La atleta rusa Irina Privalova esperaba el inicio de los Juegos Olímpicos, en los que participará por segunda vez, con tranquilidad y confiada en sus posibilidades de medalla en 100 y 200 metros llanos.
"No quiero pensar en términos de resultados ni de ubicaciones hasta el inicio de la competición", en el estadio olímpico de esta ciudad del sureño estado de Georgia.
La moscovita, de 27 años, agregó que "por supuesto estaría decepcionada si regresara con las manos vacías". Matizó que "pase lo que pase la vida va a continuar".
La rubia velocista hace una semana que está en Atlanta, sin su hijo Alexei,quien se encuentra en Francia.
"En cualquier caso me prepararía para los Juegos siguientes. Estos son sólomis segundos, mientras que (la jamaiquina) Marlene Ottey ya va por sus cuartos".
La referencia a Ottey es importante ya que la rusa y la jamaiquina se respetan y pasan tiempo juntas cuando no disputan duelos en las pistas de atletismo.
"Es una persona muy agradable, con quien voy a menudo a tomar café a un bardespués de las competiciones", dijo Privalova.
Sin embargo, otras de las estrellas del sprint, las estadounidenses Gwen Torrence y Gail Devers, no son santo de la devoción de la rusa. Definió su relación con Torrence declarando que "nos decimos buenos días, y ya está".
Devers y Privalova tampoco están muy allegadas la una de la otra. "Tal vez porque no nos vemos lo suficiente en los mítines europeos", explicó la rusa.
Al margen de sus relaciones con este trío explosivo, las tres serán el principal obstáculo de Privalova en su búsqueda de los lugares de honor sobre el podio.
La pista del estadio olímpico se mostró rápida en las ocasiones en las que se celebraron pruebas este año. El estadounidense Michael Johnson estableció durante las selecciones olímpicas nacionales un nuevo récord mundial de los 200metros.