Por medio de sus músicos, una orquesta sinfónica logra la ejecución de un vasto repertorio escrito por genios creadores, está claro, pero es a través de la dirección artística o musical donde se sincronizan partituras, se selecciona repertorio y se genera ese balance de éxito para disfrute del público. Esta figura no solamente debe tener habilidades de dirección, sino contar con ese arte de persuasión con los músicos, el público y la comunidad, con el fin de generar esa conexión con la orquesta y su repertorio.
Nuestra Orquesta Sinfónica Nacional es un vivo ejemplo de cómo el talento, sumado a una política de Estado, ha brindado a los costarricenses la oportunidad de escuchar composiciones de grandes maestros, solistas y directores invitados, tanto nacionales e internacionales. Las giras que realiza con regularidad, a nivel nacional principalmente, son un tesoro que hay que aprender a valorar.
Pero en medio de todo esfuerzo existe un líder, a quien se conocer como director titular. A lo largo del tiempo, en nuestra orquesta, este importante puesto ha estado en manos de profesionales en la batuta que, de alguna u otra manera, han impactado a la máxima institución musical de Costa Rica y más allá.
Cuando llegué al Centro Nacional de la Música y asumí en mayo del 2010 como director general, sabía que tenía un reto enorme, dada la misión que tiene para el desarrollo artístico esta institución, adscrita al Ministerio de Cultura y Juventud y encargada ejecutivamente de la benemérita Orquesta Sinfónica Nacional de Costa Rica (OSN).
Chosei Komatsu, hasta ese momento director titular de la OSN, anunciaba el retiro de la orquesta a finales del año 2010, para embarcarse en proyectos nuevos por el continente asiático, dejando así vacante un cargo difícil de encontrar en cualquier orquesta en el mundo.
Éste tipo de búsquedas o procesos de selección se manejan de maneras distintas, ya sea por una convocatoria de forma interna y, en otros, por la naturaleza pública de la organización, se someten también a valoraciones por parte del público. Por otra parte, el perfil de la posición requiere no solamente una maestría y profundo conocimiento musical, sino características de un líder que logre moldear personalidades, egos, y sea modelo para una comunidad, una provincia o una nación.
En el caso nuestro se decidió crear una comisión integrada por músicos de la misma orquesta para que propusieran, basados en su experiencia, una lista de posibles candidatos que pudieran sustituir las salida del maestro Komatsu. En ese momento, la decisión se toma de una forma ligera y se designa a Daniel Nazareth (India) en el cargo. El músico elegido tenía historia musical poco clara, sin embargo, había dejado una buena impresión en una visita realizada años atrás.
Esta decisión, para fortuna de lo orquesta, tuvo un final abrupto, repentino, ya que en cuestión de seis meses el señor Nazareth fue destituido de su cargo como director titular. Eso sucedió avanzada la Temporada Oficial 2011.
Uno de los dos compromisos de la OSN, que quedó sin director musical para ese año, fue el IX Concierto de la Temporada Oficial a celebrarse a finales de setiembre. Por medio de una llamada telefónica, realizada por el maestro Alejandro Gutierrez -director costarricense que en ese momento se encontraba realizando estudios de posgrado en Texas (EE. UU.)-, me indicó que había recibido una clase maestra de dirección a cargo de un destacado director estadounidense. Terminado el ensayo hablaron de Costa Rica y de la anuencia en ayudar debido a la crisis que se estaba viviendo en el país.
No dude en hacer la llamada y, de esa forma, tuve la ocasión de hablar por primera vez con Carl St.Clair, quien ya tenía más de 20 años de dirigir al Pacífic Symphony (California), liderar orquestas en Europa y el resto del mundo. Además de tener méritos propios, tenía una carrera consolidada desde sus inicios en la ciudad de Boston, al lado de la leyenda musical Leonard Bernstein.
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Su afabilidad, humildad y carisma fueron transmitidos con fluidez a través del teléfono, aceptando la invitación a que viniese a sustituir a un director en quien se tuvo fe y que, finalmente, nos había dejado a todos con un trago amargo.
Es así como un 27 de setiembre del 2011 inicia sus ensayos en Moravia, a la edad de 59 años. Ese mismo fin de semana dirigió de forma espectacular sus primeros conciertos en el pódium del Teatro Nacional, que vendría a convertirse en su casa musical. La participación brillante de los músicos de la orquesta fueron sus aliados en esa primera aventura.
Durante estos primeros conciertos la Orquesta Sinfónica Nacional interpretó obras de Liszt y Mahler (Sinfonia No.01 en re mayor). Continuó siendo invitado en el 2012, hasta que después de un poco más de dos años de estar vacante el puesto de director titular, en setiembre del 2013 se anunció a Carl como el nuevo líder musical de nuestra orquesta.
La trayectoria, experiencia y mística de St.Clair, aunado a sus técnicas de dirección e intereses pedagógicos, fueron parte de las razones que lo hicieron merecedor del cargo.
A 10 años de su gestión, St.Clair nos ha dejado una calidad interpretativa en conciertos memorables, solistas que han venido al país para deleite del público y músicos brindando siempre lo mejor de sí. Además, hay que sumar el aporte formativo a nivel de dirección orquestal en jóvenes directores nacionales que, día a día, llevan las enseñanzas hasta sus escuelas de música.
¡Gracias, maestro!
El autor de este artículo, es actualmente el director ejecutivo del Centro Cultural Costarricense Norteamericano y profesor de gestión cultural de la Universidad de Costa Rica.