Cher, la extravagante cantante y actriz estadounidense nacida en El Centro, California, como Cherilyn Sarkisian La Pirre, cumplió 55 años el sábado pasado tras volver a ser una de las grandes estrellas pop y ganarse el título de diva .
Su más reciente álbum tras largos años alejada de los estudios de grabación, Believe , la volvió a la popularidad de que gozaba en la década del 70, cuando era parte del dúo Sonny and Cher con su esposo de entonces, el ya desaparecido Sonny Bono.
Believe no es solo una grabación nostálgica, sino una creación contemporánea que ha gustado a los que han seguido su larga carrera y también a una nueva generación que la ha adoptado como una cantante moderna.
El álbum le sirvió asimismo para volver al circuito de conciertos, llenando coliseos en diversos puntos de Estados Unidos y en Europa, donde el sencillo y el álbum Believe ha batido récords de ventas.
La distorsión electrónica de su voz fue uno de los puntos que llamaron la atención del público, técnica con la que ahora está experimentando la mexicana Paulina Rubio con enorme éxito.
La experiencia de esta cantante se fusiona con los ritmos más modernos porque ella no se estanca con respecto a una época. La juventud se lo agradeció con la gran venta de discos.
Como consecuencia de su vuelta al primer plano musical, Cher fue reconocida entre las "grandes" en el programa especial Divas , que presentó el canal musical VH1, junto a Tina Turner, Chaka Khan y Donna Summer, entre otras, agregando ese codiciado título a su carrera.
Cher no ha estado completamente alejada de la vista pública después de su éxito en la televisión con el programa de variedades que presentaba con Sonny, a principios de la década de 1970. Ha estado presente en diversas películas, destacándose también como una actriz de categoría.
Su más reciente incursión en el séptimo arte lo hizo en Té con Mussolini .
En 1982 decidió dedicarse al cine haciendo una sorpresiva actuación de calidad en Vuelve al baratillo, Jimmy Dean y consagrándose como actriz en 1985 en La máscara.
Sus esfuerzos por ser tomada en serio tuvieron su premio en 1987, cuando ganó el Oscar a la mejor actriz por su trabajo en Hechizo de luna.