La trayectoria del costarricense Jorge Jiménez Deredia se levanta sobre cientos de esculturas que despiertan las sensaciones de sus observadores a través de la gran espiritualidad que transpiran.
Jiménez Deredia cree que la espiritualidad es la memoria de la humanidad desde el big bang hasta la actualidad y que, a partir de ella, los artistas pueden crear.
Una vida de esfuerzo, sacrificio y trabajo incansable y las creencias que imprime este escultor en su obra fueron las razones para que el Vaticano lo galardonara con el premio internacional "Beato Angélico".
El herediano, quien radica en Italia desde hace 22 años, recibió esta noticia hace 10 días y aún la emoción sacude su garganta cuando se refiere al premio.
"Es hermosísimo que alguien reconozca tu trabajo, que reafirme que está bien lo que estás haciendo y que te apoye para seguir adelante, y más si es un ente moral como la Santa Sede Católica", expresó el artista, vía telefónica, desde Italia.
El premio "Beato Angélico" es un reconocimiento que el Vaticano entrega, desde 1985, a los artistas (en diferentes ramas) que se destacan por su expresividad espiritual y la combinación del sentimiento laico y religioso.
Con Dios, sin religiones
"Siempre he dicho que no creo en los premios en los cuales uno participa en confrontación con otros, pues cada uno interpreta su mundo o espiritualidad a su manera. No obstante, este es un premio internacional en que se evalúa no un trabajo específico, sino toda la obra realizada en una vida y la espiritualidad que lleva impresa", comentó Jiménez Deredia, cuyo Flautista se exhibe en los jardines del Teatro Nacional.
Este escultor que ama su trabajo y, por lo menos, una vez al año expone en Costa Rica, declara que cree firmemente en Dios, pero que no se identifica con un grupo religioso específico.
"Dios es importante. El arte es captar ese gemido ancestral que se encuentra en la historia del hombre, ese gemido que es infinito y va más allá de la razón. En ese universo infinito y ancestral está el arte y está Dios", detalló.
Jiménez Deredia cuenta que, hace dos meses, el Vaticano le pidió un detalle completo de toda la obra que ha realizado y de la concepción artística tras ella. Hace unos días, Javier Guerra (embajador costarricense ante la Santa Sede) y el escultor fueron notificados de la buena nueva.
En Costa Rica, los primeros en enterarse del laurel fueron sus familiares y la Galería Centro, que maneja sus piezas artísticas.
La última exposición que realizó el costarricense en el país se hospedó en el Museo de los Niños, en junio del año pasado. En las antiguas instalaciones de La Peni se pueden observar las obras que donó: Génesis e Imagen cósmica.
Jiménez Deredia tiene 44 años y durante sus estancias en Costa Rica vive en San Pablo de Heredia. Este egresado del Conservatorio de Castella, estudió en Italia y participó, en 1988 y 1993, en la Bienal de Venecia.
Doble entrega
El premio que recibirá Jorge Jiménez Deredia está dedicado al Beato Angélico, un pintor renacentista toscano, cuya obra goza de gran naturalismo en el estudio de la luz y los volúmenes. Este artista pintó La Anunciación.
Este año, ese galardón se enmarca dentro de las actividades que organiza la Santa Sede para el Jubileo del año 2000.
El próximo 18 de febrero, Jiménez asistirá a una ceremonia en la Basílica de Santa María Sopra Minerva (ubicada en el centro de Roma). Allí, el Alcalde de Roma le entregará la medalla al artista (el premio no tiene dotación económica), en una actividad presidida por monseñor Cipriano Calderón, vicepresidente de la Comisión Pontificia para América Latina, y monseñor Giuseppe Conte, representante del Comité del Gran Jubileo del año 2000.
Un año después de esa ceremonia, el papa Juan Pablo II reunirá a todas las personalidades escogidas y galardonadas por la comisión del Jubileo y allí premiará, personalmente, al costarricense.

