Es la vieja conocida, habitada por estantes repletos de libros que invitan a leer; pero, también, es la moderna sala de cómputo que permite navegar por el ciberespacio.
Es la biblioteca Carlos Luis Sáenz Elizondo, que mañana abrirá sus puertas en el Centro Costarricense de la Ciencia y la Cultura (CCCC, antigua Penitenciaría Central).
Este proyecto incluye tres grandes áreas: la Biblioteca Virtual, la Videofonoteca y la Biblioteca Clásica o "convencional".
Juntas ofrecerán una gran fuente de información, dosificada en páginas, imágenes y sonidos, pero la idea es ir más allá y convertirlas en un espacio para la educación y la recración.
"Aquí los usuarios no solo van a encontrar los datos que requieren para hacer un trabajo, por ejemplo, sino que también podrán asistir a charlas, talleres, exposiciones y otras actividades formativas. Además, será un ambiente muy atractivo para aquellos que quieran alejarse del ruido capitalino y venir a leer, navegar o ver un video", afirma Carlos Quirós, director de la biblioteca.
Especial para jóvenes
Aunque los servicios estarán a disposición de todos los costarricenses, este es un proyecto dirigido principalmente a los jóvenes de 10 a 20 años. Por tal motivo, para ellos existirá un sistema de afiliaciones que les dará la prioridad como usuarios (véase recuadro Bienvenidos).
"El carné de usuario tendrá un costo muy bajo, pues queremos atraer a los jóvenes de zonas urbano-marginales que no cuentan con estas facilidades en sus casas o colegios", explica Quirós. Así, los estudiantes podrán acudir a este lugar para investigar cualquier tema y elaborar sus trabajos en computadora.
En la biblioteca convencional, ellos encontrarán una vasta colección que ahora está conformada por 4.500 libros, mas se espera alcanzar la cifra de 35.000 títulos para el próximo mes de febrero. Esta área también incluye mapas, documentos, revistas y otros materiales escritos que el usuario podrá consultar en una acogedora sala de estudio. Además, un grupo de filólogos, educadores, historiadores y administradores atenderá las dudas de los muchachos en forma personalizada.
En tres pequeñas salas, que una vez fueron celdas de presidiarios, se ubica la audiofonoteca, un área especialmente sonorizada para que los usuarios puedan apreciar a gusto los discos y videos educativos. Según Quirós, más adelante se realizarán allí cineforos y talleres sobre cómo elaborar videos.
Patrocinada por Microsoft, la biblioteca virtual reúne 21 computadoras equipadas con Internet, de manera que allí se podrá navegar, conocer a personas de otros países mediante los "chats" e intercambiar mensajes por correo electrónico. Incluso, habrá tres cascos de realidad virtual a disposición de los usuarios.
"La realidad virtual no es eso que aparece en algunas películas, donde la persona puede transportarse a un ambiente distinto. El casco lo que permite es interactuar con el programa que tenemos en la computadora", aclara Quirós.
Arduo esfuerzo
La creación de esta biblioteca tiene por objetivos fomentar el uso de la tecnología para acceder a la construcción de conocimientos; estimular el desarrollo de la capacidad analítica e investigativa, y ofrecer a la población juvenil un sitio de esparcimiento para cultivarse intelectualmente, que se adapte a sus gustos y necesidades.
Para lograr esto se han requerido varios meses de trabajo intenso, remodelaciones en el CCCC, y la inversión de unos ¢42 millones. Gran parte de ese monto fue aportado por empresas patrocinadoras.
Asimismo, las alianzas estratégicas con instituciones como el Centro de Cine y el Instituto Tecnológico de Costa Rica permitirán contar con la ayuda de especialistas en diversas áreas para apoyar las actividades de la biblioteca.
Según Quirós, aún faltan cosas por hacer en este proyecto; pero, a partir de mañana, los jóvenes encontrarán allí un mundo de posibilidades para su desarrollo personal.
Bienvenidos
Durante el mes de diciembre, el carné de usuario para la biblioteca será gratuito. Luego, la afiliación tendrá al siguiente costo por año:
Acceso a la colección de libros y otros servicios de la biblioteca convencional: ¢1.500.
Uso de las salas de audio y video, además de lo anterior: ¢3.000.
Uso de la biblioteca virtual, material en CD Rom y acceso a Internet, además de los dos anteriores: ¢5.000.