Al recorrer esta ‘anatomía’ surgen voces y miradas de mujeres que nos hablan de aspiraciones, sentimientos, cometidos, así como de abuso, violencia y muerte. En una docena de relatos, la intimidad de la casa nos acerca a todo el esplendor y la vulnerabilidad de ellas. Así es La anatomía de la casa, esa obra publicada por la EUNA que se ganó un doble premio: el del certamen UNA Palabra y el Premio Nacional de Literatura Aquileo J. Echeverría en Cuento.
A este texto de la escritora, profesora e investigadora Laura H. Zúñiga, el jurado del galardón nacional le reconoció no solo su vigencia por abordar problemáticas sociales actuales, sino también le destacó las técnicas narrativas, la construcción de los personajes y convertir a la casa en “un eje simbólico en el que los personajes femeninos construyen vivencias íntimas que se desarrollan de manera reflexiva”.
En un intercambio textual por escrito, Zúñiga, desamparadeña de 41 años, nos acerca a este libro, su proceso creativo y motivaciones.
¿Cuál es el germen del libro de relatos La anatomía de la casa? Sé que fue un proceso de varios años para llegar a esta obra.
El proceso se dio durante casi cuatro años, en los que fui investigando y observando diversas situaciones de la realidad social costarricense, especialmente de las mujeres. Sin duda, a lo largo de mi carrera literaria, he tratado de involucrarme con las carencias en los derechos de las mujeres, ya que continuamos en una posición irregular en comparación con la del género masculino y es tarea de cualquier ciudadano (a) y, por supuesto, del gremio artístico visibilizar estos hechos.
“Laboralmente seguimos teniendo desventaja, incluso en el campo literario, hay un notable apoyo a las producciones masculinas y no de las femeninas, aunque no debería existir distinción entre ellas, porque ambas son literatura.
“El confinamiento sufrido durante el 2020 trazó un panorama mundial que desató descubrir nuestra identidad dentro de las casas, el hábitat más común en nuestro día a día, y esto marca también el origen de esta obra que, aunque se inició un poco más antes de ese momento histórico, la terminó de unificar para ese punto”.
¿Qué significado simbólico tiene la casa en estos relatos? ¿Por qué le interesa tanto hurgar en este espacio? Este simbolismo es una de las características que destacaron los jurados que la reconocieron con el UNA Palabra y con el Premio Nacional de Literatura Aquileo J. Echeverría.
Quiero señalar, en primer lugar, que la casa ha estado presente en la literatura universal; por ejemplo, La casa de Bernarda Alba, La casa tomada, La caída de la casa Usher, entre otros. Como se ha dicho, este espacio es “el lugar de la identidad y la intimidad por antonomasia”. El simbolismo, sin duda, cambia de cultura en cultura, pero este personaje objetual está presente en todas ellas, pues es el refugio del ser humano, su ambiente, su espacio identitario conformador de personalidades.
“En la literatura centroamericana es habitual la conformación de identidades a partir de los espacios físicos, pues el entorno no pasa desapercibido en la realidad y uno de esos lugares es la casa. En una época se habló de la casa paterna, después de la casa materna; sin embargo, al final, es la casa de todos, es nuestra propia representación corpórea”.
Ambos jurados también ponen un énfasis en la visión femenina que da el libro. ¿Qué quiso lograr con esa mirada femenina?
Como le dije antes, la mujer representa una posición importante en mi vida, mi madre es mi modelo por seguir, es una persona sabia que ha luchado y me inculcó que las mujeres estamos capacitadas para cualquier situación. Ella desde niña me enseñó a soñar y a creer en mí. Sin embargo, la sociedad manipula también y, a lo largo de mi vida, me he visto en situaciones difíciles por mi género.
