Durante los meses de marzo, abril y mayo de 2024, la Sala de Temporales del Museo de Arte Costarricense (MAC) se viste de una belleza y de colores singulares. Pictórico y efímero: ilustración botánica de orquídeas es el título de la exposición que se inaugura el miércoles 6 de marzo a las 7 p. m. en el museo en el parque metropolitano La Sabana.
La exposición consiste en una selección de 26 ilustraciones botánicas de la artista francoitaliana Sylvia Strigari, que ilustra las orquídeas poco conocidas o raras de Costa Rica y del mundo.
Tal vez se pregunten, ¿por qué ilustración botánica de orquídeas?
Pues bien, sin lugar a dudas, son plantas fascinantes. Orchidaceae, la familia de las orquídeas, es la más diversa del planeta con cerca de 30.000 especies. En nuestro país contamos con una importante porción de esta diversidad, con unas 1.700 especies de las cuales cerca del 30% sólo se encuentran en Costa Rica.
Por su amplia variedad de formas, tamaños y colores desafiantes de la imaginación, muchas personas disfrutan de cuidar y cultivar orquídeas en sus jardines. Sin embargo, la mayor diversidad de estas plantas está en los bosques tropicales y existen muchas especies –conocidas o aún desconocidas para la ciencia– que están en peligro de extinción. Es ahí donde entra en juego la ilustración botánica, una herramienta poderosa e incomparable ya que, mientras permite la correcta representación científica de las especies, a la vez llega al corazón del observador, contribuyendo de una manera única a la concientización sobre nuestro patrimonio natural.
La ilustración botánica versus la pintura de plantas
La ilustración botánica es un proceso que requiere de una cuidadosa observación. A diferencia de la pintura de plantas en la que la estética destaca como el objetivo final, la ilustración botánica, además de estética, incorpora la rigurosidad y exactitud científicas que permite representar claramente los detalles, a menudo microscópicos, que son únicos e irrepetibles para cada especie. Esto es posible gracias al estudio detallado de las plantas vivas, utilizando herramientas como lupas y microscopios para lograr el entendimiento profundo de las características de la planta, antes de retratarla en el papel.
La artista Sylvia Strigari y su relación con el Jardín Botánico Lankester
Después de una carrera comercial en joyería y moda, Sylvia Strigari descubrió en 2002 la ilustración botánica en Inglaterra con la profesora Lady Anne Marie Evans, pero también se formó con artistas de Italia como Marina Virdis, Aurora Tazza y Luca Palermo. En 2005, enfocó su pasión en las orquídeas.
Desde 2007, la artista comenzó a trabajar en estrecha colaboración con el profesor Franco Pupulin del Centro de Investigación Jardín Botánico Lankester de la Universidad de Costa Rica (JBL, de aquí en adelante), para dar vida al proyecto The New Refugium Botanicum, que consiste en una obra de botánica moderna que tiene como finalidad divulgar e ilustrar –en muchos casos por primera vez– especies de orquídeas de Costa Rica raramente vistas en la naturaleza, muchas de ellas amenazadas o en peligro de extinción.
The New Refugium Botanicum –en español, El Nuevo Refugio Botánico– lleva ese nombre por haberse inspirado en una publicación del siglo XIX, Refugium Botanicum, editada por William Wilson Saunders (n. 1809–m. 1879) entre 1869 y 1872. A diferencia de la mayoría de las revistas ilustradas del siglo de oro de la orquideología, que se enfocaron en las especies más vistosas, el Refugium Botanicum pretendió presentar al público plantas interesantes por su mérito botánico más que por su interés hortícola. Cada una fue estudiada e ilustrada sobre especímenes vivos por los mejores especialistas de la época, acompañando las descripciones botánicas con concisas notas culturales.
The New Refugium Botanicum, que cuenta con un total de 77 acuarelas publicadas en la revista Orchids, el boletín de la Sociedad Norteamericana de Orquídeas, revivió en la modernidad el proyecto del siglo antepasado gracias a la iniciativa del profesor Franco Pupulin, mediante una fina selección de especies de orquídeas, delicadamente ilustradas por Sylvia Strigari y acompañadas de láminas en plumilla y textos escritos por los científicos y las científicas del JBL, uno de los centros de estudio en orquídeas con mayor reconocimiento a nivel mundial.
