En el mes de la Mujer, Ileana Camacho ha respirado profundo y dado un paso al frente: su libro, Cartas a Safo, es una obra en la que abre su cofre personal de historias sobre episodios románticos.
Sus memorias como mujer lesbiana son trazadas de forma poética en torno a los silencios de pareja, a los desayunos inesperados como signo de amor, a bailes en la sala de la casa que nunca se olvidan... Cartas a Safo es un conjunto de cartas que se leen como pequeños cuentos, todos dedicados a las mujeres que marcaron a la autora en algún momento, desde una amistad hasta el más apasionado romance.
El título de la obra es una referencia a Safo de Lesbos, la primera mujer que sostuvo relaciones sexoafectivas con mujeres, al menos de la que la historia tiene documentación. Camacho aprovecha esa figura para rendir homenaje a su historia.
Cartas a Safo se publicó bajo el sello Club de Libros y se encuentra actualmente a la venta en la Librería Francesa, Andante y Bastet. En este nuevo episodio de El librero, conversamos con la autora para conocer más sobre su lanzamiento.
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—¿Cómo tomó la decisión de realizar este libro?
—Fueron varias cosas. En primer lugar porque escribir siempre ha resultado un proceso sanador, de mucha introspección. Segundo, porque había pasado un proceso personal de desamor y esa fue la forma de canalizarlo. La honestidad, además, es un valor que trato de involucrar en cada aspecto de mi vida y la escritura no es la excepción, todo lo contrario: es la única forma para mí de poder hacerlo.
—¿Tuvo que lidiar con el temor a la autocensura? Ya que podía quedar al descubierto por quiénes habla en el libro.
—Sí, tuve que lidiar con la censura y la autocensura, pues era claro que podría generar susceptibilidades. Siendo así se tomó la decisión de cambiar el nombre de las personas involucradas y así protegerlas y resguardarme.
—Tras las cartas que usted presenta en el libro, ¿cómo podría definir lo que significa el amor?
—Uff, qué pregunta. Puedo definir el amor como una fuerza, pero también una decisión. Es una de las cosas que me mueve y también al mundo entero. Debe venir acompañado de la libertad como su complemento, pero también es una sensación que puede ser tan eterna como efímera. Es, además, un sentimiento al que no hay que tenerle miedo, porque ante tantos límites que nos impone la sociedad podría ser fácil tenerle ese temor.
—¿Hubo más cartas que quedaron fuera del libro?
—No. Realmente me siento complacida de saber que escribí a cada mujer que impactó mi vida hasta el momento de la escritura del libro. Quizá lo que faltó fue extenderme más en algunas de las cartas, pero eso tal vez fue por las dudas propias que se generan al intentar escribir un primer libro, sobre todo de esa naturaleza.
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—¿Cuál es su criterio sobre el panorama de literatura LGBTIQ en el país?
—Es un panorama difícil. Ciertamente hay iniciativas y proyectos de editoriales independientes, escritores incipientes y grupos diversos, pero no dejamos de cargar todavía con temores que en definitiva siguen presente en nuestro inconsciente colectivo, así como en nuestras mentes y actuaciones.
”Creo, y esta es una percepción muy personal, que usamos mucho tiempo y energías tratando de superar nuestros miedos o intentando salir del clóset. Entonces nos queda poco tiempo y ánimos de experimentar en nuestra creatividad, y sobre todo, de exponerlo a la sociedad por las consecuencias que eso puede traer.
”Además, peor si se habla de mujeres lesbianas, bisexuales, y trans, que la mayoría de veces se tratan como invisibles. Hay un libro, en particular, que representó inspiración para mi, el cual fue Cartas a Hombres de David Ulloa, pues su publicación resultó mediática en la comunidad LBGT+ y, en definitiva, abrió puertas que antes no existían.
—¿Cómo espera que se coloque su título dentro de ese panorama?
—En ese panorama, Cartas a Safo fue el primer libro de cuentos cortos sobre historias lésbicas escrito en Costa Rica. Espero con esto que, a través de la lectura, personas de otras orientaciones sexuales se puedan sentir identificadas, porque al fin de cuentas el amor se siente igual por todos. Pero que además, ojalá, haya más personas queer con ganas de escribir, pues estoy segura que hay muchas historias por contar.
‘El librero’ es una sección de literatura del espacio ‘Ancora’, que ahora goza de una versión web en que se recomiendan títulos refrescantes. Si quiere ser considerado para este espacio puede escribir a jmora@nacion.com.
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