Dice Catalina Reyna que ella siempre fue muy metida a grande. Y debe ser cierto. A los 16 años debutó en la televisión, a los 21 se casó con un hombre que le doblaba la edad y a los 23 ya era mamá de su único hijo, André.
Hoy, con 28 veranos en su haber, ella posee una mezcla de la madurez y jovialidad propios de una mujer que, sin abandonar los goces de la juventud, también ha sabido canalizar todas sus experiencias para moverse con soltura en el mundo de la “gente grande”.
Usted de seguro la ha visto en la televisión en los canales 4, 6 y 11 en el segmento En Contacto, que promociona las películas y programas de Repretel. Catalina Reyna también participa como animadora en el programa español de televisión, Latino, espacio que se transmite en todos los países de la región.
Con ella conversamos en su amplia y confortable residencia en Valle del Sol, en Santa Ana. Acomodada en el sillón con el desenfado y naturalidad que la caracterizan, ella toma la iniciativa: “¿qué me vas a preguntar?”. –¿Cómo fue que llegó a la televisión?
”Tenía 16 años cuando me contrataron en TVA (desaparecido canal de videos musicales). Mi papá casi se muere con el tema, pero al fin de cuentas entré”.
Catalina explica que, durante sus inicios, no tenía ni la mínima idea de lo que significaba trabajar en la tele y, por su corta edad y falta de experiencia, tuvo que aprender a punta de chascos.
“En una ocasión me invitaron a animar un evento de beneficencia y me dieron un guion que no iba acorde con lo que se estaba presentando en la pantalla, eso fue lo peor que me pasó”, recuerda acongojada.
Por suerte para ella, fueron más las cosas positivas que aprendió en TVA que las experiencias negativas. Allí tuvo la oportunidad de viajar y entrevistar a gran cantidad de artistas internacionales. De momento recuerda a Soraya, Pilar Montenegro y a Eros Ramazzotti.
Fueron esas experiencias las que la llevaron, tres años más tarde, a ocupar el puesto de jefa de animadores, con seis muchachos y muchachas a su cargo.
–¿Siendo tan chiquilla no le dio 'estrellitis'?
“No. Siempre he sido muy ubicada. Nunca he estado pendiente de lo que digan de mí y no me siento como figura pública. En TVA la señal era de UHF y no era cien por ciento visto. Yo amo este trabajo y podría decir que incluso amo más el trabajo de producción”.
A propósito de este tema, Catalina tuvo la oportunidad de trabajar como asistente de producción en el Estadio Mundialista, de Repretel, al lado de José Luis Cacao Rojas. Esa labor, que se prolongó durante un mes, le terminó de reafirmar el gusto por el rollo detrás de cámaras.
Otro paso de Reyna por la televisión, aunque bastante efímero, fue en el extinto programa Cómplices, también de Repretel. Allí tuvo a cargo la sección de espectáculos, pero como ya estaba casada y se estrenaba como mamá, el ajetreo de tener que cubrir actividades nocturnas durante casi toda la semana la puso en una situación incómoda, tanto para rendirle al canal como a su familia.
Al dejar Cómplices trabajó en un programa de microcomerciales hasta adueñarse del espacio que dejó Viviana Calderón: En Contacto.
–¿Háblenos un poco más del programa 'Latino'?
–Es un programa español en el que participan animadores de toda Latinoamérica, cada uno envía notas de sus países. Por eso me gusta, porque puedo dar a conocer el país.
–¿Qué tipo de material debe grabar?
–Son notas turísticas, o relacionadas con la música y la cultura. Por ejemplo, hice una sobre Humberto Vargas. Cada cierto tiempo tenemos que viajar a España para grabar allá y a mí me tocó hacerlo antes de Semana Santa. La nueva temporada está programada para arrancar en octubre.
–¿Podría decir que esa ha sido su mejor experiencia?
–(Lo piensa un poco antes de responder) Me llamó muchísimo la atención, pero yo soy muy de estar y hacer cosas aquí.
–¿Qué le gustaría hacer en la televisión local?
–Quisiera hacer un programa educativo para los jóvenes en donde se aborden temas como las drogas o el sida. También me gustaría trabajar con chiquillos, algo que les deje una enseñanza.
Cata en la intimidad
Catalina Reyna conquista con su singular belleza y natural manera de comportarse. Ella no se anda con muchos rodeos para expresar lo que siente y piensa, y esa virtud –o defecto, según el lente con que se mire– igual le trae problemas como le abre caminos.
Después de ocho años de matrimonio con Gino Renzi, su antiguo jefe y expropietario de TVA, asegura sentirse satisfecha como esposa y como madre. Su hijo André la trae de cabeza y no falta quien le diga que ellos dos más bien parecen hermanillos. “André es mi prioridad. Soy como mamá gallina”, afirma sobre su papel materno.
Con su esposo, Gino, ha logrado salvar la diferencia de edades a punta de diálogo. Aunque reconoce que es él quien ha llevado la mayor carga del acople. Le huye a las fiestas “faranduleras”, y prefiere salir en familia. Ella conserva una gran cercanía con sus padres, Javier y Ana Luisa, quienes dicho sea de paso hacen yunta con su esposo y a menudo salen todos juntos.
A Catalina le gustan mucho las manualidades y por eso siempre anda viendo en que curso de cerámica o costura se matricula, aunque confiesa que con igual facilidad los deja botados. Este comportamiento le cuesta una buena regañada de su mamá pero ella se defiende: “Lo importante es saber de todo un poquito”.
La piel bronceada de Catalina delata su afición de asolearse y el contraste con su piel hace que resalte el tono café-miel de sus ojos. Por otra parte, la moda anoréxica no es uno de sus problemas, pues se mantiene en forma sin llegar al extremo de la delgadez enfermiza, lo cual le permite disfrutar a gusto de sus antojos, en especial de las bolitas de hojuelas de maíz con leche condensada.
–¿Y entonces, cómo cuida su físico Catalina?
“Gracias a Dios tengo un súper metabolismo”, dice con su pícara sonrisa.
Se trasmite Repretel durante la programación de los canales.
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Fotos:Alfredo Huerta