A los 45 años de la muerte del segundo arzobispo de Costa Rica, monseñor Víctor Manuel Sanabria, cobra fuerza un movimiento para que este sea beatificado.
El gestor de la idea es el ministro de Cultura, Arnoldo Mora. Su propuesta ha sido aceptada por la Liga de Municipalidades de Cartago, tierra que vio nacer al cura en 1889, en San Rafael de Oreamuno.
La iniciativa fue transmitida al arzobispo de San José, monseñor Román Arrieta, para que a su vez él la comunique al nuncio apostólico, Giacinto Berloco, representante del papa Juan Pablo II en Costa Rica, informó el vicepresidente municipal de Oreamuno, José Joaquín Martínez.
"La respuesta nacional ha sido sorprendente", comentó Martínez. El diputado que representa esa provincia en el Congreso, Luis Gerardo Villanueva, también dio su apoyo.
Si monseñor Arrieta y la Conferencia Episcopal tramitan la solicitud, entonces el siguiente paso sería levantar un atestado histórico de monseñor Sanabria que luego estudiaría el organismo correspondiente en Roma.
Monseñor Sanabria fue uno de los reformadores sociales del país. En la década de los cuarentas, contribuyó a la creación del Código de Trabajo, la Ley Constitutiva de la Caja Costarricense de Seguro Social y la reforma constitucional de 1943, entre otros logros.
Hasta su muerte, el 8 de junio de 1952, gran parte de su trayectoria arzobispal la dedicó a luchar por los desposeídos. Eso le costó caro: en Guatemala se le prohibió la entrada porque sectores conservadores lo tildaron de "sacerdote comunista".
"Yo no estoy ni he estado ni quiero estar ni a la izquierda ni a la derecha, ni en el centro en el sentido que suele emplearse esa palabra. Yo estoy donde está la Iglesia y la Iglesia está fuera y por encima del centro, de la izquierda, de la derecha", dijo monseñor Sanabria el 1º de mayo de 1945, al fundar la Confederación de Trabajadores Rérum Novárum.