Lo que la presidenta Laura Chinchilla catalogó como “algo milagroso” al presenciar los moderados daños del terremoto en Nicoya, tiene una explicación científica.
¿Cuál es la razón para que la segunda sacudida más fuerte en la historia del país –de 7,6 grados, magnitud momento (M W)– solamente causara daños menores?
Wilfredo Rojas, geólogo de la Red Sismológica Nacional (RSN), explicó a La Nación que hay varios factores, entre ellos, la profundidad del movimiento telúrico y el lecho rocoso debajo de la corteza terrestre, que permitieron atenuar la fuerza destructiva de las ondas.
El Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) localizó el sismo 20 kilómetros al sur de Sámara, Nicoya, a una profundidad entre 15 y 40 kilómetros. El origen fue por la subducción de la placa Cocos en la Caribe.
Rojas indicó que las ondas debieron recorrer bastantes kilómetros desde el fondo hasta la superficie, por lo que se fueron debilitando conforme avanzaban entre la capa rocosa que caracteriza a la península de Nicoya, lo cual sirvió como una barrera para la energía que fue liberada en ese momento.
El geólogo dijo que la placa Cocos se subdujo en la placa Caribe en un ángulo de 35 grados en el momento del rompimiento, lo que permitió que este se produjera hacia el fondo de la tierra y no hacia la superficie. Como el golpe no fue hacia el agua, no hubo sunami perceptible. De esa manera, el suelo rocoso, la profundidad y el ángulo de inclinación del punto de ruptura permitieron evitar una catástrofe.
Wilfredo Rojas también señaló que a la profundidad de 15 kilómetros, el terremoto solamente desplazó tres metros una gran masa de un área de 60 km por 35 km, con dirección hacia el noreste.
Él y otros dos geólogos de la RSN visitaron ayer seis puntos del litoral del Pacífico, para medir el levantamiento de la superficie por el temblor. Las mayores elevaciones estuvieron en playa Carrillo (50 centímetros) y playa Pelada (75).
Los especialistas observaron que en playa Garza hubo licuefacción: el brote en la arena de chorros de agua desde el fondo.