Quienes entran al infierno leen un rótulo que, en letras oscuras, advierte: “Perded toda esperanza al traspasarme”, igual ocurrió con quienes participaron en Celebrity Rehab , un reality show oficiado por el Dr. Drew Pinsky para el Canal VH1, entre el 2008 y el 2012.
Para la máquina de moler carne de la farándula la vida no vale nada, pero la muerte sí tiene un precio; los cadáveres se pagan bien sobre todo si las víctimas tienen el sello de la ignominia.
Sentado sobre un trono de hielo como el Lucifer de Dante, el Dr. Drew jugó al póquer con las miserias de las celebridades y logró –con el reciente suicidio de Mindy McCready– una negra Flor Imperial: cinco muertos en línea.
El ángel exterminador batió sus alas y se llevó a Mike Starr, bajista de Alice in Chains; siguió con Jeff Conaway –coestrella de Vaselina– ; engulló a Rodney King –borrachín devenido en estrella de los activistas negros–; saltó sobre Joey Kovar –fisioculturista– y cerró por el momento con Mindy McCready, una tempestuosa cantante de “música country ”.
Todos exhibieron sin pudor sus calamidades en alguna de las seis temporadas de Celebrity Rehab , un programa que los escaldó sin piedad y mostró sus vicios, manías, frustraciones, desórdenes mentales y los fantasmas que cada uno ocultaba en sus armarios íntimos.
“Tenía la esperanza de mostrar al público el peligro de las adicciones” aseguró Drew al noticiero CNN, quien ya tiene casi 20 años colocando “bajo la lupa la problemática¨ de los dependientes del alcohol y las drogas; en la última temporada se concentró en una de las más temidas: el sexo.
Celebrity Rehab es como la casa del jabonero, el que no cae resbala; combinaba hábilmente el formato de documental con el de reality show , donde los participantes peleaban por sus miserias, recibían sobredosis de emoción con sus testimonios a cambio de enderezar sus tortuosas existencias. El Dr. Drew los seguía con el jadeo de un licántropo, tal como lo describió The New York Times : “una mezcla de profesionalismo y lujuria”.
Entre otros líos, la revista Studio Briefing señaló que al Dr. Drew lo investiga el Departamento de Justicia norteamericano, por recibir pagos cercanos a los $275 mil a cambio de promocionar productos farmacéuticos no autorizados que curaban la disfunción sexual, la bulimia, un trastorno por déficit de atención con hiperactividad y hasta para aumentar de peso.
Respecto a la muerte de cinco de los participantes en Celebrity Rehab él afirmó a Don Lemon, de CNN, que ellos padecían de otros problemas mentales que, probablemente, los llevaron al suicidio.
Encadenado
El ciclo mortal comenzó con Michael Christopher Starr, exbajista de Alice in Chains, quien reveló –en la tercera temporada de Celebrity Rehab – su adicción a la heroína.
Semanas antes de ser hallado muerto, el 8 de marzo del 2011, había sido detenido por evadir una cita judicial relacionada con la posesión de drogas y medicamentos sin receta médica.
Mike nació en Honolulu, Hawai, en 1966. Cuando estaba en la escuela la familia se trasladó a Seattle y a los 12 años trabajó lavando platos, en una cadena de restaurantes especializada en desayunos, con la esperanza de ahorrar dinero para comprarse un bajo.
Por esos años aparentaba más edad, tenía un incipiente bigote y visitaba los bares de Atlantic City donde el padre era camarero. Apenas compró el bajo formó la banda Cyprus, nombre inspirado en la isla de Chipre donde hallaron una versión original de La Biblia escrita en el antiguo idioma siríaco. “Todo lo que quería era tocar música las 24 horas del día”, afirmó Starr en una entrevista.
El fundó varios grupos pero fue en 1987 cuando integró Alice in Chains, uno de los principales exponentes del grunge , que en los años 90 vendió más de 25 millones de discos, especialmente por Facelit –de 1990– y Dirt –de 1992– que obtuvo cuatro discos de platino. Por su dependencia de las drogas lo expulsaron de Alice y probó con escaso éxito en otras agrupaciones, una de ellas Sun Red Sun .
