En Coco antes de Chanel ( Coco avant Chanel , su título original en francés), la directora y co-escritora francesa Anne Fontaine reconstruye una parte de la vida de Gabrielle Bonheur Chanel, quien se convertiría, casi sin discusión, en la figura más influyente del mundo de la moda del siglo XX.
El filme rastrea el ascenso de una mujer ambiciosa y difícil, a la vez que destaca los obstáculos y oportunidades de su época, lugar y circunstancias.
La historia comienza en un orfanato en el que un hombre deja a sus hijas, las hermanas Gabrielle y Adrienne Chanel. Al crecer, Gabrielle (interpretada por Audrey Tautou de Amélie y El código Da Vinci ) y su hermana, trabajan como cantantes en un club nocturno. Allí interpretan canciones levemente picantes, frente a militares que van de paso. En todo momento, ambas mujeres tratan de diferenciarse de las prostitutas que frecuentan el sitio.
Desde el comienzo, el personaje de Tautou se muestra complicado y, a menudo, con un carácter poco agradable. Es sarcástica y enfrenta al mundo –y a los hombres en él– con una cautela que bordea la hostilidad.
No es de extrañar, entonces, que incluso afirme: “lo mejor del amor es hacer el amor; qué lástima que se necesite un hombre para hacerlo”.
De sobra. La vida de Coco Chanel, nacida en Francia el 19 de agosto de 1883, provee material casi inagotable para variadas obras.
Muestra de ello son las más de 40 biografías sobre la diseñadora, un musical de Broadway con Katharine Hepburn; el drama Chanel Solitaire (1981), con Marie France Pisier; y un reciente filme para televisión con Shirley MacLaine.
Su filosofía modernista, una moda inspirada en las prendas masculinas y la búsqueda de una simplicidad exquisita, la llevaron a fundar la famosa casa de modas Chanel y a influenciar el mundo del diseño de tal manera, que fue la única persona de esa industria nombrada en la lista de las 100 personas más influyentes del siglo XX, elaborada por la revista Time .
En Coco antes de Chanel , Fontaine se esfuerza por enfocar el aspecto visionario de Chanel y dejar clara su lucha por liberar a la mujer de los sofocantes corsés , exagerados sombreros y cargados accesorios.
Resalta cómo logró subrayar la figura femenina y estilizar su silueta, centrándose en la comodidad, sin olvidar la elegancia, con diseños simples, cómodos y reveladores. A diferencia de otros modistos europeos, la mujer fue siempre el centro de sus creaciones.
La realización. La cinta de una hora y 50 minutos, hablada en francés, se basó ligeramente en el libro Chanel y su mundo: Amigos, moda y fama ( L’Irrégulière ou Mon Itinéraire Chanel ) de Edmonde Charles-Roux.
Fontaine dice haber estado fascinada durante mucho tiempo con la figura de Chanel. En las notas de la producción afirma que “no era tanto la moda sino las características de esta excepcional mujer lo que le interesaba”. Agrega que le conmovía el hecho de que se hubiera hecho ella misma. “Esta chica, salida del corazón del campo francés, pobre, sin educación, pero dotada de una personalidad excepcional, estaba destinada a ir adelante de su época”, dice.
Para Fontaine era indispensable encontrar una actriz que personificara al personaje a la perfección y no que lo imitara. La otra condición era que toda la filmación se hiciera en Francia.
“Chanel personifica la elegancia francesa”, dice Oliver Radot, diseñador de producción del filme, en las notas de producción. “Su personaje es tan parisino, que habría sido una pena no filmar en Francia”.
El año de todo Chanel. El interés hacia la modista nunca ha cesado, pero el 2009 se ha convertido en el año Chanel. Quizás se deba, en parte, a que en tiempos difíciles, la constante reinvención de su vida cala hondo.
A esto se suma que sus diseños –influyentes aún hoy– hicieron que materiales considerados humildes en la época pasaran a formar parte de la alta moda. “La modernidad de este personaje, su espíritu y la posición que ella les dio a las mujeres, me fascinan”, dice Tautou.
Para la escena final de la pasarela, Catherine Leterrier (vestuarista) eligió en el Conservatorio de Chanel modelos y joyas auténticas de diferentes épocas. El apoyo total de la Casa Chanel hizo esto posible, debido al acceso permitido a archivos y colecciones.
A través del tiempo. Las bases de la costura alcanzaron a Chanel en la escuela-convento de su orfanato. A los 18 años, ya en el mundo exterior, trabajó como asistente en calcetería (bordaba y cosía), pero pronto comenzó su carrera musical que, aunque frustrada, la pondría en la ruta al éxito.
Chanel nunca quiso casarse, pero mantuvo relaciones afectivas con algunos de los hombres más influyentes de su época.
Fue en un club nocturno donde conoció a Étienne Balsan (Benoît Poelvoorde), hombre adinerado dedicado a los caballos de carreras.
El mundo de la equitación y la alta sociedad que le acompañaba, le serviría de inspiración el resto de su vida. Su rebeldía la llevó a vestirse distinto y sus primeros diseños revolucionaron la moda femenina.
La diferencia entre Coco y las otras mujeres alrededor de Balsan, llamó la atención de quien sería el amor de su vida, el inglés Arthur Boy Capel (Alessandro Nivola), quien la motivó a comercializar sus diseños de sombreros, al brindarle el dinero necesario para abrir su primer estudio en París, en 1910.
Luego seguiría una boutique en el pueblo costero de Deauville, así como otras en Biarritz y Cannes.
En 1921 creó su primera fragancia, el ahora mítico Chanel No. 5. Este fue el primer perfume en llevar nombre de diseñador y su gran éxito marcó el estándar para que otros le siguieran los pasos. Cómo olvidar a Marilyn Monroe y su afirmación de que lo único que usaba para dormir eran unas gotas de Chanel No. 5.
Luego de haber cerrado su casa de alta costura en 1939, al cumplir 71 años regresó con un desfile de modas legendario.
En las siguientes temporadas le dio al mundo el clásico “traje Chanel”: chaqueta con falda corta en tweed (tejido de lana); el mítico bolso 2.55 en cuero acolchado; la camelia; los zapatos en dos tonos; su primera fragancia masculina, Pour Monsieur; y recibió un Óscar de la moda en la ciudad de Dallas, Texas por ser “la diseñadora más influyente del siglo XX”.
Coco Chanel murió de un ataque cardíaco en su suite privada del Hotel Ritz de París, el 10 de enero de 1971, a los 87 años.