LOS ANGELES (AFP) El público internacional abrazó su talento como la audaz "Little Miss Sunshine", esa chica a la que dio vida Abigail Breslin, valiéndole una nominación al Oscar y el lujo de terminar la escuela a su ritmo -"sin levantarse temprano"- por ser la niña mimada en Hollywood.
"Estoy en sexto grado, pero no voy a la escuela. Quizás vaya cuando sea más grande a la universidad, pero no sé, no soy muy fanática de eso (la escuela)... levantarme temprano, ¡uy!", dijo, arrugando la cara con gesto de asco, en un encuentro con la prensa a propósito del próximo estreno "Nim's Island" ("La isla de Nim") donde Breslin encarna a una pequeña heroína de aventuras.
A sus 11 años Breslin afirma con seguridad que ante todo quiere ser actriz, admira a Meryl Streep y dice haber aprendido mucho de Jodie Foster, su co protagonista en la película que según Breslin apodaron "Nimdiana Jones".
Haber trabajado con Jodie Foster y Gerard Butler (protagonista de "300") fue muy divertido, dijo pero sostuvo que tenía expectativas sobre la protagonista de "El Silencio de los Inocentes" y la verdad "es que sólo viéndola uno aprende de ella", dijo con los ojos bien abiertos.
Poco después era Foster quien se deshacía en halagos sobre su pequeña colega.
"Ella tiene algo que yo no tenía cuando joven, que es ese fuerte acceso a sus emociones. Ella realmente va a ser una actriz, así lo quiere, y yo no tuve eso a su edad", dijo Foster refiriéndose a la seguridad de Breslin sobre la actuación.
Solo pone en duda su vocación actual cuando recuerda su amor por sus dos gatos, dos perros y una tortuga, por quienes podría convertirse en veterinaria, dijo en un hotel Beverly Hills, muy cerca del lugar donde vive "por ahora" porque su corazón y sus raíces están en Nueva York.
Con la foto de uno de sus gatitos en un mini portarretrato que lleva como collar, de jeans, camisa juvenil ancha y botines deportivos, Breslin se mostró más frágil y tímida de la imagen que han vendido de ella sus papeles.
Rompió esquemas como la 'Olive Hoover' en la familia disfuncional de "Little Miss Sunshine" ganándose el respeto de la crítica cinematográfica en 2006 y tal como la presentan en "Nim Island", una de las cuatro cintas que protagonizará este verano boreal, la audiencia apostaría que es una niña de extremos.
Pero no, acompañada de cerca por su madre, quien desde lejos asiente con su mirada cada frase, Breslin es una chica no muy amiga de la vida salvaje, ni la acción: "Yo soy de Mahattan", se disculpó agregando: "A mi me encanta irme de compras".
Desde los tres años hizo comerciales y audiciones logrando ser seleccionada para el elenco de unas 15 películas, entre ellas la saga navideña "Santa Claus" en la que compartió cartel junto a su hermano mayor Spencer Breslin, de 15 años.
La niña de cabello largo siempre risueña, ganó 1,5 millones de dólares en 2006 convirtiéndose en la octava "Estrella Joven de Hollywood Mejor Pagada", según la revista Forbes.
Este año estará en el afiche de al menos cuatro cintas: "Definitely Maybe", que sólo se ha estrenado en Norteamérica; "Nim's Island" que se estrena en Norteamérica el 4 de abril y "Kit Kittredge: An American Girl".
En el tintero tiene otros dos largometrajes para 2009.
Todavía bajita, Breslin lleva una vida entre platós de Hollywood, exteriores tan remotos como una isla australiana, periodos laborales que la separan de su mundo hasta por tres meses -en los cuales vive rodeada de adultos-, hace la escuela en su casa y cuando se le preguntan ¿quiénes son sus mejores amigos de su edad?, titubea... "Creo que es mi prima".
Recibe alabanzas en revistas, gana dinero y muchos se preguntan si será capaz de pasar el umbral de ser una niña mimada del cine cuando llegue la adolescencia, o, como suele pasar en Hollywood, se olvidarán de sus gracias infantiles y sucumbirá a la tentación de excesos que hace que los niños estrellas pasen del celuloide al glasé de las revistas del corazón.
"No le di ningún consejo sobre cómo manejarse como joven estrella, es una niña muy clara y lista y siempre seguida de cerca por su familia", apuntó Jodie Foster, una ex niña prodigio del cine que a sus 45 años sabe lo que es tomar distancia del mundo del espectáculo.
© 2008 AFP