Charles H. Lankester y su legado
El JBL es el santuario nacional de epífitas en Costa Rica, lugar donde se cultivan y estudian las orquídeas ilustradas por Sylvia Strigari. El inicio de su historia se la debemos a Charles H. Lankester (n. 1879−m. 1969), un naturalista de origen británico que llegó a Costa Rica en 1900 para dedicarse al negocio del café, sin saber que se quedaría en este pedazo de tierra por el resto de sus días, enamorado, especialmente, de su flora.
En su finca El Silvestre ubicada en Cartago, Lankester se dedicó a coleccionar orquídeas y otras plantas de todo el país y también de otras regiones, logrando una colección de plantas de gran tamaño y valor que le confirió una importante reputación internacional entre los grandes estudiosos de plantas de la época. Esto le permitió establecer relaciones de colaboración científica en pro de un mejor conocimiento de la flora de nuestro país.
Luego de la muerte de Lankester en 1969, la American Orchid Society, el Stanley Smith Horticultural Trust y la Asociación Costarricense de Orquideología realizaron una campaña de captación de fondos para la adquisición del terreno, que finalmente fue donado a la Universidad de Costa Rica (UCR) el 2 de marzo de 1973.
Cincuenta años después, el JBL se ha consolidado como un jardín botánico de gran importancia para el esparcimiento y ocio de sus visitantes, así como uno de los centros de mayor producción científica de la UCR y del país, con amplio reconocimiento internacional.
La exposición Pictórico y efímero: ilustración botánica de orquídeas forma parte de las celebraciones del 50 aniversario del JBL que se han desarrollado desde marzo del 2023 y que culminarán en marzo de este 2024.
Queda abierta la invitación para visitar la exposición que tendrá casa por tres meses en el MAC, prestigioso museo de nuestro país que nos abrió sus puertas para contar esta historia. Ubicado en La Sabana (San José, Costa Rica), su horario se extiende de martes a domingo de 9 a. m. a 4 p. m. y la entrada es gratuita.
Las actividades del 50 aniversario del JBL culminarán con el reconocido congreso internacional MONOCOTS, que se llevará a cabo en el Centro de Convenciones del 11 al 15 de marzo de 2024 en nuestro país. Para más detalles, pueden visitar https://monocotsvii.com
La perspectiva de la artista Sylvia Strigari
Mi colaboración con el Jardín Botánico Lankester (JBL) por más de 10 años ha sido una experiencia extraordinaria. Las ilustraciones botánicas requieren una precisión rigurosa en la representación de los especímenes. Por eso, es imprescindible la ayuda de un experto o una experta en botánica.
El JBL me aportó toda su experiencia y su apoyo. Mi estrecha colaboración con el profesor Franco Pupulin, iniciador del proyecto The New Refugium Botanicum, me permitió hacer realidad el sueño de todo ilustrador.
Trabajando exclusivamente con los especímenes vivos del JBL el proyecto duró varios años.
A diferencia de una fotografía que representa “un momento”, la ilustración botánica permite representar el ciclo de vida completo de la planta. Se pueden agregar frutas u otras características especiales.
El proceso es lento, basado primero en la observación y el estudio en profundidad de la planta. Siempre empiezo haciendo varios bocetos de la planta para comprender plenamente su complejidad. La observación con un microscopio es esencial para ver los pequeños detalles.
Después este proceso, la libertad del artista está en la composición y la representación del espécimen. Esta parte del trabajo es muy importante.
La técnica que uso es la acuarela por su transparencia maravillosa. Hay muchas marcas en el mercado y me gusta mucho mezclarlas, pero utilizo sólo marcas profesionales. El papel que uso es siempre satinado y con un peso mínimo de 300 gr.
Fui formada por mis diversos profesores en el método clásico utilizado desde hace siglos. Un proceso bastante lento de superposición de diferentes capas de colores.
La práctica de la ilustración botánica es una experiencia única que permite ver la naturaleza con ojo completamente diferente y abre las puertas a un mundo insospechado.