“En mis estudios universitarios conocí a profesoras que fueron y son mujeres fuertes e inteligentes; luego, en mi carrera literaria, ha sido valiosa la relación con otras, conocerlas tanto fuera como dentro de sus obras, me hace sentir que muchas buscamos lo mismo: la libertad y defender nuestros derechos.
“En mi experiencia como docente, tanto en la institución anterior como en la actual (CTP Alajuelita), sigo conociendo mujeres jóvenes que quieren salir adelante, pues vienen de familias uniparentales o en las que también las abuelas juegan un papel trascendental en la familia porque también crían desde su visión de antaño, pero rescatando su intención de buscar la felicidad.
“Todas esas voces de mujeres son las que me inspiran día a día en mis obras, pues en el diario vivir ellas salen a trabajar, cuidan sus hogares, mantienen familias, luchan contra enfermedades y siguen educando desde su femineidad”.
“Todas esas voces de mujeres son las que me inspiran día a día en mis obras, pues en el diario vivir ellas salen a trabajar, cuidan sus hogares, mantienen familias, luchan contra enfermedades y siguen educando desde su femineidad”.
¿Se trata de una mirada femenina o más bien de una voz femenina que se quiere hacer escuchar? ¿Qué voces pone al descubierto esta colección?
Son voces y miradas. Los escritores observamos el entorno; creo que vemos más allá, en un plano sensible, con empatía, con astucia, con inteligencia. Aquí hay mujeres de todo tipo y todas tienen algo que decir, expresar, defender, argumentar, enseñar, liberar. Hay madres, novias, esposas, amas de casa, zapateras, telefonista de emergencias, adultas mayores, escritoras… Son mujeres en todo su esplendor y muchas, en su vulnerabilidad social desde un sistema patriarcal, pero esto no las deja atrás.
“En esta colección, algunas son mujeres que sufren violencia doméstica, de género, física, psicológica, entre otras. Nuestra sociedad aún tiene una deuda con estas víctimas; las estadísticas y los noticieros demuestran que las mujeres o las clases más vulnerables mueren o son violentadas, hay explotación en muchas áreas y, sin duda, mi papel como escritora es buscar no solo escribir para que los lectores disfruten, sino que mi intención es mover emociones y tratar de generar un cambio desde la sensibilidad lectora.
“Los escritores observamos el entorno; creo que vemos más allá, en un plano sensible, con empatía, con astucia, con inteligencia. Aquí hay mujeres de todo tipo y todas tienen algo que decir, expresar, defender, argumentar, enseñar, liberar. Hay madres, novias, esposas, amas de casa, zapateras, telefonista de emergencias, adultas mayores, escritoras… Son mujeres en todo su esplendor y muchas, en su vulnerabilidad social desde un sistema patriarcal, pero esto no las deja atrás”.
Escribe desde niña, es profesora de enseñanza de la literatura y el castellano y da talleres literarios. ¿Qué significa la literatura en su vida? ¿Qué la impulsa a escribir?
Escribo efectivamente desde los 11 años, profesionalmente desde hace casi 15 años, en estos la literatura no solo es mi pasión, sino que representa gran parte de mi esencia. He estudiado literatura, enseño literatura, comparto literatura, por lo que tiene un gran sentido en mi vida crear y leer.
“A los 30 años empecé a sufrir una disfonía que me ha negado por periodos la posibilidad de hablar claramente, entonces, la escritura de pronto, no solo se convirtió en mi parte profesional, sino que también me motivó para seguir haciéndolo.
“Cuando por razones de salud perdés la voz, el arte pasa a ser la herramienta para expresar lo que no se facilita con la voz física. He tenido esta enfermedad rara (disfonía espasmódica) durante casi 12 años y la literatura es un canal de difusión para demostrar que no hay barreras para cumplir la vocación, los sueños y realizar los proyectos de vida.
“La literatura es parte de mi voz y me impulsa darle también voz a quienes la han perdido por la razón que sea”.
