“Pisa con delicadeza, que caminas sobre mis sueños”.
Aedh Wishes for the Cloths of Heaven. W.B.Yeats
Carmen Borrasé comienza a decantarse como pintora a mediados de los años 80, etapa en la cual se gesta un fenómeno artístico muy efervescente en Costa Rica y, que se explica, a su vez, si tomamos en cuenta la década anterior en las que se crea el Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes, se convoca por primera vez del Salón Anual de Artes Plásticas en 1972. De igual forma, la labor de los artistas va a ser secundaba a nivel privado por el periódico La Nación, que establece a partir de 1973 los premios Áncora y una amplia sala de exposiciones en el centro de la ciudad. Otros acontecimientos importantes de esta época son la creación del Departamento de Artes Plásticas de la Universidad Nacional y el Creagraf y se aprueba la ley que le da vida al Museo de Arte Costarricense.
En 1982 se inaugura el complejo Museístico del Banco Central. La ley de Protección a las Artes Plásticas fue en esta época, un estímulo para los creadores. La Corporación Lachner & Sáenz empezó a adquirir sistemáticamente obras de artistas jóvenes y establece la Bienal en 1984. Como parte del aporte estatal, en este período surgen tres galerías, la de Arte Contemporáneo, la Enrique Echandi y la Sala Joaquín García Monge.
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Mi interés por la obra de Carmen Borrasé, es una mezcla de lo racional y lo mágico. Por un lado, ella forma parte de una generación de artistas plásticos que es importante estudiar y, sobretodo, porque esta creadora se ha destacado con una obra sólida. También porque me ha interesado saber el porqué, en una generación de artistas a los que les interesaba la abstracción o el expresionismo, Carmen Borrasé se decanta por una obra más académica, lo que ella llama una figuración detallada.
Pero, el otro aspecto por el cual me intereso en su obra, es menos racional, y, tiene que ver con la fascinación que generaron en mí algunos cuadros de una exposición que ella realizó y, desde entonces he seguido su obra de cerca.
Herramientas de comunicación
Mi intención como curadora ha sido que el espectador, se apropie de cada uno de esos cuadros, ya sea visual o emocionalmente, mediante el uso de formas conocidas e identificables por él, así como la pintora se apropia de los objetos ahí representados.
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La obra artística de Carmen Borrasé está cargada de alusiones y significaciones, es narrativa y simbólica a la vez, recurre a la alegoría, a la metáfora y a diferentes recursos plásticos que conoce a la perfección y maneja con maestría. El mensaje está encubierto, en su metáfora plástica encontramos un sentido vital, con ella incursiona en los sentimientos, en las relaciones de pareja, en la ausencia de sus seres queridos y en muchos otros aspectos que son parte de sí misma y de lo que la rodea.
Cada obra es un libro abierto con el que podemos comunicarnos ya que la artista establece una relación con el espectador y crea un juego intelectual entre las partes. La artista nos plantea algo realmente interesante, ella considera que el significado más importante de la obra plástica, no es aquel que ella le imprime, sino el que el espectador exprime del mismo y, en este sentido, la obra es, el vaso comunicante que une ambos extremos, el artista y el interlocutor.
Las pinturas y la metáfora visual de esta artista, invitan a la reflexión porque el uso simbólico en la comunicación implica un contenido y la transmisión de un mensaje –ya sea de forma sutil o mas directa– es siempre necesario.
Sus bodegones son puestas en escena que utilizan recursos teatrales y exhiben una serie de planos de lectura. Ella utiliza una serie de objetos, telas y relicarios, les extrae toda su energía como símbolos y también los utiliza para reforzar la idea central de cada una de ellos.
La artista no se enmarca dentro de las corrientes abstracta, expresionista o conceptual de la época y prefiere utilizar una figuración detallada para crear conexión inmediata con el observador. Los ricos recursos plásticos utilizados y una técnica impecable, son dos de sus características más sobresalientes.
Carmen Borrasé ha construido a través de su vida artística, un discurso plástico que pertenece a dos mundos y aunque está muy arraigada a lo nacional, utiliza un lenguaje universal. Sus obras cargadas de símbolos y metáforas, son un desafío a la inteligencia, un despliegue de belleza y le han le han dado alas para volar.
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El hecho de que Carmen viviese en el extranjero le planteó al Museo de Arte Costarricense y a mí como curadora (comisario) de esta exposición, algunos problemas logísticos, sin embargo, fueron solucionados con una comunicación constante y fluida, mucha paciencia y creatividad.
Las obras son la esencia de cualquier muestra, entonces fue muy importante que muchas de ellas estuvieran en Costa Rica. Otras pocas, nos fueron enviadas por la artista desde Oregón, en donde reside, esa maniobra fue sumamente complicada con la pandemia. En un principio no había vuelos, cuando empezó a normalizarse el transporte, el costo era demencial. La pintora y yo tuvimos que buscar un método poco ortodoxo, llegaron en una valija de mano de un joven estudiante.
Otro de los problemas que enfrentó la exposición, fue que el MAC tuvo que cerrar sus puertas por meses y, además, el panorama era incierto. Se cambiaron las fechas de apertura en varias ocasiones y debo acotar que esta época de pandemia, fue difícil para los funcionarios del MAC ya que, entre otras cosas, hubo que cambiar planes para adaptarse.
A su vez, como curadora independiente, yo soy parte de un pequeño equipo. Nosotros también sufrimos los embates de la pandemia, trabajar casi siempre a la distancia es muy complicado cuando hay que organizar una exposición de esta índole.
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El MAC es un bello espacio en donde antiguamente se albergaba el aeropuerto, tiene amplias salas expositivas y es un lugar acogedor en donde uno se puede sentir a sus anchas.
El 14 de noviembre se inauguró Metáfora, símbolo y alegoría virtualmente, con la participación de la expositora que vive en los Estados Unidos, la directora del MAC y la curadora de la muestra.
La exposición está diseñada para que sea una atractiva experiencia, tanto visual como lúdica. También hemos incluido una serie de recursos tecnológicos para que el público no tenga que tocar materiales y se sienta seguro.
Visitas: martes a domingo, 9 a. m. a 4 p. m.