Pero los demonios internos consumieron al eximio bajista y sucumbió ante su acoso; a los 44 años –en su casa de Salt Lake City– cargó su cuerpo de drogas y nunca más se despertó.
Icono racial
Como si fuera un episodio de la teleserie sesentera Dimensión desconocida , la madrugada del 2 de marzo de 1991 una puerta se abrió y por ella penetró, rápido y furioso, un Hyundai a 150 km por hora por una autopista del Valle de San Fernando, en California.
Tras el irrumpieron varias radiopatrullas. El carro en fuga paró en seco. Cuatro oficiales lo rodearon. Alumbraron al chofer con sus potentes focos y lo sacaron a puntapiés. Lo molieron a manazos, porrazos y lo sacudieron con una descarga eléctrica.
Desde el balcón de su apartamento George Holliday, un videoaficionado, filmó la paliza y mandó el video de 20 segundos a una estación de televisión y en cuestión de minutos circuló por todo el mundo.
¿Por qué tanta bulla? Aparte del inusual despliegue policíaco que se produjo, con helicóptero incluido, la víctima además de un simple borrachín era un negro: Rodney King.
Las autoridades intentaron encubrir el hecho y un año después, un jurado de blancos absolvió a tres de los oficiales involucrados y eso desató en Los Ángeles una revuelta racial que ocasionó la muerte de 53 personas, dos mil heridos, miles de negocios saqueados, billonarias perdidas económicas y el lanzamiento de King al estrellato, que al final, terminó de arruinar su vida.
Antes de eso Rodney solo era carne de cañón. Hijo de Ronald King, un misceláneo, y de Odessa, una Testigo de Jehová; ellos le inculcaron desde la niñez una fe estricta y amor al trabajo duro.
De poco sirvió porque ya en la adolescencia era un alcohólico, un ladronzuelo que agredía a su primera esposa Denetta. En 1989 fue detenido por robar en una tienda y condenado a dos años de prisión, según el obituario publicado en The Independent .
King llevó una vida amorosa agitada. En su juventud procreó una hija con Carmen Simpson; con Denetta tuvo otra y una más con su segunda esposa Crystal. Se divorció de ambas y hasta su muerte anduvo ennoviado con Cynthia Kelly.
Tras todo el alboroto racial King obtuvo una indemnización de $4 millones que dilapidó entre su familia, los abogados, los vicios y una vida a troche y moche.
Arruinado por su propio “éxito” terminó, con otros inadaptados, en la segunda temporada de Celebrity Rehab : Steven Adler, exbaterista de Guns N ‘Roses; Jeff Conaway, actor en bajada; Amber Smith, modelo.
“Me dijeron que la gente me recordaría cuando muriera, y que aún hablarían de mí dentro de 100 años. Da un poco de miedo, pero a la vez es una bendición” dijo King a la BBC.
Su novia Cinthya encontró el cadáver de Rodney flotando en la piscina de su casa en Rialto, California, el 17 de junio de 2012. Tenía 47 años.
Igual que el personaje del cuento de Julio Córtazar, La noche boca arriba , Rodney King vivió un sueño que se volvió pesadilla sin apenas distinguir entre una y otra.
Cóctel maligno
A los 29 años, el fisioculturista y prospecto de actor, Joey Kovar se pegó un atracón de alcohol, cocaína y viagra que lo dejó –en el peor sentido– duro. Su novia, Stacy, lo encontró tirado en el piso de su casa en Chicago, adonde había llegado la víspera del 17 de agosto del 2012.
Kovar hizo mancuerna con Dennis Rodman, Heidi Fleiss, Mackenzie Phillips, Mindy McCready, Mike Starr y Lisa D’Amato en el 2009, durante la tercera temporada de Celebrity Rehab .
Stacy contó, horrorizada, que Joey echaba sangre por los oídos, por la nariz y tenía los ojos negros; cuando llegaron los paramédicos fue poco lo que pudieron hacer por el pobre de Kovar.
