Un soleado sábado en enero, una treintena de visitantes abarrotaba la casa-estudio-galería de Espacio Sabático mientras se aproximaba caminando por Los Yoses. Culminaba un recorrido que inició en Galería De Cerca, cruzó Temporal y, tras el atardecer, aquí en el balcón de Sabático, volvería a la segunda estación, para una fiesta en el jardín, performances y más recorridos con cada artista. A pocas cuadras una de otra, cada espacio transmite mensajes distintos en su propia frecuencia; vinimos a oírlo todo.
Oferta cruzada
Contaminación cruzada es un circuito colaborativo de arte contemporáneo, “un proyecto de cooperación y trasiego episódico entre espacios independientes”, escriben los gestores del proyecto Konstantina Stamatiadis y Juan Ignacio Salom, curadores en De Cerca (en Kalú, barrio Escalante). Es decir, es un encuentro entre iniciativas que, en este momento, coinciden en dos de los barrios más dinámicos de la capital.
El primer recorrido se realizó el 25 de enero y convocó a 60 asistentes a las visitas guiadas y a más de 300 personas a las fiestas, conciertos y otras actividades a lo largo del día; la nueva edición será el 22 de febrero.
“Son tres diferentes modelos, tres sistemas que implementan tres espacios autogestionados que funcionan cada uno a su manera”, explica Salom. “Una premisa es ser una alternativa al circuito institucional; la otra, mostrar el arte en un contexto de cercanía. Estamos muy conscientes de que el asunto del arte, y el arte contemporáneo, puede ser intimidante o excluyente”. Ante la dispersión de opciones en la capital o la falta de información, el proyecto busca el intercambio, la comunión y el descubrimiento.
A modo de resumen, De Cerca exhibe pintura y fotografía de los artistas presentes en los otros espacios, como Pía Chavarría, Jonathan Dennis y Fabrizio Durán, además de obras los respectivos gestores de cada iniciativa.
Al inicio del recorrido, Stamatiadis explica el impulso detrás de todos: abrir vitrinas para la venta de obras, acercar al coleccionista de arte a quien lo crea y fomentar el diálogo. “Te lleva a un espacio de intimidad donde podés conectarte con el artista en su espacio de producción. Es una forma de educación al ojo, de alguna manera, para que identifiquemos quiénes son los artistas que trabajan en el país hoy”, dice la curadora.
Nada es para siempre
Temporal tiene sus días contados; para no olvidarlo, un reloj les recuerda a sus ocupantes cuánto tiempo tienen antes del fin. Cuando los desarrolladores inmobiliarios acordaron el préstamo de la vieja casa, les indicaron que sería demolida en dos años (julio del 2021). Ya quedan poco más de 560 días. Lejos de intimidarlos, la caducidad es el motor del proyecto; si queda poco tiempo, sus ocupantes deben inundarla de actividades.
Para lograrlo, Luciano Goizueta, Sergio Leiva, Agustín Fallas y Thomas Tupper la aprovechan como estudio; asimismo, invitan a artistas como Sara Mata, Carlos Redondo y Juliette Fonseca a utilizar distintas habitaciones para sus proyectos. En un espacio abierto a lo imprevisto, la constante actividad le da una pulsación más rápida. “La obra es la casa”, opina Leiva. “Va a llegar un momento cuando la casa esté muy nítida, y en ese momento empezará un periodo de destrucción”, dice Goizueta.
Es inevitable que esta sensación de impermanencia se imprima en la obra, como en la habitación ocupada por Fonseca, quien trabaja con texto; de la base de las paredes a los recovecos de los estantes y muebles, sus breves narraciones evocan la memoria de un barrio en plena transformación.
En un nivel inferior de la casa, la pintura de Ileana Moro parece haber acompañado los pisos desmantelados y las paredes desnudas por décadas. Pero también la orquesta de ruidos de Joan Villaperros se encuentra a gusto, amplificando la vida sonora de una casa que ha absorbido décadas de vibración urbana. “Cuando tenés muchas cosas ocurriendo surge un reto de pensar cuántas cosas más se podrían hacer, cuántos usos más se le pueden dar a un espacio pequeño”, dice Goizueta.
