Pablo Narval: ‘Este libro fue una confesión, decirle al mundo que era una persona con VIH’
Luego de que la poesía se convirtiese en su vida, Pablo Narval desnudó los estigmas, dolores y amores de un hombre con sida en un libro que es exorcismo, liberación y un canto de amor.
El poemario Balada de un hombre con sida, publicado por la Editorial Costa Rica en el 2022, ganó el Premio Eunice Odio y también el premio nacional de poesía.
Acerca de este trabajo tan personal y la poesía que dirige su vida, conversamos con el autor de 41 años.
¿Cuál fue su reacción ante este premio para su poemario?
Fue de sorpresa porque era algo que no esperaba. Estaba en mi casa, haciendo otras cosas. Un amigo me llamó y me dijo felicidades; creí que era por el cumpleaños (fue el 27 de marzo) porque se había olvidado. Entonces, le dije muchas gracias por felicitarme por el cumple; me dijo: ‘no, te estoy felicitando porque acabás de ganar el Premio Nacional de Literatura en Poesía Aquileo J. Echeverría’. Me puse muy nervioso, no sabía qué hacer y lo fui digiriendo poco a poco. Ese día me costó.
”Esa fue la manera de asumirlo. Fue como cuando le dan un knockout a un boxeador y lo dejan allí acostado, pero fue un knockout muy bonito. Al día siguiente, ya lo asumí con alegría y con un gran honor”.
¿Cómo asume los premios en su carrera? Para algunos, la responsabilidad se vuelve un peso…
No lo veo como una carga, lo veo como un logro. Obviamente, sí, es una gran responsabilidad porque ahora tengo que escribir mejor que en este libro. Lo veo como algo que me da a conocer un poquito más y lo que me interesa es que mi obra se conozca. Este premio es una puerta que se abre.
Sobre todo porque es un país en que a veces cuesta mover la poesía, ¿verdad?
La poesía anda con pies descalzos, es la pobre de la casa. Uno escribe no por una cuestión económica, sino por una cuestión personal y por los lectores.
¿Cómo surgió este poemario, su quinto libro?
No hay quinto malo (ríe). Balada de un hombre con sida nació en un cuadro de tuberculosis que tuve hace varios años atrás. Siempre escribo poesía o estoy pensando en poesía; mi vida es completamente la poesía. Entonces, en ese momento, estaba en mi cuarto muy mal de salud, no podía ni levantarme, y lo único que pensaba era en escribir poesía. Escribía ciertos versos en el celular porque no podía agarrar un lapicero y escribir en un cuaderno o bloc de notas, como lo hago habitualmente. Empecé a escribir ciertos esbozos de versos, de poemas, que, luego, cuando ya me empecé a sentir mejor, los trabajé más. Entre hospitalizaciones y estando en la casa, fui escribiendo este libro. Cuando empecé a mejorar, ya empezó a tomar cuerpo el libro.
”Fue cuando el libro me dijo: aquí tiene un tema en el que usted se puede liberar, porque yo nunca le había dicho a nadie, excepto a mi familia, que tenía VIH. Entonces, el libro fue como una confesión: decirle al mundo que era una persona con VIH/sida porque, a veces, estamos muy estigmatizados en la sociedad. A pesar de que uno no crea eso, pero me ha tocado cuadros de discriminación de parte de amigos y de otras personas. El libro habla sobre ese tipo de discriminación, del sida, de que las personas con VIH también sentimos, también amamos.
”El libro no solo habla del sufrimiento, sino que también habla del amor, de esa esperanza de enamorarse de alguien o de ese miedo de decirle a la persona amada que uno tiene VIH y cómo podrá reaccionar.
”A veces el del estigma es uno mismo: uno tiene que salir y confesarlo y que las personas te acepten, y si no te aceptan, no darle mucha mente. Gracias a Dios, hay antirretrovirales y uno puede vivir muchos años. Hay personas en Costa Rica que no tienen esa esperanza o esa vitalidad para seguir adelante. Se sienten desanimadas o no toman las pastillas de antirretrovirales, entonces les da el sida, ¿verdad? En Costa Rica mueren 185 personas al año por sida. Tal vez porque no están ni aseguradas y no pueden recibir el medicamento; eso es doloroso. Así fue naciendo el libro...
También fue una especie de exorcismo del tema.
