MERIDA, México (AFP) - El presidente estadounidense George W. Bush llegó la noche del lunes a México para discutir con su homólogo Felipe Calderón la migración y la seguridad como asuntos centrales, en el punto final de una gira latinoamericana que abarcó Brasil, Uruguay, Colombia y Guatemala.
En la ciudad de Mérida (este), convertida en una fortaleza de seguridad, Bush discutirá con su homólogo mexicano Felipe Calderón asuntos de inmigración ilegal y el combate al narcotráfico.
Las conversaciones comenzarán el martes por la mañana, cuando además ambos mandatarios y sus esposas visitarán el sitio arqueológico maya de Uxmal.
La visita de Bush finalizará el miércoles al mediodía, luego de una rueda de prensa junto a Calderón.
El presidente conservador de México dejó entrever este fin de semana que el tono que utilizará con Bush para abordar el tema del narcotráfico podría ser más confrontativo que el usado en noviembre pasado en la Casa Blanca.
"Estados Unidos es responsable de algunos de los problemas más graves que tiene México, entre otros el narcotráfico, por el consumo enorme y creciente que tiene de drogas y que hace de nuestro territorio lugar de paso o tráfico de drogas", dijo Calderón en entrevista con la prensa estadounidense.
Los mexicanos, añadió Calderón, "estamos al final de cuentas poniendo hasta la vida (en el combate al crimen organizado) y Estados Unidos tiene que poner algo más que gestos simbólicos, mucho más", acotó Calderón.
Senadores y diputados exigieron de su lado a Calderón que demande a Bush "un acuerdo migratorio que reivindique los derechos humanos y laborales de los inmigrantes en Estados Unidos, empezando por un alto total de la construcción del muro".
En su primera visita a la Casa Blanca el 9 de noviembre como presidente electo, Calderón dijo a Bush que la decisión de Washington de construir un muro de 1.130 km en la frontera era "una medida equivocada".
Calderón también expresó su apoyo a al proyecto de reforma que impulsó Bush para la creación de un programa de trabajo temporal que legalizaría a millones de indocumentados, y que ha encontrado resistencia entre los mismos republicanos.
Bush sostendrá varios encuentros con su homólogo mexicano en la apacible ciudad de Mérida, donde se han instalado vallas metálicas de poco más de tres metros de altura que mantienen amurallada la zona hotelera.
En tanto, aviones cazas F-16 y helicópteros Black Hawk realizan sobrevuelos, con 15 aeronaves en total que vigilan el espacio aéreo.
Al menos unos 2.500 agentes, entre miembros del Servicio Secreto estadounidense, del Estado Mayor Presidencial mexicano, de la Policía Federal Preventiva y el Ejército mexicano resguardan Mérida, de menos de un millón de habitantes, a pocas horas de la llegada de Bush.
Versiones periodísticas señalan que además unos 300 francotiradores los custodiarán y agentes del Servicio Secreto de Estados Unidos se mezclarán vestidos de civil con los turistas.
La seguridad de Bush pidió además desarmar a los policías estatales y municipales, mientras embarcaciones interceptoras de la Marina de México se harán cargo de la seguridad en el mar.
Además, tecnología de punta se empleará para desactivar señales de telefonía celular en distintos puntos.
Entretanto, al contrario que en los otros países que ha visitado Bush en su gira latinoamericana (Brasil, Uruguay, Colombia y Guatemala), donde se registraron masivas manifestaciones en su contra, en México apenas unos cientos de personas han participado en protestas sin incidentes en algunas ciudades.
© 2007 AFP