Suspendidas en el aire, las aves buscan aquellos lugares que les ofrecen condiciones similares al bosque de donde vienen.
En Turrialba, en el corazón de un corredor biológico que va desde el volcán Turrialba hasta la cordillera de Talamanca, esos lugares son los cacaotales y cafetales con árboles, especialmente los que colindan con parques nacionales o reservas.
En su ruta migratoria, ya sea internacional o local, esas aves utilizan esas fincas como si fueran “las piedras que sirven de apoyo a la hora de cruzar un río”.
Esta es una de las observaciones que hicieron un equipo de investigadores del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (Catie) y el Biodiversity International.
“Queremos saber cómo manejar el paisaje agrícola para la conservación y conectividad para las aves”, comentó Fabrice Declerck, líder del proyecto de monitoreo.
Para ello, y a lo largo de cuatro años, los científicos han estudiado los pájaros que visitan seis estaciones de monitoreo ubicadas en fincas de café (con árboles y sin ellos), cacao, caña, teca y las llamadas “cercas vivas”, que son árboles dispuestos para cercar un lugar en las pasturas.
En esas fincas, al menos tres días a la semana, ellos colocan redes y capturan pájaros que analizan y, luego, liberan.
Por eso, la información recabada con las aves permite tomar decisiones de conservación para mejorar la conectividad entre el bosque y esas fincas.
La iniciativa, ante todo, busca favorecer el tránsito de animales entre áreas protegidas y fincas, y viceversa. Recordemos que ellos no se limitan a permanecer en un solo sitio. Solo ese tránsito puede evitar el aislamiento de las especies y los problemas que esto conlleva.
“Hay un alto número de especies de aves que son dependientes del bosque, y no se atreven a salir de él. Para estas especies, es importante tener corredores biológicos”, agregó el investigador.
El proyecto trata de conocer cuáles aves –residentes y migratorias– pasan por los diferentes cultivos. Los científicos llevan un inventario cuyos datos permiten realizar diversos análisis.
Por ejemplo, si se toma en cuenta la riqueza y la abundancia de especies de aves, se ve que, entre las fincas, su lugar favorito es la cerca viva y el segundo, el cafetal con árboles de poró.
Sin embargo, cuando se analiza la composición y cuáles aves están presentes según el uso de suelo, la plantación que “más se parece al bosque” es el cacaotal y, luego, el cafetal arbolado. Según Declerck, ahí se han visto especies que no están en las otras estaciones.
“Cuando hablamos de conservación, debemos tener cuidado con el manejo de términos como riqueza, diversidad y abundancia. Puede haber muchas especies de aves, pero pueden ser ‘semilleros’ que están adaptados a las pasturas o en áreas muy perturbadas. En cambio, las especies que se encuentran en el bosque son únicas en él”, explicó Declerck.
Asimismo, los datos permiten diseñar mejor los planes de manejo para que no se perjudique la productividad de la finca.
“Podemos fomentar la conectividad sin que haya un impacto en la productividad de la finca. Es que no estamos cambiando el uso del suelo sino que estamos tomando medidas de manejo”, dijo Declerck.
Y es que, de hecho, los finqueros también ganan. Algunas especies de aves como las reinitas funcionan como controladoras de plagas, ya que se comen la broca del café.
“Las reinitas están presentes entre marzo y abril, que es cuando la hembra de la broca sale del café para buscar un nuevo grano. En ese momento es que se la comen”, dijo.
Asimismo, los sistemas agroforestales de cercas de árboles funcionan como barreras naturales que impiden el avance de la broca a otros lugares de la finca.
Por otra parte, al tener esa combinación de cultivo y árboles, los finqueros pueden aspirar a una certificación ambiental.
“Esto les permite vender la carne, la leche y otros cultivos a un mejor mercado. Eso, aparte de los beneficios que estos sistemas traen a la producción”, agregó Declerck.
Finalmente, los datos de este estudio también se suman al proyecto internacional de monitoreo de aves migratorias que enlaza a observatorios de Estados Unidos y Centroamérica.
“Así se ven los esfuerzos de conservación de las aves que nacen en Estados Unidos y pasan por los cafetales de Costa Rica, por ejemplo. Se ve cómo la conservación es una cuestión internacional”, comentó el investigador de Catie.