En medio de los pormenores de su fructífera carrera, el cantante Andrés del Pino reveló un hecho casi científico: existe una relación entre la altura y el tipo de voz de un cantante lírico. “Determinados tipos de físico dan determinados tipos de voz, los barítonos generalmente son altos, así como los tenores casi todos son bajitos, aunque claro, existen excepciones”. Andrés no se sale de la regla pues, con su 1,90 m. de estatura, es un señor barítono.
El cantante español —quien durante su carrera de diez años se ha presentado en los más destacados teatros de su país y ha viajado con diferentes compañías por Europa, especialmente en Austria y Holanda—, es el único invitado internacional a La Zarzuela III Gala Lírica, recital que estrenó ayer la agrupación independiente Ópera de Cámara de Costa Rica y que hoy presentará su última función.
Impresionado. Andrés del Pino ya había estado el año pasado en nuestro país participando del montaje de Luisa Fernanda y la vivencia lo hizo regresar.
“Fue una experiencia muy positiva, luego escuché a Anayanci Quirós (soprano) en Madama Butterfly y me gustó muchísimo; además, quería cantar con Gonzalo Castellón, un artista de una trayectoria impresionante, por eso decidí regresar”, comentó este artista, quien se vinculó a la zarzuela nacional invitado por el director argentino Constantino Juri, quien ha participado aquí en diferentes montajes líricos.
“El mérito de los artistas costarricenses es alucinante porque mientras que en España los cantantes se dedican solo a eso, aquí son abogados, médicos y también cantan ,y llegan a hacerlo después de trabajar ocho horas en una oficina. Eso, y el hecho de que lo hagan con gran talento, fue sorprendente para mí”, comentó Del Pino.
“Los ensayos y los preparativos de los montajes en que he participado de verdad que han superado todas mis expectativas”.
Innato. “Soy un barítono lírico puro, tengo muy clara mi asignación vocal”, así comienza Andrés a relatar su biografía, y continúa: “el mío es un caso atípico, primero porque en mi familia nadie es cantante y segundo porque mi acercamiento a la música fue tardío, a los 28 años”, recuerda.
Comenzó como actor con papeles pequeños en televisión, teatro y cine, pero cuando se acercó al canto su vida dio un giro total. Sus estudios de canto los inició en la Escuela Superior de Canto de Madrid y luego con profesores particulares.
“La ópera fue un hobbie que se convirtió en profesión”, relata. “Tenía una voz de natura que comencé a educar hasta entonces”.
Su primera experiencia como cantante fue en la obra Salomé de Richard Strauss, el flechazo fue directo al corazón. “Resultó ser una experiencia mística, casi religiosa, me dio un vuelco el corazón”.
Luego vinieron los éxitos: hizo su debut como solista en el Teatro de la Zarzuela en 1996; ganó importantes concursos de canto como el Manuel Ausense, el Ciudad de Logroño y el Alfredo Kraus; ha realizado 23 papeles protagónicos de zarzuela –entre ellos La del Soto del Parral, Canción del olvido, La leyenda del beso, Los gavilanes, Luisa Fernanda, Marina, La Rosa del azafrán y Adiós a la bohemia– y 10 papeles de ópera –Fígaro en El Barbero de Sevilla , Escamillo en Carmen , Girogio en La Traviata, Monterone en Rigoletto , entre otros–.
En La Zarzuela, III Gala Lírica interpreta fragmentos de las zarzuelas María Manuela, La del Soto del Parral, Marina, Maravilla, La tabernera del Puerto y La Alsaciana. Lo acompañarán en escena los costarricenses Miguel Alfaro (bajo), Gonzalo Castellón (tenor), José Arturo Chacón (barítono), Ivette Rojas y Anayanci Quirós (sopranos). Como pianista estará Gabriela Castro y un coro.
Luego de cumplir con su trabajo aquí continuará con una agenda que lo mantendrá ocupado hasta el 8 de enero del próximo año y que incluye espectáculos en Murcia, en Las Palmas y en Madrid y que culminará con una gala de Reyes en el Auditorio Nacional de su país.