El mexicano Manuel Rodríguez López, identificado como la mano derecha del capo colombiano del Cartel de Cali José Castrillón Henao, y quien, según la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS), tiene vínculos comerciales en Costa Rica, permanece detenido desde ayer en su casa en Baja California, México, luego de que se le confiscaran bienes valorados en más de $15 millones.
Rodríguez López entró a territorio costarricense el pasado 25 de marzo, y salió el 29 de ese mes, según el reporte del departamento de Cómputo de Migración. Precisamente, el 26 de ese mes ingresó también Castrillón desde Nicaragua y salió el 27 hacia Panamá. El colombiano está detenido en la cárcel Modelo de Ciudad Panamá.
Las autoridades mexicanas preparan una acusación formal contra Rodríguez por narcotráfico, "lavado" de dinero, falsificación de documentos y posesión de armas de fuego, aseguró la Procuraduría General de la República (PGR) en un comunicado de prensa. Mientras tanto, se le mantiene recluido en su casa.
De acuerdo con esa entidad, la pareja Castrillón-Rodríguez tiene influencia en Colombia, Panamá, Ecuador, Costa Rica, Honduras y México y transporta drogas en lanchas rápidas, yates de lujo y mediante compañías pesqueras.
En el país
Anoche, el director de la DIS, Mario Charpentier, aseguró a La Nación que su dependencia investiga el caso y, como parte de las pesquisas, determinaron que Rodríguez tiene nexos comerciales aquí, principalmrnte con la actividad pesquera.
Señaló también que la última vez que se registró su regreso a nuestro territorio es entre el 20 y el 24 de mayo. El funcionario aseguró que la DIS continuará las indagaciones a fin de precisar con qué emrpesas tiene vínculos el supuesto capo.
Informes policiales confirmaron la relación directa entre el barco Kino, de bandera mexicana, detenido e inspeccionado en puerto Caldera, el 27 de setiembre de 1995, y la organización Castrillón-Rodríguez. En aquella oportunidad, un grupo especializado de Agencia de Lucha Antidrogas de los Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) coordinó la revisión del navío; sin embargo, no se encontró droga en su interior.
En esa oportunidad, el empresario Enrique Beeche se identificó como representante de los propietarios del barco en el país. Ayer se le llamó para consultarle su versión sobre los supuestos nexos entre el Kino y la organización mafiosa, pero no se le pudo ubicar. Se le dejó mensaje en su grabadora telefónica, mas, al cierre de esta edición, aún no había respondido.
En abril de este año el fiscal del narcotráfico de Panamá, Rosendo Miranda, confirmó a La Nación que la inspección del barco fue clave para la captura de Castrillón Henao, ejecutada el 18 de abril.
Bienes millonarios
Entre los bienes confiscados en México a Rodríguez, se encuentran seis buques pesqueros y un lujoso yate equipado con los más modernos sistemas de comunicación, que han quedado bajo vigilancia de la Armada mexicana.
La policía también se incautó de un helicóptero, una avioneta, seis casas y tres vehículos, la mayoría en La Paz, a unos 1.500 kilómetros al noroeste de la capital mexicana.
En el puerto de Ensenada, Baja California Norte, las autoridades confiscaron un apartamento valorado en $220.000, inscrito a nombre de Julio César Castro Meza, una de las identidades falsas atribuidas al colombiano Castrillón.
El Compadre millonario
Cinco meses duraron los efectivos del Insituto Nacional de Combate a las Drogas de México (INCD) en seguirle la pista a El Compadre, Manuel Rodríguez López, vinculado con el trasiego de drogas entre Colombia y Estados Unidos.
También conocido como El Mexicano y El Capi, a Rodríguez lo considera la policía como el segundo hombre del colombiano y exhombre fuerte del Cartel de Cali, José Castrillón Henao. Incluso todo hace presumir que ambos se reunieron en Costa Rica entre el 26 y el 27 de marzo de este año.
En México, su tierra natal, vivía en una suntuosa residencia de La Paz, capital del estado de Baja California, en el norte de la nación. Allí precisamente se le detuvo ayer. Rodríguez ha sido identificado como administrador de al menos cinco empresas pesqueras, lo que puede haberle permitido contar con una flotilla de 100 embarcaciones para el traslado de la droga, según la Procuraduría mexicana.
La última vez que estuvo en Costa Rica fue entre el 20 y el 24 de mayo. Aunque aún no se precisan sus nexos, informes de inteligencia revelan que podría estar ligado a empresas del sector pesquero y de venta de conmbustibles.