En el último recorrido, danza, música y ruido convergieron en un frenesí como de fuerza natural. Esta semana y las dos próximas se celebra la Primera y última bienal de video temporal. Acto 1, curada por Paz Monge; luego vendrán artistas de Guatemala, Ecuador, Colombia y Canadá, entre otros países, para nuevas residencias mensuales (o incluso más breves). “Es un espacio que siempre está cambiando y se está moviendo, y creo que esa es la esencia de Temporal. La misma casa te va diciendo ‘Úseme de esta manera, aproveche este espacio’”, considera Leiva, cuyo estudio se encuentra en la planta baja.
Puertas abiertas
Desde el 2011, el colectivo 9 Cuartos ocupó una casa –y otros sitios– en busca de espacios para exposiciones conjuntas. “No estábamos encontrando nuestro espacio, nuestra labor: si queremos sobrevivir siendo artistas, tenemos que encontrar nuestra posición en la sociedad”, dice Fabián Monge, ahora en Sabático junto con la diseñadora de joyería Lola Miche.
Sabático es un espacio para conocer a los artistas y adquirir su obra: “Es un taller de producción donde estamos abiertos para que puedan venir a trabajar otras personas, para recibir clientes y para exponer. Sabático es una plataforma de producción, exposición y venta de arte”, explica el artista. Ante una “falta de herramientas para gestionar y entender el mercado” en la formación académica, explica Monge, se volvió necesario excavar un nicho propio, encontrar las formas de desarrollarse profesionalmente.
Para Monge, es necesario replantear las condiciones para coleccionistas y compradores de arte, de modo que se facilite la adquisición de piezas para beneficio del mercado local. Sabático es, a su modo, una plataforma para pensar esta relación y para ponerla en práctica. “El contacto con el coleccionista brinda una experiencia distinta”, dice.
Al ingresar, quien visita aprecia las pinturas, esculturas y piezas de todo tamaño que pueblan la casa, exhibidas como en salón, en medio de los rastros inevitables del taller. Si se puede ser todo a la vez, ¿por qué no aventurarse? Sabático alberga talleres de dibujo y joyería, conciertos y eventos, y se abre asimismo a otros artistas, como Dennis, Marco Arce o Fabrizio Durán (en Contaminación cruzada se sumó una transmisión en vivo de Andrés Mora que conectaba los distintos puntos del recorrido).
El balcón de Sabático mira al oeste, hacia los enormes patios del viejo Los Yoses, otras casas transformadas en restaurantes, fundaciones o embajadas, y hacia las nuevas torres residenciales. El surgimiento de espacios así es inseparable, aquí y en todas partes, del desarrollo inmobiliario, una relación destinada a volverse más compleja conforme avance el mercado.
Ante la estrechez de espacios de exhibición y el reciente cierre de importantes galerías privadas, la oportunidad la han tomado varios artist-run spaces (espacios gestionados por artistas) y otros modelos alternativos en busca de sostenibilidad o la libertad de proponer nuevas relaciones con distintos públicos. Es casi natural que, por feliz coincidencia en tiempo y espacio, dialoguen para impulsarse entre sí, como en Contaminación cruzada. Escuchemos su conversación.
Vaya y vea
La nueva visita guiada por Contaminación cruzada se llevará a cabo el sábado 22 de febrero a partir de las 3:30 p. m. El recorrido empieza en De Cerca (ubicado dentro de Kalú, 50 m al este del parque Francia, barrio Escalante).
Si desea participar, reserve su espacio gratis escribiendo a galeriadecerca@gmail.com
¿Dónde están?
Galería De Cerca: Ubicado en Kalú, 50 m al este del parque Francia, donde también encontrará Kiosco SJO y Cafeoteca. Martes y miércoles de 12 m. a 7 p. m. Jueves, viernes y sábados de 12 m. a 10 p m. Domingos de 12 m. a 6:30 p. m. Instagram: @de_cerca.
Temporal: En calle 33, avenida 2, Los Yoses. No tiene horario de visita, pero tiene un calendario de eventos que puede seguir en Instagram: @_temporal.
Espacio Sabático: Contiguo al Instituto de México, en Los Yoses (250 metros al sur de la tienda Arenas). También abre según eventos. En Instagram: @espaciosabatico.