Cualquier vistazo a una librería nos confirma que uno de los géneros preferidos del lector costarricense es la novela histórica. Somos curiosos por el pasado, sin duda, y parece que no nos basta con los estudios académicos que tanto nos revelan. Queremos el influjo de la imaginación y la textura de la prosa de ficción.
En 1999, Carlos Cortés iniciaba su Cruz de olvido con la demoledora frase: “En Costa Rica no pasa nada desde el Big Bang”. Resume cierta actitud tica que prefiere sepultar recuerdos y experiencias históricas antes que confrontarlas. Pero nuestros autores locales han insistido, en múltiples novelas, en horadar los hechos y dichos del país y exponernos la historia, real o imaginada.
1. El año de la ira (Carlos Cortés, Alfaguara)
Hablando de Cortés, en El año de la ira recuperó un momento que marcó nuestra historia y que, felizmente, es la última dictadura que dominó nuestro país. Aquí ejercita su músculo periodístico porque ensaya una tesis histórica, analiza los pormenores del asesinato de Joaquín Tinoco y, con vigor de novelista, nos retrata una época crítica de la historia tica.
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2. La flota negra (Yazmín Ross, Alfaguara)
Muchos géneros se encuentran también en esta novela de Yazmín Ross, que nos trajo a la memoria Andrea Mickus, de Libros Duluoz. Aquí hay biografía, historia, testimonio... Todo gira en torno a la controversial figura de Marcus Garvey, el líder independentista negro que marcó Limón y el pensamiento de su población en los años 20.
3. Asalto al paraíso (Tatiana Lobo, Editorial Costa Rica)
En términos de novela histórica, esta obra de 1992 ha sido uno de los hitos literarios en Costa Rica (y ganadora de reconocimiento internacional). Pedro, un español prófugo de la Inquisición, se esconde en Cartago y se enamora de una joven indígena justo al fragor del alzamiento de Pablo Presbere. El contexto, claro, es la pugna de la era colonial, en una Costa Rica lejana y aislada, donde sin embargo florecieron culturas y alianzas, y se confrontaron visiones de mundo y formas de ejercer el control.
4. La fugitiva (Sergio Ramírez, Alfaguara)
Al igual que la chilena-tica Lobo, este no es un autor costarricense, aunque casi lo es por adopción. Sergio Ramírez ha sido una presencia intelectual significativa en Costa Rica desde los años 70, cuando colaboró en importantes proyectos literarios. Hace pocos años, volvió a nuestra tierra en una novela dedicada a Yolanda Oreamuno: su obra, su vida, su figura. La autora de La ruta de su evasión anima aquí una novela que recrea otra época de la que cada vez vemos más ramificaciones y resonancias en la cultura y el arte de hoy.
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5. La alquimia de la Bestia (Luis Diego Guillén, Uruk Editores)
De vuelta a la época de la colonia que ya visitamos, conocemos a un mercenario español que nos cuenta lo que vio de la sangrienta revuelta en las montañas de Talamanca. Esta es una historia llena de vericuetos que nos intrigan por aquellas oscuridades históricas, lo que no sabemos de entonces y lo que podemos imaginar. La novela histórica nos fascina por esa capacidad de colocarnos en contextos que seguramente hemos soñado, así fueran cruentos, con el fin de comprender nuestro pasado.
¡Feliz Día del Libro! Hay incontables novelas con contexto histórico creadas en Costa Rica (Los días que fueron, Las posesiones) o ambientadas aquí, de plumas extranjeras (Pura vida, La leyenda del volcán). Hay muchos caminos para seguir explorando el pasado.
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