Un buscatalentos de Hollywood descubrió a Joey cuando tenía 24 años y hacía presentaciones en las calles de Chicago. Logró –en el 2008– un papel en The Real World , serie de MTV, que juntaba extraños en una casa para “trabajar juntos y que sus vidas sean filmadas, averiguar qué pasa cuando la gente deja de ser amable y empieza a ser real” según los anuncios que promocionaban el programa.
Pero su adicción al licor, el éxtasis, las metanfetaminas y los esteroides lo descarrilaron de la serie, porque su comportamiento era cada día más errático y necesitaba con urgencia un tratamiento que lo limpiara. Así fue como aterrizó en el manicomio televisivo del Dr. Drew.
Al final de la temporada declaró al reconocido periódico Los Angeles Times : “no quiero hacer falsas promesas y no voy a decir que estaré sobrio, porque yo no lo se”.
Joseph Eugene, Joey, Kovar nació el 24 de julio de 1983 en Illinois –Chicago– y como dato estadístico fue el tercer integrante de Real World que murió, tras Pedro Zamora, un activista homosexual víctima del SIDA, y Frankie Abernathy, una diseñadora de carteras que falleció a causa de una enfermedad degenerativa que le carcomió los pulmones, el hígado, el páncreas y los intestinos.
Diez mil ángeles
Sin tener nada que ver con sus adicciones, depresiones, intentonas de suicidio, ninfomanía y mil quejas; antes de volarse los sesos la cantante country Mindy McCready le pegó un tiro al único amigo que nunca la abandonó: su perro.
Tim, el padre de la suicida, confesó a E!News que Mindy tenía un mes de dormir todo el día, bebía en las noches, consumía solo drogas, no se bañaba, descuidó a sus dos hijos y les pegaba. “Gritaba por todo. Me intentó golpear y sus conversaciones carecían de sentido” agregó el progenitor.
Hacía un mes, David Wilson, su novio y compositor, se había disparado y aún se investiga si la muerte está relacionada también con sus adicciones. Mindy había declarado al Daily Mail : “¡Oh Dios mío, no' El era mi vida, éramos la vida uno para el otro”.
Eso solo fue el corolario al tobogán de su existencia, que comenzó en 1994 cuando Melinda Gayle McCready llegó a Nashville con varias cintas de sus canciones, grabadas en karaoke, y ganó un contrato con BNA Records.
Con Guys do it All the Time alcanzó la notoriedad, sobre todo porque sus temas criticaban el machismo y la misoginia. Pero fue con Ten Thousand Angels que arañó el estrellato y vendió 2 millones de copias en el mundo.
Pero la música iba por dentro. Un inusual deseo sexual la carcomía y tuvo una extensa lista de amantes desde los 15 años. A esa edad enloqueció por el beisbolista Roger Clemens, casado y con el doble de edad. Eso le valió un rábano.
En el 2005 su novio Billy McKnight intentó matarla y ella se aturugó de estupefacientes aún cuando estaba embarazada y parió a Zander, su hijo mayor. Tendría otro niño, Zayne, con Wilson. Debido a sus rachas depresivas las autoridades le quitaron la custodia de los niños y estaban en hogares sustitutos.
Durante 15 años Mindy intentó recuperar el éxito pero la turbulencia en que vivía se lo impidió. Fracasó en sus programas de rehabilitación con el Dr. Drew y como esta era la quinta paciente en suicidarse se apuró a decir a People : “Mi corazón está con la familia y los hijos de Mindy. Ella era una mujer encantadora y muchos la echarán de menos”.
La noche del 17 de febrero de este año McCready colapsó; sentada en el corredor de su casa en Herber Springs –Arkansas– se abrió un agujero en la cabeza. Murió a los 37 años y dejó dos huérfanos.
Tantos muertos han calado en la opinión pública norteamericana y diferentes medios de comunicación señalan que el Dr. Drew solo se aprovecha de los problemas de los celebrities para incrementar la audiencia, ganar dinero y justificarse con que estos padecen otros problemas mentales y abandonan el tratamiento.
¿Quiénes seguirán en la lista? Impertérrito el Dr. Drew Pinsky sigue con su programa, mientras con su vista señala aquéllos que designa a la muerte.1