Sí, es correcto. Sobre todo fue como un exorcismo personal. Realmente fue un libro que me ayudó a sentirme mejor porque la poesía lo que hace en el poeta es que sea una mejor persona.
”Hice el libro, con la motivación de muchos amigos que me ayudaron y me decían vamos, adelante, usted puede, este libro va a ser algo importante. Y lo hice, lo escribí y lo moldeé. Fueron ocho años de estar escribiendo el libro, de leerlo y releerlo hasta que quedara como yo quería. Y mira lo que pasó con el libro”.
Un poemario tan personal como este es desnudarse no solo frente a amigos y familia, sino también ante desconocidos. ¿Qué vino después de terminar el libro y publicarlo?
Mi familia nuclear, que son mis papás y mis hermanas, son quienes lo sabían. Sobre todo después del Premios Nacional, los otros quedaron impactados. Algunos aún creen que estoy haciendo un personaje que tiene VIH. Claro que piensan eso hasta que lean el libro; cuando lo leen, ya no hay duda alguna.
¿Y estaba preparado para todo esto?
Sí, claro. Ya al escribir el libro hubo un poco de apertura y luego más al hablarlo en entrevistas. Tal vez la primera fue un poco más difícil, luego no se va acostumbrando. Yo les digo pregunten lo que quieran, que no hay miedo: soy poeta y los artistas somos muy abiertos.
Por eso, dicen que la palabra cura...
La palabra cura, es cierto.. No ha sido tan difícil hablar de esto porque ya lo había expresado en el libro. Tal vez el tema era el qué dirán las personas que no saben, pero ya no hay miedo en eso. Me siento más aliviado al decirlo. Ya no tengo que estarlo ocultando a todo el mundo porque era como un suplicio.
¿De qué forma se emparenta Balada de un hombre con sida con el resto de sus libros y de qué forma se diferencia?
Con el que más se diferencia, tal vez es con el primer libro que es poesía completamente amorosa; no hay nada de similar con este. Se emparenta con el segundo, en el que hablé sobre el holocausto judío, el holocausto en otros países y mis propios holocaustos. Al hablar del holocausto judío en primera persona, con poemas en primera persona de judíos que habían vivido los campos de concentración, ya era como el indicio de que iba a haber este libro. Era como usar la otredad, o sea, a los otros, para escribir un dolor, un sufrimiento.
”Después escribí Aquí comienza el mundo, otro libro de poesía amorosa y completamente se distancia de este. Luego, vino Al final del silencio, que es la biografía de Marilyn Monroe contada por ella a través de mí, en poesía. El libro de Marilyn Monroe me ayudó a poder contar mis dolores y mis sufrimientos, como lo conté en el libro de ella. Ella me dio el empujón. Me dije: ya escribí una biografía de ella en poesía, pues ahora tenía que escribir mi biografía en poesía.
¿Cómo terminó usted en la poesía?
Para decir cómo terminé en la poesía, tengo que decir cómo comencé. Como a los 14 o 15 años, estaba enamorado de una muchacha del colegio y quería hacerle un poema. A mí me gustaba la poesía, leía poesía, pero no me sentía capacitado para escribirla. Entonces, en ese momento que estaba enamorado de ella y dije le quiero entregar un poema y me fui a mi casa. Tenía una biblioteca y empecé a buscar libros de poesía y el que encontré fue el de Pablo Neruda, Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Esa poesía movió mi alma. Yo dije quiero escribir de esta manera, no quiero entregarle un poema de Neruda a la muchacha, quiero entregarle un poema mío. Entonces imitando un poco a Neruda, empecé a hacer mis primeros poemas.
”El tema amoroso fue el primero que empecé a escribir. De esos poemas de mi juventud, solo quedó uno en el primer libro. Yo dije esto es lo que me toca el alma, esto es lo que quiero hacer. Después, un amigo me recomendó que fuera al Círculo de Poetas Costarricenses, donde conocí a Julieta Dobles, a Laureano Albán, a Ronald Bonilla. Y me dije: Este es mi mundo, donde quiero estar y lo que quiero hacer.
“Esos fueron mis inicios, mi formación poética . Ahí ya fue como verdad empezar a pensar en mi primer libro. Y así fue como terminé siendo poeta”.
¿Cómo define usted su poesía?
