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Armada rusa abandona rescate de cuerpos del submarino Kursk para recuperar secretos militares

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Múrmansk. La Armada rusa abandonó hoy por sorpresa el rescate de cuerpos en la popa del naufragado submarino nuclear "Kursk" y se centró en el puesto de control, en presumible búsqueda de secretos militares y de las causas del desastre.

El portavoz de la Flota del Norte, Vladímir Navrotski, dijo a EFE que la nueva prioridad era el tercer compartimento, próximo a la proa, en lugar del noveno, en la popa.

Dos partes simultáneos de la Armada en Moscú y de la Flota del Norte en Múrmansk dieron cuenta previamente del fin de las labores de rescate en el noveno compartimento, donde hasta ahora fueron rescatados doce cadáveres de marinos.

El viraje de la operación entró en contradicción con la tesis oficial defendida desde el primer momento por las autoridades rusas en el sentido de que las explosiones que hundieron el "Kursk" habían "devastado" los cinco compartimentos delanteros del submarino.

"Las cámaras destruidas fueron la primera y la segunda, pero la tercera no tanto", señaló Navrotski, en una inesperada corrección de la que no dio explicaciones.

Según la nota póstuma hallada en el bolsillo de un tripulante, en el noveno compartimento se habían refugiado 23 marinos de las cámaras sexta, séptima y octava que sobrevivieron el accidente que hundió el "Kursk" en el mar de Barents el pasado 12 de agosto.

Pero portavoces navales dijeron que la operación de rescate se centra desde ahora en el compartimento tres, en el que se halla el puesto de control del submarino y donde en el momento de la tragedia debían estar 24 de los 118 marinos del "Kursk".

En este tercer compartimento, contiguo al puente de mando en la cámara dos, estaba el control de los 24 misiles Granit y las comunicaciones por radio y de otro tipo, aunque la versión oficial hasta ahora daba por destruida la parte delantera del submarino.

El repentino cambio de prioridades confirmó indirectamente las filtraciones de que el verdadero fin de la operación en el Artico es recuperar secretos militares y posibles datos sobre las causas de la catástrofe, y no el rescate de los cuerpos.

Fuentes navales atribuyeron la decisión de suspender las labores en la popa y "sellar" la cámara nueve a "razones de seguridad de los buzos" que protagonizan la operación en el fondo del mar.

Con este fin, durante la noche pasada se procedió al cerrar tanto la escotilla de salvamento de este compartimento como la "ventana" técnica perforada en la vecina cámara ocho, a través de la cual se accedía en el interior del navío.

Este "ventana" fue tapada con una reja especial y también fueron suspendidas las obras para abrir en el casco otro acceso semejante para penetrar directamente en la cámara nueve.

Igor Digalo, portavoz de la Armada, afirmó que en esta cámara los buzos "registraron y filmaron todo lo que estuvo a su alcance" en busca de los otros once cuerpos que debían estar allí según la carta póstuma del teniente Dmitri Kolésnikov.

También explicó que los buzos no pudieron adentrarse más en el interior y proseguir la búsqueda al estar obstruido el paso por los pasillos internos, "demasiado estrechos" para sus voluminosas escafandras, o por los destrozos causados por el accidente.

En cambio, la operación a 108 metros de profundidad se centra ahora en la cámara tres del submarino, donde los buzos procedieron a taladrar otra "ventana", que tardarán en abrir "aproximadamente un día".

En su esfuerzo por justificar el cambio de prioridad, Navrotski indicó que posibles supervivientes del puente de mando del segundo compartimento pudieron pasar a la cámara tres para utilizar la cápsula de salvamento del navío, destinada a casos de emergencia.

Según la versión oficial, la cápsula y la escotilla principal de salvamento (en la cámara cuatro) quedaron inutilizadas a causa de la catástrofe, atribuida oficiosamente a una "colisión con un objeto ajeno", eufemismo para implicar a un "submarino extranjero".

Tras el hallazgo de la nota póstuma del teniente Kolésnikov, el pasado jueves, el Gobierno y la Armada anunciaron que las causas de la tragedia se publicarán el próximo 8 de noviembre, lo que hizo sospechar una relación directa entre ambas cosas.

Así lo confirmó el mismo Navrotski al revelar algo que ya todos sospechaban: que en la carta de Kolésnikov hay un fragmento dedicado a las causas y circunstancias de la catástrofe, estrictamente clasificado por los militares y "que no se hará público".

"De este texto nadie sabe nada, y está bien que así sea", manifestó el portavoz naval al justificar así un nuevo elemento de secretismo en una tragedia nacional con repercusión mundial que ha indignado a la sociedad rusa por la desinformación y el mutismo oficial.

Edición periodística: Adriana Quirós Robinson, La Nación Digital. Fuente: agencias.

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