Antes de vivirse hoy el primer episodio de la temporada entre Saprissa y Alajuelense, el clásico de clásicos del futbol tico, hurgamos en el pasado atraídos por el drama, pasión y gloria que tradicionalmente envolvieron este duelo.
De su album histórico, que se remonta a 1949, con 206 versiones, retomamos algunos pasajes sobresalientes de juegos oficiales de campeonato, celebrados en los últimos 30 años, desde 1967. ¡Revivámoslos...!
El más dramático
20 de febrero de 1967. Alajuelense 1, Saprissa 1. Segundo partido de la serie final por el torneo nacional de 1966. La imagen de la derrota. Edgar Torpedo Núñez destronó la ilusión de la masa saprissista, reunida en el Estadio Nacional. Fernando Hernández, Wílliam Quirós y Giovanni Rodríguez no lo creen. Los morados triunfaban 1 a 0 (gol de Edgar Marín) y ese resultado les daba el cetro. Pero el infortunio del último minuto, con el derechazo de Núñez, cambió el rumbo de la historia.
El de más goles: 12
15 de diciembre de 1971. Saprissa 4, Alajuelense 2 (1-1, en tiempo extra, y 3-1, en penales, a favor de los rojinegros). Segundo duelo de la final de temporada. Roberto Tyrrel aprisiona con firmeza la pelota y frustra el ímpetu de gol de Odir Jacques, en la gran noche en que hubo 12 goles. Saprissa debía ganar, pues perdió el primer juego, 1 a 2. Cosechó un primer tiempo espectacular: 3 a 0. Alajuelense se repuso y descontó. Vino un golazo de Carlos Solano y 4 a 1, pero Gámez forzó al alargue con el 4 a 2, pues en aquella época no existía la diferencia de goles. Tampoco hubo definición. El drama siguió en los penales y la Liga fue más efectiva. ¡Inolvidable!
El más concurrido
17 de octubre de 1971. Saprissa 0, Alajuelense 0. Cuarto juego entre ambos en el certamen local (segunda fase). Heriberto Rojas (Saprissa) y Oscar Emilio Cordero (Liga), en una postal futbolera; al fondo, el juez Luis Paulino Siles, quien condujo con personalidad el clásico con más público que recuerda la historia. Asistieron 42.000 personas, quienes pagaron la suma de ¢337.067 -cifra récord esa vez-, motivados por la rifa de una vivienda y un automóvil.
El del gol increíble
26 de junio de 1977. Saprissa 0, Alajuelense 3. Campeonato Nacional (segunda vuelta). Los clásicos criollos coleccionan anotaciones para todos los gustos. De tiro libre o en remates de cabeza; en forma olímpica o desde larga distancia, como este, inverosímil, de Rolando Villalobos (al fondo, quien centró el balón). Su centro, al corazón del área, favorecido por la pantalla de Víctor Macho Acuña, desconcertó a Heriberto y Marco A. Rojas (22). El balón entró dócil. Fue el 3 a 0.
Alvaro, verdugo de los morados
7 de julio de 1984. Saprissa 1, Alajuelense 1. Juego por el Campeonato Nacional (primera fase). Encaraba los clásicos con la obsesión del gol en la cabeza. Esa es la historia del rojinegro Alvaro Solano, verdugo morado en los tiempos modernos, a partir de 1982. En ese lapso convirtió ocho anotaciones; este fue uno muy recordado, para empatar un juego en el Saprissa.
Evaristo, El matador
9 de febrero de 1986. Alajuelense 1, Saprissa 2. Campeonato Nacional (pentagonal final). Evaristo Coronado se anticipa a Rodolfo Mills y dramáticamente convierte su segundo gol del juego, en el coliseo liguista. Una imagen típica del legendario goleador morado, que horadó 15 veces la red manuda en los clásicos. Esta diana fue la número 500 en la historia de las series finales, celebradas a partir de 1971, cuando arrancó la modalidad de cuadrangulares o pentagonales para definir un cetro.
Goleador con dos camisas
29 de marzo de 1990. Saprissa 3, Alajuelense 0. Campeonato Nacional (tercera vuelta). Juan Arnoldo Cayasso vence a Alejandro González, con el segundo gol de su doblete que le permitió a Saprissa adueñarse del subtítulo en la campaña 1989-90. Nacido en la familia liguista a inicios de los años 80, Cayasso anotó para ambas escuadras. Como manudo le señaló cinco goles a Saprissa y como morado le anotó otros cinco a la Liga. Un dato singular.
Título en casa ajena
3 de noviembre de 1991. Saprissa 0, Alajuelense 1. Serie final por el título del Campeonato Nacional. La Liga, con este gol de Austin Berry, al minuto 50, tras superar en velocidad a Max Sánchez -un novato en esa época-, implantó una marca de victorias consecutivas sobre Saprissa. Pero esta, en Tibás, fue la que más le dolió a la afición morada, porque su rival manudo campeonizó por primera y única vez en su reducto, al mando del técnico europeo Iván Mraz.
La final más austera
28 de junio de 1992. Alajuelense 1, Saprissa 0. Final del Campeonato Nacional de esa campaña. El derechazo de Oscar Ramírez fue imparable, a los 32 minutos. Róger Flores, Marvin Obando y Vladimir Quesada llegan tarde al cierre. Tras un empate sin goles como visitante y un triunfo mínimo de local, la Liga se embolsó el título en la final de campeonato que menos anotaciones registra la historia: apenas una.
Vuelo al cielo
11 de junio de 1995. Alajuelense 1, Saprissa 3. Final de la temporada 94-95. Lo que más golpea la moral de un club es que su enemigo lo irrespete en casa. Así lo hizo la Liga, que al empezar ganando 1 a 0 con gol de Juan Carlos Arguedas (10'), se descuidó, y Saprissa fue implacable, con una seguidilla de Oscar Ramírez (48'), Rolando Fonseca (50', en la foto) y Michael Myers (76'). Alajuelense ganó, 1 a 0, una semana después, pero no le alcanzó. Saprissa fue el campeón.
El último latido
13 de julio de 1997. Saprissa 2, Alajuelense 3. Primer juego de la final del Campeonato Nacional 96-97. El drama se definió en 27 minutos, en el Saprissa. Al comienzo todo pintaba a fiesta morada, con los goles madrugadores del argentino Adrián Mahía y Gérald Drummond. Pero Josef Miso y Bernal Mullins -dos veces- volcaron la tortilla, para la felicidad eriza. De un 2 a 0, se pasó a un increíble 2 a 3. Tres días más tarde, hubo empate 1 a 1 en Alajuela y así el último capítulo del clásico sonrió a los liguistas.