Es completamente confesional y tengo poesía social y biográfica. Mi poesía es muy humana, trato de instruir el alma de las personas, entonces se torna muy filosófica a veces. Trato que, cuando la gente lea el poema, le deje algo a su mundo. Es de diferentes géneros, pero siempre está el amor, el amor a la soledad, el amor a la humanidad, el amor a alguien…
Eso quiere decir que este libro Balada, es, al final, una canción de amor a sí mismo…
Exactamente. Usted lo ha descrito de la mejor manera. No lo había pensado así, pero realmente así es.
Después de tanta poesía, desde ese amor adolescente hasta ahora, ¿en qué se ha convertido la poesía?
Se ha convertido en una esposa. No veo mi vida sin ella. La gente lo ve como una palabra, un género. Yo no la veo como eso: la veo como un ente, como algo que está ahí, latiendo en la humanidad, en las cosas, en lo cotidiano. Ella me habla, me desgarra, me abraza, me hace el amor enérgicamente y luego me deja botado. Y es dolorosa a veces, pero siento que sin ella no puedo vivir. Es un enamoramiento total.
Monstruos bajo la lluvia: Terror nacido de una obsesión
El reconocimiento: El conjunto de relatos Monstruos bajo la lluvia ganó el Premio Aquileo J. Echeverría en cuento.
La autora: La escritora costarricense Larissa Rú (nacida como Larissa Quesada Arroyo), de 25 años, es también autora de las novelas Cómo sobrevivir a una tormenta extranjera (Premio Aquileo J. Echeverría en Novela 2020) y Plenilunio (2021).
La editorial: El libro de cuentos es de Encino Editores.
Para Larissa Rú, este reconocimiento es una confirmación de su trabajo duro. Acerca del premio y la obra, ella habla:
¿Cómo se toma un galardón así en su carrera? Es el segundo en poco tiempo.
Aparte de mucha alegría, este segundo premio lo tomo con humildad, como una confirmación para mí misma de que no fue suerte, sino que es trabajo duro y consolidado. Cuando recibí el Aquileo en el 2020, si bien estaba muy contenta con el producto final de la novela, lo recibí muy insegura debido a mi propia inexperiencia en el mundo literario. Esta vez, puedo hablar con más seguridad de que estoy orgullosa del trabajo que hice, y muy agradecida con el reconocimiento que se le dio. Es poco tiempo, sí. Eso implica más presión para seguir contando historias, pero no para que ganen premios, o al menos no necesariamente, sino para que la gente las disfrute.
”El galardón lo tomo como un incentivo para afirmar que los géneros que históricamente han sido considerados ajenos o menores en Costa Rica pueden ser reivindicados”.
¿Cómo nació Monstruos bajo la lluvia y por qué quiso reunir diferentes monstruosidades en un solo volumen?
En realidad no fue una decisión a conciencia. Fue algo que se dio orgánicamente. El primero de los cuentos que hice, Manos, lo escribí cuando tenía 14 o 15 años; desde entonces, cada año aproximadamente se me ocurría una historia y la escribía. Desde niña he sido fanática del terror, del gore, de lo fantástico; entonces, nunca planeé hacer una colección de eso. Fue simplemente que hace tres años me di cuenta de que tenía ya muchos cuentos sueltos, y todos eran de terror (solo uno de ellos es de fantasía), y compartían el hecho de que los narré casi todos en primera persona. Por eso, decidí reunirlos en un solo volumen.
”Todavía se me ocurren más ideas para cuentos de terror; no creo que sea algo que solo se detenga en este libro. Es como una obsesión mía de hacer este tipo de cosas, mi ‘lugar seguro’”.
El jurado destacó en el acta que el libro presenta “diversas perspectivas (realistas, horroríficas, sobrenaturales y fantásticas) sobre la vida de las mujeres, sus temores y sus relaciones familiares y sociales”. ¿Qué relación establece entre los monstruos y las mujeres? ¿Tiene que ver con que atestiguamos mucho horrores como colectivo e individualmente?
Yo pensaba el terror, cuando empecé a escribir, como algo universal. Y lo es. Igualmente con Monstruos bajo la lluvia, me gustaría que cualquier persona que los lea pueda sentirse identificada.
”Inicialmente escribía desde el punto de vista de mujeres porque simplemente me era más fácil. En los últimos años, empecé a identificar miedos que son exclusivamente femeninos; entonces, mis relatos se hicieron con enfoques más directos en lo femenino y su relación con el terror.
