Durante una investigación realizada sobre la construcción de Yolanda Oreamuno Unger (1916-1956) como figura mediática, encontré algunas fotografías poco conocidas de la célebre escritora costarricense.
En su mayoría, esas fotos corresponden a la primera mitad de la década de 1930, un período caracterizado por el impacto que la crisis económica mundial de entonces tuvo en Costa Rica, con el consiguiente aumento en el desempleo y la pobreza.
Fue en esta época también que se fundó el Partido Comunista (1931), el cual jugó un papel central en los enfrentamientos sociales de esos años, en particular en la huelga bananera de agosto-septiembre de 1934.
Conflictivos y difíciles, esos años fueron testigos de cómo una desconocida estudiante de la sección comercial del Colegio Superior de Señoritas se convirtió rápidamente en una figura de alcance nacional y capturó la imaginación de sus contemporáneos.
Colegialas
Las imágenes 1 y 2 son las dos primeras fotos conocidas de Oreamuno publicadas en la prensa costarricense. Fueron tomadas durante la conmemoración del centenario del nacimiento de Juan Santamaría (29 de agosto de 1931), probablemente en el Palacio Municipal de la ciudad de Alajuela.
Ambas fotos aparecieron en la edición del primero de setiembre de 1931 del diario La Tribuna. En la foto 1, Oreamuno es la del centro atrás; en la foto 2, aparece también al centro, abrazada por una de sus compañeras.
El gestor de esas fotos fue el periodista José Luis Cardona Cooper (1909-1999), quien años después recordaría así ese momento: “al pie de la estatua [de Santamaría], –completamente cuajada de flores–, un grupo de lindas ‘CONCHITAS’ aumentaba con sus risas y charlas el alboroto de aquella inmensa multitud”.
Posteriormente, agregó: “me llamó poderosamente la atención una gentil chiquilla con un cuerpo no menos gentil y unos ojos en forma de avellanas, negros y enigmáticos. Su cabello, graciosamente recogido hacia atrás en un moño típicamente campesino, dejaba al descubierto su cara morena y sus finas y diminutas orejas”.
Virgen de los Ángeles
En 1932, Oreamuno se integró decisivamente al mundo elegante josefino, un proceso favorecido por su elección como reina de la exposición de artes plásticas de ese año. Como parte de esa inserción, participó en diversas actividades y agrupaciones culturales.
La foto 3 corresponde precisamente a una presentación del coro Las Violeteras, dirigido por María Cecilia Lynn Yglesias, en el Hotel Costa Rica el 5 de noviembre de 1933. La foto fue publicada por el Diario de Costa Rica el lunes 7 de noviembre. Oreamuno es la tercera de derecha a izquierda.
Al año siguiente, la inserción de Oreamuno en el mundo elegante josefino se profundizó todavía más, cuando participó en un concurso para seleccionar a la representante de Costa Rica al concurso internacional de belleza de Centroamérica y Panamá.
Pronto, el diario La Hora, dirigido por el escritor José Marín Cañas, la escogió como su candidata en ese certamen y la promocionó con gran entusiasmo, como se observa en la foto 4, publicada por dicho periódico el 28 de noviembre de 1933.
En contraposición con el discurso nacionalista que enfatizaba que los costarricenses eran blancos, La Hora, en su afán por popularizar a Oreamuno, la promocionó como una mujer morena. Además, la asoció con los recursos naturales, las atracciones turísticas y la vinculó, nada más y nada menos, que con la Virgen de los Ángeles (cuyo tricentenario sería celebrado por la Iglesia católica en 1935).
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Si bien Oreamuno no fue escogida para representar a Costa Rica en el concurso antes referido, la atención mediática prestada a su persona la convirtió en una figura pública cuando todavía era una adolescente (apenas tenía diecisiete años).
Finalizado el certamen de belleza, la joven mantuvo posiciones en el mundo elegante josefino, como se constata en la foto 5, que la muestra como integrante de la legión de honor del Club Katharina (es la cuarta, en la primera fila, de izquierda a derecha). Dicha foto fue publicada por el diario La Tribuna el 3 de febrero de 1934.
Dada su condición de figura pública y su activa participación en actividades culturales, la imagen de Oreamuno también se utilizó con propósitos publicitarios, como se constata en la foto 6, publicada por el Diario de Costa Rica el 10 de noviembre de 1934.
Aparte de ilustrar el anuncio comercial, Oreamuno participó en la obra “Un Pic-Nic Delicatessen” de José Marín Cañas. Su desempeño fue descrito así por un redactor de La Tribuna: “la elegante damita Yolanda Oreamuno conquistó la general admiración con la inolvidable carioca denominada ‘Machicha’ repetida varias veces, a petición incesante de la enorme cantidad de espectadores”.
Escritora
La foto 7 es de extraordinario interés biográfico porque documenta la primera presentación pública de Oreamuno como escritora y, hasta donde se sabe, su primera incursión en el mundo de la radiodifusión, al lado del artista y también escritor Max Jiménez, y del poeta Rogelio Sotela.
Publicada por el Diario de Costa Rica el 30 de enero de 1937, dicha foto es también de suma relevancia porque prueba, fuera de toda duda, que Oreamuno se encontraba en Costa Rica meses antes de que su primer esposo, Jorge Molina Wood, se suicidara en Santiago de Chile en marzo de ese año.
Finalmente, la foto 8 circuló en la revista mexicana Tiempo el 15 de diciembre de 1944, para ilustrar la entrevista que Adelina Zendejas Gómez hizo a Oreamuno. Por el momento, es la única imagen que se conoce publicada por la prensa de México durante la primera estadía de la escritora costarricense en ese país.
Todas estas fotos muestran cómo, antes y después de darse a conocer como una talentosa escritora, Oreamuno tuvo una extraordinaria atención mediática, que la convirtió en una figura excepcional entre la intelectualidad femenina de la América Central de esa época.