Para los amantes de los caballos, el Tope Nacional es el evento del año. Es una fiesta en la que desfilan más de 3.000 caballos, algunos de los más finos que se tienen en el país.
La tradición nació a principios del siglo pasado. La United Fruit Company importaba el ganado que utilizaba en las bananeras; los jinetes viajaban al puerto en sus caballos para "topar" el ganado, explica Guido Seravalli, juez internacional de caballos e ingeniero agrónomo zootecnista.
Con el tiempo, el tope se transformó en un desfile de los caballos vestidos con sus mejores monturas. "Es una tradición de más de ochenta años, una fiesta popular", agregó Seravalli.
El tope es una costumbre cien por ciento tica, según Seravalli, en Nicaragua que al igual que Costa Rica tiene gran tradición ecuestre se realizan desfiles parecidos al tope, pero se conocen con el nombre de "hípica".
El tope es un homenaje a un animal milenario. "El caballo un animal que se ha convertido en una leyenda: todos los imperios de la humanidad fueron hechos o conquistados en el lomo de un caballo", dice Seravalli.
Herencia española
La tradición ecuestre de América Latina es una herencia de sus colonizadores, en nuestro caso, los españoles. Fueron ellos los que trajeron a ese animal a suelo americano.
No obstante, Seravalli explica que las raíces del caballo están en América.
"Hace 60 millones de años existió en la Tierra el eohippus también conocido como caballo del alba. Era un pequeño animal de 15 centímetros de altura y que en sus patas tenía dedos. El eohippus es el caballo prehistórico, dice Seravalli. Lo curioso es que los fósiles más antiguos del caballo del alba se han encontrado en América, y luego el animal desapareció de nuestro continente y apareció en Europa y Asia donde evolucionó en tres tipos diferentes: el Poliakov o Mongol en Asia, el Tarpán en África y el caballo de la selva en Europa.
Los diversos cruces entre las razas de los caballos han logrado crear más de 300 razas distintas del animal.
En el Tope Nacional, mañana, no podrán faltar tres razas que son las más comunes en nuestro país: el criollo costarricense, el iberoamericano y el pura raza español.
No son animales baratos. Aunque los precios oscilan mucho, Jorge Fernández, médico veterinario dice que un caballo criollo costarricense puede costar entre ¢10 millones y ¢15 millones). Uno iberoamericano puede valer unos ¢20 millones; y un pura raza español unos ¢35 millones.
Sin embargo, para los amantes de estos animales, es un lujo que vale la pena pagar.
Ellos estarán mañana con sus caballos, vestidos en sus mejores galas, para celebrar los Festejos Populares en el tope. ¡No se lo pierda!
¡A la fiesta!
Si va a ir al Tope mañana al medio día, tome en cuenta estos consejos para evitar accidentes:
No espante a los caballos. No le grite ni le alce las manos.
No le tire cosas a los caballos.
No le jale la cola a los caballos.
No lo toque. Solo si el jinete lo acerca puede tocarlo, pero solo en la cara, nunca lo toque por detrás.