Duesseldorf. Una pequeña prenda que revolucionó el mundo de la moda, festeja este año su cuadragésimo aniversario: la minifalda. En abril de 1962, esta pieza clave de la moda fue retratada por primera vez en la edición británica de la revista Vogue , según investigaciones de la empresa alemana de moda IGEDO, y, desde entonces, una y otra vez causa sensación.
La creadora de la prenda fue la entonces desconocida Mary Quant, una joven inglesa. En 1955 abrió en el barrio londinense de Chelsea su boutique Bazaar, y en 1959, a los 25 años, creó la minifalda.
Su inspiración fue la frustración que sentía respecto a las colecciones de ese momento, que, según ella, eran sencillamente "imposibles", y sin más hizo sus propios modelos.
Con creaciones chispeantes de géneros simples y baratos, Quant representaba una provocación en el circo de la moda londinense de los diseñadores caros y populares.
Finalmente, la minifalda se instaló con la fotografía publicada en la respetable revista Vogue . Desató una marcha triunfal de la pequeña prenda a nivel mundial, una avalancha de demanda, pero también olas de protestas que la diseñadora jamás esperó.
Conquista de la minifalda
Al principio, solo las muchachas se animaban a usar esta llamativa pieza, que muchos padres no catalogaban de prenda de vestir sino a lo sumo como "un trapito". Pero muy pronto adquirió tanta popularidad que también la empezaron a lucir las damas de la alta sociedad.
Finalmente, la creación de las pantys catapultó a la minifalda al cielo de la moda. En 1965, el descubrimiento de Mary Quant era un éxito alrededor del mundo. El Vaticano seguía rechazando categóricamente la mini, calificándola de "impúdica", pero no tuvo éxito.
Sólo a comienzos de los años 70 se volvieron a cubrir las rodillas, pero a mediados de los 80 las minifaldas festejaron su resurrección en la moda. Hasta fines de los años 90 habían desaparecido de las calles.
"Un nuevo largo de falda, hasta la mitad de la rodilla, fue recibido con satisfacción por la mayoría de las mujeres", indican expertos de IGEDO, en la ciudad alemana de Duesseldorf. Sin embargo, la comparación con las finas rodillas de las modelos desalentaba a muchas de usar faldas más cortas.
Vuelve este verano
La minifalda demostró que no la pueden derrocar, tal como se vio en los desfiles de las colecciones primavera-verano 2000, donde se acortó más y, junto con mínimas prendas en la parte superior, volvió a ocupar un lugar de privilegio.
Además, se la vio recientemente en las metrópolis de la moda de Milán, París y Duesseldorf, a veces femenina con medias gruesas, tacos o botas que cubren las rodillas, o también con una imagen muy deportiva y zapatos rústicos.
"Este verano, la minifalda también será un tema en las pasarelas internacionales, y nuevamente, supercorta", pronosticó Elke Giese, del Instituto Alemán de Moda en Colonia.
Al comienzo del verano, los diseñadores vuelven a apostar a las minifaldas en imitaciones de cuero, jeans y algodón, y hasta regresa el estilo folclórico en versión corta.
"Lo bueno de la moda actual es que ya no hay dictados como en los primeros años de la minifalda", añade Giese. En aquella época, quien quería estar a la moda debía calzarse esta prenda. Hoy en día, cualquier largo de falda se acomoda a cualquier época del año.