Después de una yunta de cuatro décadas con su hermano Roberto al frente de las tiendas Universal y otros negocios paralelos, Carlos Federspiel se separó de la conocida cadena para meterse de lleno en la venta de autos Subarú.
Desde 1978, la familia Federspiel representa esta marca de automóviles japoneses en el país.
Ahora, bajo la batuta de Federspiel, la compañía inicia un proceso de relanzamiento, que incluye la apertura de las nuevas instalaciones en La Uruca, San José.
De esto y más habló ayer con La Nación, en compañía de su hijo Kristian Federspiel.
¿Por qué decide usted salirse del negocio de Universal para dedicarse a Subarú y otros personales?
Hace dos años decidimos enfocarnos cada uno en diferentes negocios. Tengo algunos negocios, entre ellos el de los autos. Ha sido un proceso gradual.
”Yo me quedo con mis cosas y Roberto se queda con otras y tenemos otras a medias, y esas se quedan a medias. Las cosas quedan bien, sin que haya problemas”.
¿Cómo queda entonces el panorama empresarial entre ambos hermanos?
Mi hermano está al frente de Universal, Fuji y otros negocios, y yo con Subarú y otros negocios.
”En esta nueva etapa, mi hermano tiene el apoyo de sus hijos (Roberto Federspiel recién asumió la dirección general de Universal, y Marysia Federspiel es la gerente junior de Juguetes y Navidad de la cadena); y yo cuento con el respaldo de los míos (Kristian, el menor, es director comercial en Subarú)”.
Ahora que usted está de lleno en Subarú: ¿cuándo comenzó el proceso se consolidación de la operación en La Uruca (servicio, taller, repuestos y venta)?
En enero de este año trasladamos a La Uruca todo lo relacionado con servicios y repuestos (que estaba en Calle Blancos), y en agosto inauguramos la sala de exhibición y ventas (que estuvo en barrio Dent por más de 20 años).
¿Por qué abrir en La Uruca, donde la competencia de autos nuevos es muy fuerte (hay más de 15 empresas en 3,3 km)?
Porque es la calle boutique de los automóviles.
¿Cuánto se ha invertido en estas nuevas instalaciones?
No le puedo decir porque no se ha estimado; es difícil calcularlo.
Estas inversiones dan la impresión de que Subarú dejó atrás un prolongado letargo. ¿Se quedó corta frente a otras marcas que se venden en el país?
Subarú no es un carro del montón. No es un carro comercial como lo pueden ser otras marcas. Esta, en cambio, está a otro nivel. La nueva Subarú está en una etapa de despegue, como un cohete.
¿Cuál es su apuesta con la empresa ahora que usted está metido de lleno?
Estamos compitiendo en precios, en precios de repuestos y precios de servicios. Hemos trabajado en estas estadísticas para no estar fuera.
¿Echará de menos Universal?
Tengo suficiente donde entretenerme, no crea.