”Tristemente, la mujer (sobre todo la mujer que no es blanca, por los problemas socioeconómicos y culturales que afrontan las mujeres de la periferia) nace a este mundo con el miedo como segunda naturaleza, precisamente por el tipo de mundo que nos toca habitar.
”Sin embargo, el terror es un arma, el apropiarnos de él. Las mujeres tenemos una relación más familiar con la sangre y el dolor. Me gusta pensar que puedo construir castillos de arena con ese dolor y esa sangre que están programados biológicamente en mí, los siento íntimos.
”En los arquetipos de los cuentos de hadas, los monstruos son los otros, lo extraño y lo ajeno. Se asocian a lo grotesco y se oponen directamente a la belleza femenina y virginal. La narrativa de lo grotesco es algo que la mujer, alienada en muchos aspectos aún hoy, puede apropiarse para contar sus historias; por lo tanto, el monstruo se vuelve mucho más sociable tanto para nosotras como para quienes no se acomodan a las narrativas contadas desde la perspectiva heroica tradicional.
”Los monstruos también pueden habitar dentro de nosotras en la forma de trauma, miedo generacional, vergüenza social, culpa, depresión. Conocerlos es parte de lo que este volumen quiere tocar. El terror siempre ha sido un terreno fértil para contar la historia desde el ‘otro lado’”.
A la venta: Monstruos bajo la lluvia está en las tiendas de la Librería Internacional.
Contra lo light: Hacer ensayo como escribir literatura
El reconocimiento: El texto Contra lo light. Ensayos adversativos obtuvo el Premio Aquileo J. Echeverría en ensayo.
El autor: El filósofo, profesor universitario e investigador Camilo Retana, quien ya había ganado este mismo galardón en el 2020 con el libro Enseres: esbozos para una teoría del disfraz.
La editorial: El libro fue publicado por Uruk Editores.
Acerca de este galardón y texto, Camilo Retana responde tres preguntas:
Ya está familiarizado con el Premio Aquileo J. Echeverría. ¿Qué representa el reconocimiento para este libro de ensayos?
Entiendo este premio como un reconocimiento en dos niveles. Por un lado, a la institucionalidad de este país que sostiene y estimula trabajos como el que yo realizo (concretamente me refiero a la Universidad de Costa Rica), pues sin esa plataforma y los estímulos que ofrece no creo que ninguno de mis libros habría sido posible. Me parece que este es el caso no solo mío, sino de una buena parte de los galardonados de este año (pienso en los periodistas Esteban Oviedo y Natasha Cambronero, en el colectivo Las Hartas o en don José María Gutiérrez), pues muchos de sus trabajos constituyen de una u otra manera una defensa de esa institucionalidad en un momento de ataque contra ella.
”Por otro lado, creo que de alguna manera se trata de un reconocimiento a un modo de hacer ensayo entendiéndolo como literatura y no como un ejercicio académico hermético hecho de especialistas para especialistas”.
¿Qué objetivo se planteó ese libro de ensayos y qué encontró en el camino?
El objetivo del libro era arremeter en contra de ciertos consensos sociales que acaban teniendo un efecto y una influencia continuada en la forma en que vivimos y nos vemos a nosotros/as mismos/as. Me refiero a prácticas aparentemente inocentes como alimentarnos con productos light, usar las redes sociales o leer libros de autoayuda.
”Lo que me interesaba es preguntarme qué otras opciones corporales, políticas y existenciales pueden surgir cuando, en lugar de llevar a cabo esas prácticas de manera automática, indagamos en la manera en que ha llegado a crearse un consenso en torno a sus bondades. Uno de los hallazgos del libro es que hay un mundo que se abre cuando renunciamos a la idea de que esos rituales corporales y de consumo light son los únicos posibles”.
¿Cómo hacer que un conjunto de ensayos así logre permear una cultura bastante light?
Estoy de acuerdo con vos en que vivimos en una cultura light y parte del esfuerzo del libro consiste en argumentar cómo y por qué lo hacemos. No sé si un empeño tan modesto como un libro puede hacer algo en contra de una inercia cultural hasta cierto punto tentacular y abrumadora, pero si el texto consiguiera, en medio de ese acto íntimo de encuentro que es la lectura, tornar extrañas para las personas lectoras algunas de esas prácticas que hoy nos resultan tan familiares, me sentiría más que satisfecho.
