Pero Campanella no fue el único protagonista de la jornada, que ayer discurrió con un marcado acento alemán: This is Love , de Matthias Glasner, también se presentó en la Sección Oficial, aunque su acogida fue menos entusiasta.
Además, a lo largo del día se proyectaron La cinta blanca , del austríaco Michael Haneke (Palma de Oro en Cannes y Gran Premio Fipresci); Desperados on the Block , del polaco Tomasz Emil Rudzik, y Five Minutes of Heaven , del director alemán Oliver Hirschbiegel.
Una mirada. Con El secreto de sus ojos , basada en la novela de Eduardo Sacheri, el director de El hijo de la novia se desmarca de sus películas anteriores para embarcarse en el cine negro y narrar la historia de una pasión, envuelta en un crimen sin resolver que ha permanecido imborrable en la memoria del protagonista a lo largo de 25 años. Y este no podía ser otro que su actor fetiche Ricardo Darín, quien además hace doblete en el certamen con El baile de la victoria , de Fernando Trueba.
“Juan y yo tenemos recorrido mucho camino juntos y es muy generoso conmigo”, dijo Darín durante la rueda de prensa. Desde que Campanella le entregó el guión de El mismo amor, la misma lluvia , donde también actuó junto a la protagonista de El secreto de sus ojos , Soledad Villamil, y le dijo “escribimos esto pensando en ti”, sintió que le “hacían un regalo”.
El secreto de sus ojos se mueve a caballo entre los años 70 y el presente, orquestada por los recuerdos de un recién jubilado que ya solo puede mirar hacia atrás “para moverse hacia delante”, explicó Campanella. “Hasta que no cierran bien las heridas, no se puede seguir. Porque por mucho que se intente, el pasado no muere, no termina de ser sepultado”, añadió Villamil.
Y en esa búsqueda, los ojos se convierten en llaves que irán abriendo cerraduras, pues todos los personajes guardan un secreto. Campanella se propuso rodar dos películas, “una con el diálogo y otra con los ojos”, porque precisamente ahí radica “la principal diferencia entre el cine y las demás artes interpretativas, en la posibilidad del primer plano”, la fuerza de la mirada.
Pero, además, la cinta combina elementos de suspenso con buenas dosis de humor, como la que hizo gala Ricardo Darín al ser preguntado por sus dos “yo”.
“Me gusta tanto más la parte de la película en que estoy más viejo que he decidido envejecer. Ahora voy a ser viejo", bromeó el actor.