Agencia AFP
Rusia. Una mujer ortodoxa también tiene derecho a ser elegante, afirma Nadejda Belkova Bertach, directora de la primera tienda para mujeres ortodoxas que acaba de abrir en San Petersburgo.
“Siempre resultaba complicado para las mujeres creyentes encontrar ropa discreta, elegante y a la moda”, explica Belkova Bertach, esposa de un sacerdote ortodoxo.
Un ligero olor de incienso es perceptible en la boutique Las 12 Fiestas (referencia a las 12 grandes fiestas ortodoxas), situada en pleno centro histórico de la antigua capital imperial.
En los percheros hay faldas de lana largas, chales de cachemira y mantillas de seda. Marrón, gris, rosa pálido, negro y blanco son los colores que predominan.
Para Belkova Bertach, de 44 años, madre de cuatro hijos y abuela de otros tantos nietos, “lo importante es destruir el tópico de la mujer ortodoxa vestida de negro, que no piensa en su físico”.
Uno de los percheros presenta un vestido de lino antiguo, con bordados hechos a mano. “Este vestido es auténtico, está restaurado, hecho a mano”, asegura Natalia, de 28 años, que viste falda larga azul oscuro, se cubre la cabeza con un pañuelo y espera la visita de los clientes leyendo los Evangelios.
Los precios van de 300 rublos (poco más de $10) a 3.000 rublos (cerca de $95). Una falda de lana cuesta 400 rublos, un gran chal de cachemira se vende a 2.000 rublos.
“Evidentemente, es mucho menos caro de que se podría esperar para artículos como estos”, comenta la señora Belkova Bertach. Pero “no podemos poner precios muy altos, lo esencial es que las mujeres se lo puedan permitir”, asegura.
Dos colecciones fueron encargadas a creadores ortodoxos de Moscú que comparten este concepto de tienda para mujeres practicantes. Estos modistos están preparando una nueva colección primavera-verano para 2008.
La boutique también proyecta la venta de productos cosméticos. “No se tratará de maquillaje sino de cosméticos de cuidados”, indica la responsable.
La tienda ha empezado bastante bien, asegura. “Tenemos una decena de clientes cada día y todas compran algo, no está mal”, precisa.
Según los últimos sondeos, más de ocho de cada diez rusos dicen ser creyentes y dos tercios de estos se declaran ortodoxos.
“Estoy muy contenta con esta tienda”, comenta Yulia Borissova, de 30 años. “Así, las babushkas (fervientes practicantes) de las iglesias dejarán por fin de reprocharme que vaya vestida de manera incorrecta”, exclama.
En las iglesias ortodoxas rusas, las mujeres deben llevar falda más bien larga y pañuelo.