Una caída que involucre fracturas en un adulto mayor o una caída menor mal cuidada, puede ser tan perjudicial como un derrame cerebral o un infarto.
La pérdida de funcionalidad e independencia producto de estos eventos hace que las secuelas sean similares a las de eventos cardiovasculares.
Así lo señala un análisis demás de 30 estudios hecho por la Sociedad Estadounidense de Geriatría y la Sociedad Británica de Geriatría, publicado en la revista
“Las caídas son uno de los problemas más comunes en los adultos mayores y son una causa de pérdida de independencia funcional. Dadas su frecuencia y las consecuencias, las caídas son un problema tan grave como los ataques cardíacos y los derrames cerebrales”, señaló en un comunicado de prensa Mary Tinetti, una de las investigadoras.
El estudio recomienda que las personas de más de 70 años tengan una rutina de ejercicios que les ayude a mejorar su equilibrio, como ejercicios de
Además, se aconseja cambiar de lugar los muebles que puedan obstaculizar el paso de las personas mayores y evitar los medicamentos para dormir, pues dificultan su coordinación de movimiento.
La investigación también recomienda a los médicos que cuando atiendan a algún adulto mayor, le pregunten si se ha caído en los últimos días, pues esto puede dar señas de problemas que llevaría a los pacientes a nuevas caídas.
Datos de la Organización Mundial de Geriatría indican que el 30% de las caídas en mayores de 65 años requieren hospitalización y que el 20% de las muertes en personas mayores de 80 años fueron precedidas de una fractura de cadera en los últimos dos años.
El principal problema de estas caídas es que no solo deterioran la salud física, sino también la emocional.
En el país, esta no es la excepción; fracturas o lesiones en la cadera y columna llevan a que en los adultos mayores se deteriore su salud física y emocional.
“El mayor problema es que las caídas más graves llevan a fracturas de cadera. Muchas veces estas fracturas se consideran el principio del fin pues los adultos mayores nunca se rehabilitan del todo y caen en depresión que muchas veces los lleva a la muerte”, explicó la geriatra Angélica Solís.
La especialista agregó que también es necesario que las casas en las que viven personas mayores tengan mayor iluminación, pues con la edad se van perdiendo la habilidad para ver y los espacios poco iluminados incrementan el riesgo de caídas.