Desde finales de julio pasado, César Rodríguez importa de Filipinas la cerveza San Miguel. Su decisión, dijo, se basa en el “creciente interés de los ticos” por probar nuevas marcas extranjeras.
Los más recientes datos de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer) respaldan el movimiento comercial de este empresario: en el 2009 el valor de las importaciones de cerveza cayó cerca de un 33%, hasta los $3,9 millones. Pero para el 2010 la cifra se incrementó un 14%, a $4,5 millones. En cuanto al volumen por tonelada, la cifra se elevó un 12%, entre el 2009 y el 2010.
De estas naciones provienen las cervezas Budweiser, Old Milwaukee, Coors, Corona, Sol, Tecate, Toña y Oettinger, entre algunas de las más de 20 marcas foráneas que contabiliza la empresa Ibope-Media, especializada en la investigación de mercados.
Sin embargo, en las góndolas de los supermercados es posible encontrar un surtido aún mayor de esta bebida. En cadenas como Walmart ofrecen 33 marcas diferentes en sus anaqueles, manifestó Yolanda Fernández, gerente de Asuntos Corporativos de la firma.
En Grupo Gessa (propietario de los Perimercados), hay disponibles 31, dijo Christian Morales, gerente Comercial del grupo de supermercados; y en Megasúper hay 22, de acuerdo con su vicepresidente Comercial, Wálter Vega. Por su parte, en Automercado se ofrecen 34 marcas, según Diego Alonso, vicepresidente Comercial de la firma; entre ellas, la cerveza San Miguel.
César Rodríguez, importador de la cerveza San Miguel, reconoce que la competencia es fuerte, no solo entre las marcas extranjeras, sino también en las locales, que dominan el paladar de los ticos.
De hecho, las principales cadenas de supermercados consultadas indicaron que las más vendidas son Imperial, Pilsen y Rock Ice.
Con él coinciden Natalia Coto, jefa de Marca de la División de Bebidas de Distribuidora Isleña, y Sergio Loría, gerente de Marca de Grupo Pampa.
La primera empresa importa cervezas belgas, danesas, alemanas y una japonesa; y la segunda se especializa en la importación de bebidas de México.
“Mucha gente está probando las cervezas importadas y se da cuenta de la gran calidad del producto”, indicó Coto.
Para Loría, otros factores explican este creciente interés: la penetración de las bebidas espumosas en las zonas turísticas y bares del país, y la variedad en los precios.
Las cervezas importadas pueden costar, en un supermercado, entre ¢600 y poco más de ¢1.000, depende de su marca y de su procedencia.
En sintonía con esta tendencia, el vicepresidente Comercial de Automercado aseguró que en el primer semestre de este año su representada reportó un alza del 80% en la importación de cervezas frente al mismo período del año pasado.
Morales, por su parte, agregó que en Gessa reportan un alza del 35% en los últimos dos años.
“La cerveza importada proporciona un sentido de estatus y diferenciación mayor a quienes la consumen; son marcas aspiracionales, además de que abre un abanico de posibilidades de consumo como cervezas de mesa; es decir, aquellas que se toman para acompañar las comidas”, señaló el ejecutivo.
En Gessa, Morales mencionó a Toña, Corona, Budweiser, Old Milwaukee, Quilmes, Oettinger y Tecate. El último Estudio Multimedios Plus de Ibope encontró que los costarricenses tienen mayor predilección por las marcas Corona, Heineken, Hoegaarden y Oettinger. (