Carabella y Mastroianni

"Qué sorpresa y qué dolor -dijo Carabella a la revista Oggi- haber sabido por la prensa que Marcello había muerto "en su casa" en París. Nunca fue su casa, ni sabíamos siquiera, nuestra hija Bárbara y yo, que tuviera una casa allí. Vivía en un hotel. Allí lo llamábamos, esa era su dirección y su teléfono".

"La casa en la que ha muerto -continuó- seguramente era de Anna María Tató, y si hay algo que en el fondo de mi corazón es que si Marcello hubiese sabido que esos eran sus últimos días no habría ido allí".

Amor para siempre

Probablemente difícil de entender para quienes no les conocieran personalmente, la relación entre Mastroianni y su esposa era intensa y regular.

Se hablaban y se veían con frecuencia, "siempre tuvo su habitación en casa, sus cosas, venía cuando quería. Cuando Faye Dunaway lo dejó, fui la primera persona a quien llamó. Yo estaba en Madrid. Me dijo "te necesito", y volví a Roma".

Agregó que "en una de nuestras últimas conversaciones telefónicas me dijo "que sepas que estoy en casa de esta señora (por Tató) un poco porque me hace de enfermera y otro poco porque me ayuda", y por eso puedo decir, segura, que si hubiese sabido la verdad habría muerto en una clínica, o por la calle, preferentemente en una calle romana".

El tono utilizado por Carabella al hablar de Catherine Deneuve, la actriz francesa con la que Mastroianni mantuvo una larga relación y con la que tuvo una hija, Chiara, es completamente diferente.

"Catherine es muy simpática, y además una persona siempre bien dispuesta, generosa. Nos hemos visto muchas veces, en Roma y en París. Cuando nació Chiara la visité, y el afecto entre nosotras fue rápido, fácil. Bárbara y Chiara son amigas, no sólo hermanas. Se que no es fácil de entender, pero la unión entre Marcello y nosotras era más fuerte que cualquier otra cosa. Eramos un clan, una familia particular".

Respecto de Faye Dunaway, la actriz que al abandonarle provocó una seria crisis al actor, Carabella dijo que "la conocí cuando viajé para ver a Marcello cuando rodaban juntos un filme, El amante. Me pareció una estadounidense típica, un poco sofisticada, pero seria. Como creo que era seria la unión con Marcello".

Carabella concluyó señalando que, en su opinión, "precisamente porque era estadounidense, con una mentalidad muy particular, Faye Dunaway no supo entender que Macello nunca se divorciaría de mí. Este fue siempre un problema para las mujeres que lo han amado y que no supieron entender que nuestro matrimonio no era un obstáculo para el amor que podía sentir por las otras".