. Son uno de los motivos recurrentes en la producción metalúrgica precolombina.
Además de los localismos, esta pieza muestra una gran influencia de la zona de Panamá, lo cual se refleja en el collar y el tocado de aros, explicó la arqueóloga de los Museos.
Cuadrúpedo de cola levantada
Este cuadrúpedo con cola levantada y cabeza de ave es una de las piezas de oro más antiguas de la colección, data del 300 después de Cristo; es decir, es anterior al proceso de la producción de la metalurgia en nuestro territorio (400 después de Cristo).
Por sus características se sabe que es de Costa Rica, aunque tiene elementos comunes a las de las regiones del Gran Chiriquí (Costa Rica, Panamá y Colombia).
Sobre el Museo de Oro Precolombino
El Museo de Oro Precolombino es parte de los Museos del Banco Central y se ubica en los bajos de la plaza de la Cultura, en el corazón de San José.
Está abierto todos los días de 9:15 a. m. a 5 p. m. Los costarricenses deben pagar una entrada de ¢2.000 (adultos) y ¢500 (estudiantes con carné); entran de forma gratuita los menores de 12 años, los ciudadanos de oro y miembros de comunidades indígenas. Los extranjeros deben aportar $13 y los estudiantes de otro país, $10.
Los nacionales tienen ingreso gratuito los miércoles, las noches del Art City Tour y el Día Internacional de los Museos (18 de mayo).