“Durante el período de Abel Pacheco en la presidencia, ninguno de sus adversarios políticos ha sido más oportunista o ha tenido más éxito en intimidar al Presidente que los sindicatos del sector público”. Este cable diplomático, fechado el 28 de julio de 2005, dibuja el retrato que hizo la Embajada de Estados Unidos del entonces mandatario costarricense.
Los norteamericanos mapearon a Pacheco como un líder débil y susceptible a manipulaciones. Especialmente de las cabezas sindicales, a quienes, según dicen en varias ocasiones, tenía miedo.
“Pacheco ha cedido a las demandas sindicales ante la posibilidad de grandes huelgas, incluso en casos cuando las cortes habían declarado las huelgas ilegales. Con cada victoria política, los líderes sindicales sentían que su poder crecía y se volvían más atrevidos en su oposición a las políticas de Pacheco”, manifiesta otra nota del 19 de julio obtenida por la organización WikiLeaks.
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Según dijo, recibió presión por igual de los dos sectores (en contra y a favor del TLC). “A mí las presiones no me preocupaban mucho. Lo que sí me preocupaba era que toda esa situación se fuera a traducir en muertos, y hubo momentos en que Costa Rica estaba al rojo vivo, como lo demostró el referendo”, añadió.
En cualquier caso, a Estados Unidos le exasperaba la lentitud de Pacheco para tramitar el TLC. Los cables de la Embajada llegaron a preguntarse, incluso, cuál era el grado real de compromiso del mandatario por enviar el proyecto al Congreso y completar el proceso de ratificación.
“Los comentarios públicos del Presidente han ido desde expresar un claro apoyo, en una visita a Estados Unidos en mayo de 2005, a cuestionar la justicia del Tratado en lo que se refiere a los efectos sobre los pobres”, se quejó una nota de julio de ese año. El texto remata con una frase demoledora: “Él nunca ha expresado apoyo inequívoco al TLC cuando está en Costa Rica”.
El exmandatario aceptó en la entrevista de hace tres días que tenía reservas sobre el acuerdo, pese a que su propia administración negoció y firmó el texto. “Aunque no estoy muy convencido de las maravillas del TLC, sí estoy muy convencido de que no haber entrado hubiera sido catastrófico”, expresó.
El pulso por el TLC generó tensiones entre Zapote y la fracción del PUSC, sobre la cual Pacheco no tenía control. Un cable del 11 de noviembre de 2005 registra un cruce público de palabras de muy alto voltaje entre el mandatario y Gerardo González, presidente de la Asamblea, también socialcristiano.
“(González) no está interesado en reunirse con él (Pacheco) porque ‘dice que yo tengo Alzheimer y todo se me olvida”, cita una nota a Pacheco. El cable aclara que González negó haberse referido en términos tan irrespetuosos, pero admitió que las últimas citas entre ambos no fueron provechosas.