Muchas veces, los amigos nos invitan a pasar un rato compartiendo juegos de mesa, dinámicas de grupo y tardes de naipes. Sobre este apartado hay que hacer varias recomendaciones. La primera es que debemos de indicarle a los invitados sobre las reglas del juego y, muy importante, siempre hay que comentarles que vamos a tener una velada diferente.
Es una falta de consideración asistir a una reunión sin saber que hay una partida de naipes. Lo indicado es avisar con una frase como: "Hoy vienen Jorge y Marta a jugar póquer y quizás ustedes se quieren unir al grupo".
A tal invitación podemos decir que no, porque de antemano se nos esboza claramente. Si aceptamos es porque vamos a jugar y a compartir.
No se trata de hacer un casino en casa, pero hay que informarle a los invitados si hay apuestas o se juega con dinero, aunque se trate de un colón por cada partida, pues hay quienes no aprueban este hábito.
Podemos rechazar la invitación, e indicarle a los amigos que la gracia del juego está en pasarla bien, y no en competir por unas monedas, pues nos encantaría participar la próxima vez que se juegue sin apuestas.
Un anfitrión educado nunca permite que en su casa se apueste sumas altas, o bien que se llegue a caer en ridiculeces como la de obligar al perdedor a concebir una acción contra su voluntad.
Sea en un acertijo, un juego de baraja o en cualquier otro entretenimiento, debemos de ser considerados con los otros jugadores y evitar gestos como el tamborilear con los dedos sobre la mesa, hacer caras de enojo, miradas tipo halcón, o bien ufanarse de ser el gran vencedor.
Si la suerte no está de su lado, evite enojarse y no trate de defenderse diciendo que solo a usted le han dado las cartas malas, o bien que las preguntas de historia del arte son las más difíciles.
Muchas veces, una linda amistad termina en pleito si no se ha sabido proceder durante un juego de mesa, y no hay motivos para enfurecerse porque alguien tiene suerte en el juego de la oca. Si usted es de quienes no soportan perder, entonces, por favor, absténganse de ir a este tipo de reuniones.
La vida también es un juego, y relacionarse con los demás tiene sus reglas. Entre ellas, quizá la más importante es el respeto.