A la venta: El libro se consigue en las librerías Universitaria, Internacional, Andante y Duluoz, así como en La Escalera Ilustrada.
Manifiesto sobre la extinción de Babel: Soledad frente a lo que acaba
El reconocimiento: La obra Manifiesto sobre la extinción de Babel se llevó el Premio Nacional Aquileo J. Echeverría en dramaturgia.
El autor: Bryan Vindas, de 34 años, es dramaturgo, actor, director e investigador teatral. Es autor de textos como Tres pesadillas de un hombre con cabeza de gato, Crónica de un tórsalo que se alimenta durante una guerra o ¿cómo se prepara una sopa de papas?, La niña que navegó entre las estrellas, ¿De qué color es la lluvia? y Una cartografía del olvido: El niño que duerme sobre la piedra. Ha ganado en tres ocasiones el Premio Aquileo J. Echeverría en dramaturgia.
La editorial: La pieza fue publicada por Ediciones Invasoras en España, luego de ganar el Premio Internacional Dramaturgia Invasora.
Sobre este reconocimiento y obras, Bryan Vindas ofrece algunos detalles:
¿Cómo lo tomó este galardón, en especial luego de que Manifiesto sobre la extinción de Babel ya hubiese sido premiada también por un jurado internacional?
Escribir Manifiesto fue muy difícil. (...) Mi intención era o siempre ha sido el poder estar codo a codo con los mejores dramaturgos y dramaturgas del mundo, y ganar en España un premio era muy atractivo y emocionante.
”Y justo esa fue la intención al escribir Manifiesto con toda la calidad y toda mi pluma y mi tinta para poder estar con los grandes y aunque sea tener una mención. Gracias a la vida y a las deidades ganó este premio, que fue hermosísimo. Fue extraordinario
”Para el premio nacional, fue hermosísimo. Estaba desayunando con mi mamá. Ella sacó el tiempo y el espacio. Estábamos muy nerviosos, yo pensé en irme y en saber qué pasaba en el autobús o en la calle caminando. Decidí quedarme con ella. Estábamos viendo la transmisión (de los Premios Nacionales), iba un poco desfasada y apenas salió el nombre de Bryan Vindas, mi mamá y yo nos abrazamos y mi novia me llamó. Fue precioso, fue una celebración.
”Son tres veces ya, pero esta vez sentí las ganas de celebrarlo con la familia, con quienes están más cerca, en lugar de gritarlo al mundo.
”Trato de vivir el día a día, el escribír día a día. Quizá esta es mi última obra, siempre lo pienso cuando termino un texto y si está lo fuera, seguiría pensando que es un texto hermosísimo”.
¿Cómo nació y qué trató de lograr con esta obra?
La obra nació justo para Invasoras. Nació en un momento personal complicado y en la pandemia con todo lo que conllevaba el pensar sobre el fin del mundo, los límites, las preguntas más personales y filosóficas sobre la vida humana… Preguntarse qué pasa cuando estamos recluidos y cómo el universo y el mundo siguen, sobre los delfines y las ballenas llegando a lugares que antes no iban porque estaban contaminados y como en esos meses recluidos la vida misma empezaba a cobrar mucho más razón, mucho más sentido...
”También fue una metáfora con mi vida personal, con mis necesidades de transformación, de modificar, de pensar que el mundo se acaba, de que todo se acaba, de mis cicatrices y también de mis sueños, de mis ganas de seguirme reencontrarme de nuevo con la escritura.
”Ya son más de 16 obras publicadas en España, Argentina, México, Ecuador, Guatemala y Costa Rica; he pensado muchas veces en dejar el teatro y siempre que lo intento pasa algo hermoso como este premio y no puedo.
”Para mí es fundamental el poder haber escrito y terminado esa obra frente a una computadora mientras sucesos violentos ocurrían alrededor del mundo. Considero que es una obra que jamás tuvo que haber sido escrita y publicada porque era muy personal y porque hay mucho dolor y porque hay muchas cicatrices; sin embargo ese texto, con ese dolor y esas cicatrices, resuena en otras personas y en el mundo.
“Es (una obra) sobre la soledad frente a todo lo que se acaba”.
¿Dónde se encuentra? El texto fue publicado en España; en Costa Rica aún no está a la venta. La obra se halla en algunas bibliotecas y colecciones de teatro.