¿Cómo es su proceso creativo? ¿Tiene muchos textos guardados en las gavetas? En su caso, ¿cuándo un texto está listo para la editorial?
Mi proceso creativo es una disciplina. Por el momento tengo siete libros publicados, varios textos en antologías, libros colectivos y artículos de investigación. Al inicio, en mi adolescencia, fue un proceso de catarsis; desde que soy escritora como tal, he buscado escribir todos los días, porque al igual que los deportes hay que ejercitarlo. Escribo ideas sueltas que posteriormente les doy forma y muchos textos me llevan por donde desean, otros los tengo muy claros como proyectos.
“Por ahora, tengo algunos guardados en mis gavetas: en total tengo tres libros inéditos esperando editorial (dejo la inquietud, je, je) tanto de poesía como de narrativa.
“Creo que no están siempre listos, soy perfeccionista (mal de filóloga) y los edito hasta que sienta que estoy satisfecha; en ese momento, sé que puedo enviarlos a editorial para compartirlos”
También escribe microrrelatos (narrativa breve) y poesía. ¿Qué le permite cada uno de ellos?
Poesía he escrito siempre, soy poeta cien por ciento; mi narrativa incluso suele ser muy poética o al menos eso me han comentado quienes conocen mi obra. La vida está llena de metáforas y el mundo de la escritura en mí consiste en buscar la belleza en el lenguaje, que nos ofrece amplias posibilidades. Mi mundo es en esencia poético. Sin embargo, desde hace algunos años, me estoy dedicando a la investigación y producción de la microficción; tengo varios artículos publicados, participación en ponencias y pertenezco al colectivo Minificción Centroamericana y soy la coordinadora de Costa Rica.
“Los géneros, aunque diferentes, me conducen al mismo punto: intentar promover la lectura y escritura para todos”.
¿Son muchas búsquedas literarias o una sola en diferentes vertientes?
Soy una escritora que intenta renovarse constantemente, leo mucho, me actualizo y converso con otros. En estos procesos busco que mi literatura avance, se mueva, migre y reconstruya.
¿Cuán difícil ha sido para una escritora como usted abrirse campo en la literatura nacional?
Es difícil porque te encontrás de todo: desde la discriminación por género, los favoristismos o, bien, la poca experiencia con la que contaba hace algunos años. La labor del escritor es constante y de entrega. En el camino, el universo ha puesto personas maravillosas que han allanado el paso para continuar, mentores y mentoras que aman la literatura tanto como yo y me han apoyado de alguna forma. A ellos les agradezco profundamente y no los menciono por no querer equivocarme en omisiones, pero a todos, externo mi cariño por hacer más fácil la tarea.
¿Cómo se toma o cómo asume este doble reconocimiento para La anatomía de la casa?
Me lo tomo con emoción. Para mis padres y mis dos hijos ha sido significativo, porque soy una mujer que se esfuerza, trabaja duro y tiene vocación tanto para la enseñanza como para la literatura. Quienes me conocen, corroboran la constancia y disciplina para mejorar mis escritos, una tarea que como la de madre y docente es de nunca terminar.
“Además, es un reto, pues quiero seguir creciendo como autora y deseo darme a conocer más en las letras costarricenses no solo de escritora, pues también anhelo promover espacios para autores sin experiencia que quieran darse a conocer; más recitales y talleres.
“El doble reconocimiento implica una tarea de seguir creciendo y buscar nuevos proyectos literarios y a nivel laboral como docente en otros ámbitos”.
¿Qué textos está trabajando actualmente?
Actualmente, está pronto a entrar en una editorial un libro de poesía que también aborda los temas de las mujeres empoderadas. Ha sido toda una investigación para construir las voces líricas de la obra, pues es un recorrido por muchas mujeres fuertes en la historia.
“Tengo dos libros de microficciones esperando salir a la luz, pero para ellos no tengo todavía editorial. Y, por último, preparando más artículos académicos sobre temas actuales literarios”.