Un tipo de cambio más flexible que dificulte a los inversionistas especuladores predecirlo, sin que baje de ¢500 por dólar, fue una de las peticiones que entregaron las cámaras empresariales a las autoridades económicas.
Shirley Saborío, directora ejecutiva de la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (Uccaep), destacó que se trata de darle más variabilidad a las bandas cambiarias creando incertidumbre y bajando los incentivos al capital especulativo.
Dicha propuesta se entrega en momentos en que el Gobierno anunció que presentará el lunes a la Asamblea Legislativa un proyecto de ley para hacerle la guerra a la entrada de esos capitales y frenar la caída del tipo de cambio.
La puesta en el tapete de dicha petición empresarial se llevó a cabo en la Casa Presidencial ayer y forma parte de 10 medidas, las cuales están siendo analizadas por el presidente del Banco Central, Rodrigo Bolaños, y el vicepresidente de la República, Luis Liberman.
Las otras iniciativas pretenden bajar las tasas de interés en colones disminuyendo la participación del Ministerio de Hacienda en la colocación de deuda interna.
Además, promover la subasta no competitiva para las entidades autónomas, establecer la meta de inflación razonable y reducir y controlar el gasto público.
Los empresarios dieron “un espaldarazo al Gobierno”, según confirmó la presidenta de la Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco), Mónica Segnini, consensuando que se imponga un gravamen a la entrada de capitales, así como un encaje a los fideicomisos y otros vehículos de inversión financiera y a las remesas al exterior (5% a la banca nacional y 25% a la banca de maletín).
“Solicitamos al Gobierno que se aclare que se van a gravar las remesas a los títulos de valor y no se afecte la inversión extranjera directa”, dijo la líder empresarial.
Liberman detalló que el objetivo de la reunión no era decidir hacer ninguna propuesta, “sino escuchar las ideas para que una vez que se presente el proyecto de ley se analice si harán falta otras medidas adicionales, sin que se afecten la producción y el empleo”.
Álvaro Sáenz, presidente de la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria (CNAA), dijo que “la devaluación del dólar afecta el empleo y el crecimiento, sobre todo en las zonas rurales”.