El territorio tico no siempre tuvo esa característica figura con dos penínsulas en el Pacífico; durante la época colonial, Costa Rica solo contaba con la que hoy es la península de Osa y limitaba al noroeste con el Partido de Nicoya.
La zona conocida como el Partido de Nicoya estaba formada por el territorio comprendido al oeste del río Tempisque (hasta desembocar en el océano Pacífico), y al norte del río Salto (hasta el lago de Nicaragua); así que estos dos ríos fungían como límite natural.
En 1786, el rey Carlos III de España decidió que el Partido de Nicoya debería integrarse a la provincia de Nicaragua.
Luego, en 1810, el gobernador de nuestra provincia solicitó a España que se agregara el Partido de Nicoya a Costa Rica, para contar con suficiente población y enviar un diputado que nos representara en las Cortes de Cádiz. La petición fue acogida y ambos territorios enviaron un representante.
En 1820, Costa Rica y el Partido de Nicoya se volvieron a unir con el fin de mandar otro representante.
Pasos formales. En 1821 nuestro país se independizó del Imperio español, luego vivió un fracasado intento de anexión al Imperio mexicano, una breve guerra civil y finalmente la nación optó por la vía republicana. Durante este tiempo, ambos territorios coexistieron autónomamente, hasta que en 1823 se dieron las primeras acciones formales de anexar el Partido de Nicoya.
Una misión diplomática fue a Nicaragua y consiguió que las ciudades de Granada y León aprobaran el proyecto.
Así, el 5 de marzo de 1824, las autoridades costarricenses enviaron una carta al Ayuntamiento de Nicoya, invitándolos a formar parte de su provincia. El 25 de julio de 1824, en cabildo abierto, los pueblos de Santa Cruz y Nicoya se decidieron por la anexión.